Calma

Angelicales círculos

Después de la comida, Bakugou le demandó ir a estudiar, pero Ochako ya tenía otros planes.

—Tengo que ir a la iglesia para demostrarle mi apoyo al padre.

—Bien, te acompaño. — ¿Es en serio? ¿Aquella chica era tan mojigata que no se creía que aquel sacerdote era un violador? A medio camino, no pudo evitar decirle—. ¿Por qué vas a apoyar al padre? ¿No te asusta que intente algo contigo?

— ¿Disculpa? —Aquella pregunta pareció ofenderle, sin duda se veía sexy con el ceño fruncido—. Un elegido por Dios jamás haría eso.

—No es un elegido por Dios, solo fue a un seminario y ya.

— ¿Alguna vez has ido a la iglesia? Si no tienes fe, no pienso discutir contigo, ni seguir hablándote más, me tienes cansada. ¿Por qué no me dejas en paz de una maldita vez? No me importa sino pones mi nombre en los trabajos de equipo, yo personalmente le diré al profesor lo mal que nos llevamos y que por eso no podemos trabajar juntos. Trataré que te pongan con Kirishima si tan bien te cae, trabajar con el flojo de Kaminari no me molesta, lo prefiero a alguien tan desagradable como tú.

Bakugou no supo qué decir. ¿En serio Ochako pensaba tan mal de él? Solo la veía alejarse, sin poder seguirla. Suspiró, ¿qué estaba mal con él? Cuando la perdió de vista, se decidió a ir a la iglesia a buscarla. Aun y con esa grita que le había puesto, no podía dejar que fuera sola. Si bien los rumores sobre el padre podían ser ciertos o no, lo mejor era prevenir. Cuando llegó a la iglesia, vio como Ochako entraba. Se acercó y observó por una rendija, como Ochako se sentaba en las bancas, estaba rezando. Pasaron los minutos y ella seguía ahí. Bakugou agradeció que todo fuera tan pacifico.

Entonces, su imaginación voló a cómo podría remediar la situación con Ochako. ¿Qué pasaría si le confesaba sus sentimientos hacia ella? Ya había pasado casi una semana de conocerse... No, era muy poco tiempo aún, tenía que esperar un poco más. Si ella defendía un sacerdote que posiblemente era un pederasta, ¿se molestaría con él si intentaba propasarse con ella? Inmediatamente borró esa idea, ¿pero qué rayos le pasaba? ¿Por qué de repente se sentía más mierda que Deku?

Y todo por una chica; aunque, no una simple chica. Ochako tenía un cabello color marrón tierra que relucía, su corte era muy raro y difícil de describir, se preguntaba dónde rayos se lo cortaba. Toda ella compuesta de círculos, su cara, sus ojos, sus redondas mejillas, su pequeña y redonda nariz, sus labios eran dos círculos rosados unidos, sus orejas también eran muy redondas lo que le daba un aspecto caricaturesco, su cuello era delgado pero con una forma redondeada, sus hombros, sus senos, su abdomen, sus caderas, su trasero, sus piernas... todo angelicalmente redondeado.

Sintió como se ponía duro, afortunadamente empezaba a oscurecer y no había nadie por los alrededores. Esperaría a que Ochako saliera para vigilar que regresara a su habitación a salvo. El tiempo se le hizo infernal, ya se le hacía extraño que la chica no saliera, ¿qué tanto podía decirle al aire? Aún seguía caliente, parece que no tendría tiempo de calmarse hoy.

Cuando vio como Ochako se levantaba y caminaba hacia la salida decidida, Bakugou corrió a esconderse detrás de un pilar. La observó cómo bajaba las escaleras, a pesar de que no brincaba sus pechos se movían, no pudo evitar observar su trasero. Se le acercó rápidamente por detrás y la abrazó sin dirigirle la palabra, le puso una mano en la boca para que no gritara, inmediatamente sintió como Ochako temblaba. ¿Por qué estaba asustada? Quería disculparse pero las palabras no le salían de la boca, estaba más concentrado en el aroma dulce que Ochako desprendía que en otra cosa. Cuando sintió como unas lágrimas mojaban su brazo decidió soltarla, pero antes de poder explicarse esta ya se encontraba corriendo a paso veloz. Claro, la chica no era muy rápida que digamos, pero Bakugou se encontraba más concentrado en tratar de descifrar lo que había pasado que en alcanzarla.