Rumores

492 65 52
                                    

Convenció a sus padres de que no se sentía con ánimos para nada y se encerró en su habitación para llorar más libremente. Estaba a punto de enviarle un mensaje a su amigo peliverde cuando se arrepintió. ¿Qué estaba haciendo? Es justo por lo que Katsuki se molestó con ella.

¿Qué podía hacer para solucionar todo esto? Cuando salía de un problema, llegaba otro... La vida se había puesto más complicada desde que salió de la burbuja en que la tenían sus padres. Amar dolía y nunca nadie le advirtió. Creyó que todo estaría bien si ignoraba sus verdaderos sentimientos pero no fue así y solo había provocado más daño. Le provocó daño a una persona maravillosa que no lo merecía, alguien que se esforzaba más que nadie para ser el mejor en todo y demostrarlo, al punto de comprometer su salud mental.

Sí, era una niña muy tonta y mimada, incapaz de ver más allá de su burbuja de privilegios. Pero si de algo se había dado cuenta esa niña, es que algo le ocultaban.

Izuku y Katsuki... ¿Cuál era su historia? Se vio tentada a preguntarle a Deku pero lo descartó. Recordó que su novio se lo quería decir, pero que aún no estaba listo. Si las cosas eran así, lo esperaría hasta que lo estuviera.

Se durmió arrepentida, pensando en que debió de pasar página con Izuku antes de comenzar otra relación.

Se durmió arrepentida, pensando en que debió de pasar página con Izuku antes de comenzar otra relación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las vacaciones fueron mediocres.

Trataba de mantenerse ocupado. Pero no para evitar pensar en lo ocurrido o lo que haría, sino para despejar su mente y poder pensar las cosas con mayor claridad.

Tenía muchas cosas de qué hablar con su terapeuta.

Ansioso, esperó el regreso a clases.

Y cuando al fin volvió, Katsuki estaba preparado para verla.

—Hola —la saludó en la sala común.

La castaña parecía que no se lo esperaba, se sonrojó ligeramente.

—Hola —contestó, cargaba su maleta rumbo a su habitación.

El resto del día avanzó así, con ligeros roces entre ellos y unas pocas palabras. Tenían que aparentar que eran solo amigos frente a sus compañeros de clase y ya era muy tarde para salir a los jardines a buscar un lugar privado para conversar. Esperarían hasta mañana.

...

—Antes de comenzar la clase, les presento a una nueva estudiante —aburrido y cansado, el profesor Aizawa habló—. Adelante, preséntate.

—Mi nombre es Melissa Shield —una chica rubia entró por la puerta de entrada—. Es un placer.

Escuchó como el imbécil de Mineta susurraba:

—Genial, una chica extranjera

Rodó los ojos, estaba súper pendejo.

—Siéntate en el asiento desocupado —le indicó Aizawa, la muchacha así lo hizo—. Bien, ahora empecemos con la clase.

CalmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora