Katsuki, se aburría mucho en vacaciones. No hacía otra cosa que entrenar. A veces iba a practicar montañismo por allí, solo. Sus padres trabajaban todo el día y sus antiguos amigos ya no le hablaban, principalmente porque ya no le necesitaban.
Cuando vio el mensaje de Ochako en el chat grupal, no dudo en presentarse a primera hora a ese café, no iba a dejar que la chica trabajara a solas con el imbécil de Deku. No contaba con que la cara redonda no se presentara a la entrevista, por lo que desgraciadamente le tocó compartir turno con ese idiota.
Pero, afortunadamente, valió la pena (más o menos). Es decir, tenía que aguantar a Deku, a su jefe, a los clientes... Pero todas las tardes la chica se presentaba y él le compraba un mochi. Sabía que solo iba por Deku, pero eso no le importaba.
Se había convertido en costumbre, de tres a cinco atender la mesa tres, donde Ochako se sentaba a ver a Deku que atendía el mostrador. A veces iba con Tsuyu, otras veces sola, pero siempre estaba ahí.
Al principio, la chica se mostró reacia a que Katsuki le comprara postres, pero la insistencia de Katsuki ganaba siempre.
—Así tienes una excusa para seguir viendo al imbécil ese, ¿o debería de decirle al dueño que siempre vienes sin dinero?
Después, Ochako murmuraba nerviosa sin saber qué hacer, al final Katsuki se iba y regresaba con un manju o algo así.
Otras veces, iba directo a llevarle algo y Ochako decía algo como:
—Aun no me tomaste la orden.
—La casa invita —respondía frío, y se iba.
Por supuesto, a Katsuki no le hacía falta el dinero y le sobraba tiempo para el trabajo.
Esto es un mero pasatiempo, se repetía.
Solo lo haces por caridad, se repetía.
Deku no es tan imbécil, se repetía.
Tú eres el imbécil por alejar a tan buen amigo, se repetía.
La verdad es que gracias al trabajo, también se había acercado más a Deku. Debía admitir que el chico hacía un buen trabajo, era eficiente y tenía mucha paciencia con los idiotas de los clientes. Más de una vez, lo había salvado de explotar de ira con algún idiota que se quería pasar de listo.
—Disculpe, ¿no tiene ramen?
—No, este es un café, solo disponemos lo que dice el menú.
—Entonces, ¿tampoco tiene sopa de miso?
—No, eso tampoco viene en el menú, como dije anteriormente, sino está en el menú no tenemos.
—¿Y cuándo va a tener?
—¡No creo que tengamos algún día! ¡Como dijo mi compañero, esto es un café! ¡Lamentablemente no vendemos comida salada, solo postres y bebidas! Pero, ¿sabe qué? Elija algo del menú y le comentaré a mi jefe sus grandiosas ideas para agregar al menú —rápidamente, Deku lo había empujado ligeramente y convencido al cliente de pedir algo del menú, por fin—. ¿Qué tal uno de nuestros cupcakes salados? Se comen mucho en países extranjeros.
Debía agradecerle por ser tan metido. Era un idiota, pero ya no era el mismo idiota de antes. Había visto como un cliente le gritaba por un servicio lento y este se daba a respetar diciéndole que solo habían pasado cinco minutos y que si tenía una queja podía llamarle al jefe. El Deku anterior, apenas hubiera podido responderle algo coherente del nerviosismo.
Eso lo hacía sentir un poco inferior, Deku podía mejorar en sus debilidades.
Sentía que él no tenía la misma suerte, seguía igual de temperamental que antes.
Era estúpido pero así se sentía.
...
—¿Cómo ha estado tu día? —preguntó Ochako, con una sonrisa a Katsuki.
—Mediocre.
—Oh, vamos. Siempre eres tan pesimista —sonrió.
—No soy pesimista, soy realista y honesto, tú eres demasiado infantil y positivista.
—Prefiero ver lo bueno de todo, en lugar de pasarme enojada por cosas que no puedo controlar, así como tú —Se encogió de hombros, divertida—. Vamos, si ya no quieres trabajar aquí renuncia.
—¿Y quién te compraría todas tus excusas para venir a ver al nerd?
—¡Ah! ¡Que bueno que me lo recuerdas! Ya sé cómo pagarte todos tus regalos, ¿qué tal si te hago las tareas de todo el semestre que viene?
—No, gracias, no quiero reprobar.
—¿De qué estás hablando? Mis calificaciones son perfectas.
—¿Y? No me interesa.
—Pff, no sé porqué haces todo esto.
Porque tú me haces hacer estupideces de las que luego me arrepiento.
—Mi madre me obliga a trabajar aquí, dice que es bueno que aprenda cómo funciona un ambiente laboral.
Gran excusa, idiota.
La verdad, en parte era cierto, su madre dijo eso cuando le comentó que había conseguido trabajo, pero nunca lo obligó como tal.
—¿De verdad? Vaya, sí que es estricta. Pero me da envidia, mis padres no me dejan trabajar porque dicen que soy demasiado joven para algo así. ¡Me sobreprotegen demasiado!
—Tranquila, cuando seas mayor de edad podrás hacer lo que quieras.
—Que consuelo, no quiero vivir peleada con ellos toda la vida solo porque no me dejan vivir mi vida. ¿Sabes que creen que estoy en la biblioteca por tarea de vacaciones?
—Que excusa... ¿Por qué no puedes venir al café?
—¿Con qué dinero? No tener internet en casa es una gran excusa para salir... Además, no quiero ni pensar cómo reaccionarían si supieran que vengo tanto a este café por ustedes.
—¿Ustedes?
—Bueno, Deku es mi amigo, pero tú también.
Su corazón se detuvo un instante.
—Ajá. Solo vienes a ver a Deku porque te gusta.
—¿Quieres dejar ya eso? Me molesta que te menosprecies tanto, tú eres mi amigo independientemente de Deku, además, ¿no termina ya tu descanso?
Katsuki miró el reloj en la pared, cierto.
—Sí, ahora me largo para que puedas disfrutar tu preciado momento con Deku.
Se alejó, burlándose de lo roja que Ochako se ponía.
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Calma
Fanfiction«...por primera vez en su vida había sentido lo que es la calma». Bakugou Katsuki siempre ha sido muy temperamental, eso todos lo tienen claro. Sobre todo, Izuku. Ochako Uraraka siempre ha sido muy obediente y femenina, llena de vestidos rosas y per...