Muchas maneras

571 65 68
                                    

—¿L-lo estoy ha-haciendo bien? —con voz temblorosa escuchó que le preguntaba.

No sabía qué contestar, normalmente cuando Katsuki se masturbaba se concentraba en su placer, ahora solo quería pensar en que Ochako se divirtiera.

—Sí —con un hilo de voz respondió.

Por supuesto, era una mentira, apretaba algo fuerte para su gusto y abarcaba todo el tronco. Pero se compensaba con la iniciativa de la castaña; además, verla haciendo eso lo hacía sentir mil veces mejor que cualquier paja.

No, no era una paja perfecta, Ochako no era una actriz porno ni mucho menos una waifu de un hentai. Pero era la primera vez que ella le hacía algo así y solo eso le bastaba para que todo fuera perfecto. Estaba mojándose poco a poco, quería correrse dentro de ella pero sabía que no era correcto. No tenía condones, era menor de edad como para ir a comprar y ni siquiera sabía usarlos... No, tenía que concentrarse en el momento.

No te corras o pensará que eres precoz. Recuerda, solo van a tocarse y ya, cuando terminen córrete en el excusado o en un pañuelo igual que siempre.

—¿Ya te cansaste? —le preguntó tímidamente—. No tienes que estar por horas haciendo eso, vamos, puedo hacer algo por ti si quieres...

Ochako se veía demasiado avergonzado como para mirarlo a los ojos, se veía tan linda así.

—Yo... B-bueno... —vacilaba—. Para que estemos igual de expuestos, yo puedo...

Con nerviosismo se quitó su blusa, quedando en sostén.

Tenía la piel mucho más blanca debajo de la ropa, posiblemente porque allí casi no le daba el sol. Llevaba un sostén rosa bebé con moñitos, a Katsuki le pareció la cosa más tierna del mundo, a la vez que sexy. Con vergüenza, se abrazaba el estómago para taparse.

¿Le daba pena su estómago? Katsuki no podía verlo bien porque sus manos lo tapaban, pero no entendía qué tenía de malo.

—Di algo, me estás poniendo más nerviosa —susurró.

—Eres hermosa —se acercó para besarla, trayéndola hacia sí.

Ochako quedó sentada en las piernas del rubio, su entrepierna rozó el pene de su novio y ambos soltaron un suspiro de sorpresa.

—Soy muy grande como para estar encima tuyo, así que pensé que... —intentaba explicarse avergonzado.

—Está bien así.

Con una mano le bajó un tirante de su sostén. Quería ser delicado y contenerse con ella, lo último que quería era hacerle daño.

—¿Quieres que te lo quite? —susurró, besándole el cuello.

Sintió como se le erizaba la piel a su novia.

—S-sí.

Con torpeza desabrochó el sostén, no era tan difícil como pensó. Su erección creció aún más al ver los senos descubiertos de su novia.

Parecían... bueno... había visto porno y hentai más de una vez, pero eran muy diferentes a eso. No es que fuera un pervertido como Mineta o Kaminari, que se la pasaban viendo eso y creían que todo era tal cual. No, era consciente de que no sería igual. Tampoco veía cada que se masturbaba, solo llegó a hacerlo por curiosidad una que otra vez, cuando era más joven.

Acercó una mano y se sorprendió de lo suave que era la piel, mucho más suave que cualquier otra parte que hubiera tocado de su novia. Recordó lo que hicieron en el gimnasio, todo había sido con ropa, sin duda de esta forma era mucho más emocionante.

CalmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora