—Llegué a casa —la castaña saludó al entrar.
—¡Ochako bienvenida! —su madre corrió a abrazarla—. ¿Cómo te fue? ¿Te divertiste?
—Sí.
—Te tengo una noticia que sé que te pondrá muy feliz —juntas, fueron a sentarse a la sala de estar—. Monoma me ha hablado para decirme que mañana vendrá por ti para tener otra cita, ¿no es maravilloso?
—Sí, maravilloso, mamá —contestó con una sonrisa—. Estoy tan emocionada que ya quiero que sea mañana.
—Oh, mi niña, me parece hermoso que estés experimentando el amor.
—¡Estoy en casa! —una voz masculina se escuchó de la entrada
—Oh, cariño, la cena está lista, ven.
Juntos se sentaron para cenar.
Su padre hablaba de cómo le había ido en la oficina y su madre escuchaba con una gran sonrisa atenta. Ochako no prestaba atención, de todas formas nunca le pedían su opinión de esos temas.
—Se acabó la carne, supongo que estaremos una semana siendo vegetarianos.
Entonces, cuando escuchó a su madre decir aquello, tuvo una idea. Espero que su padre dijera algo del bono por productividad, pero nada.
—Padre, ¿de casualidad no has tenido alguna sorpresa especial en el trabajo? —tímidamente se atrevió a preguntar.
—¿De qué hablas, linda? —observó su expresión confundida.
—Oh, no sé, quizá un dinero extra... —insinuó.
—La verdad no me ha llegado nada. ¿Por qué la pregunta? ¿Quieres que te dé dinero para un vestido para tu cita de mañana? Puedo pedir un préstamo...
—No, no es necesario de verdad, papá —lo cortó—. Solo estaba preocupada porque trabajas demasiado.
—No tienes porqué preocuparte, mi niña —le dirigió una sonrisa amable, esa que los Uraraka tenían—. Tú para eso tienes un padre.
Pero ya no escuchaba, sus engranajes habían comenzado a moverse sin parar en su cerebro, tenía un plan para deshacerse de Monoma.
...
Al día siguiente, hizo todo lo que su madre le dijo para no levantar ninguna sospecha.
—Estás hermosa —el rubio imbécil había llegado para recogerla, manteniendo esa fachada de buen hombre.
Le daba asco pero tenía que controlarse.
Cuando iban en el coche rumbo a su cita, la fachada se rompió.
—Bueno, espero lleves puesta ropa interior buena porque-
—Cállate, eres un mentiroso de mierda —lo interrumpió.
Hasta Uraraka se sorprendió de su tono de voz como de las palabras que había usado, sin duda la influencia que Katsuki tenía en ella era mucho mayor de la que creía.
Monoma estacionó el carro en un lugar apartado, la castaña reconoció que estaban en la prefectura de Shizuoka. La casa de su novio estaba a tres cuadras de aquí. Se quitó el cinturón preparada para salir corriendo, cuando vió como Monoma levantaba una mano para abofetearla.
Ella la sujetó con fuerza. Sí, era un hombre diez años mayor, pero un hombre que nunca había entrenado artes marciales ni mucho menos lavado un plato en su vida.
No tenía ningún poder sobre ella.
—¡Eres una perra! —le gritó, tratando de soltarse en vano.
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Calma
Fanfiction«...por primera vez en su vida había sentido lo que es la calma». Bakugou Katsuki siempre ha sido muy temperamental, eso todos lo tienen claro. Sobre todo, Izuku. Ochako Uraraka siempre ha sido muy obediente y femenina, llena de vestidos rosas y per...