¿Qué me está pasando?

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Ochako había empezado a divertirse mucho durante estas vacaciones.

Y es que nunca en su vida se había dado cuenta de que no se divertía como los demás chicos de su edad. Claro, todos los días de su vida había pasado siempre estudiando, siempre obedeciendo, siempre siguiendo las reglas, siempre haciendo lo que sus padres o maestros le decían, siempre... detrás de las faldas de su madre.

Suspiró. Ahora que sabía de lo que se perdía, no quería dejarlo. Nunca antes había hecho amigos tan cercanos. Asui se había convertido en su mejor.

Deku y Bakugou... podría decirse que también eran sus amigos cercanos, hasta el punto de que ambos eran sus mejores amigos, en ese aspecto no podía decidirse por uno.

Iida también era su amigo. De hecho, ahora que lo pensaba, tenía más amigos hombres que mujeres. ¿Ashido y las demás eran sus amigas? Se llevaba muy bien con todas, pero no eran íntimas. Asui era la única que sabía de su amor por Deku.

Amor... Se sentía extraña al pensar en algo así. Ya no se ponía nerviosa o avergonzada. Ahora era una sensación muy extraña. ¿Sería que estaba madurando?

Feliz cumpleaños, cara redonda. Leyó el mensaje de Bakugou, vaya... se lo había enviado a las 12:00 AM.

¿Cuando le había dicho su cumpleaños? Ella no tenía un perfil de red social porque no tenía tiempo para eso. Ah, sí. Se lo dijo hace tiempo, le sorprendió que lo recordara. El suyo era... el 20 de abril.

Gracias :), respondió.

Se quedó mirando la pantalla de su celular, abierto en el chat con Bakugou. No se había dado cuenta, pero era uno de sus chats frecuentes junto con Deku y Asui. Antes los únicos chats frecuentes eran los de sus padres y el grupo de la escuela. Qué triste y deprimente era su vida en esos años.

Apagó la lavadora cuando esta terminó. Sacó todo y subió en silencio a su habitación. Mientras doblaba su ropa en silencio, pensaba qué haría el día de hoy. Sus cumpleaños no solía pasarlos en grande debido a que no tenía dinero para ello. Su madre solía hornear un pastel que comían en la noche cuando su padre llegaba del trabajo. Fuera de eso, era lo único que diferenciaba su cumpleaños del resto de los días. A ella le gustaba ayudar a su madre a hornear el pastel, le divertía.

¿Vas a ir al café hoy?, le preguntó Bakugou por mensaje.

No lo sé, creo que no. En mi cumpleaños siempre ayudo a mi madre a hornear un pastel y luego lo comemos en la cena. Perdona.

Se quedó mirando el mensaje. ¿Perdona? Qué idiota, seguro a Bakugou poco le importaba si iba o no al café.

Qué mal. Cuando puedas ir te compraré un cheescake.

Últimamente Ochako había pensado mucho el porqué Bakugou hacía esto. En la escuela de vez en cuando le compraba algo, pero había sido muy de vez en cuando. El único "regalo fuerte" había sido la beca. Pero ahora no paraba de comprarle postres de la cafetería.

Recordó lo que su madre solía decirle. Los hombres solo quieren una cosa de las mujeres, Ochako. No confíes en ellos. No debes aceptar nada de ningún hombre que no sea tu padre o tu esposo, ¿entiendes? Negó con la cabeza para alejar esos pensamientos. Bakugo es su amigo, jamás le pediría una cosa así. Él... No, no solo él. Deku y Bakugo eran los amigos más cercanos que tenía en la vida y ninguno de los dos le pediría algo así.

Quizá su madre solo había conocido hombres malos... a excepción de su padre. Porque Iida tampoco le podría pedir algo así. Sus amigos eran hombres, sí, pero no como sus padres los habían descrito. Quizá ellos rompieron el molde o... No se le ocurría una explicación para eso. Solo lo sabía y ya.

Deja de comprarme postres o me voy a seguir sintiendo mal xc

Pero bien que te los comes, vaya le había respondido de inmediato.

Sí, pero con culpa

Observó como decía "escribiendo" en el chat de Bakugo, pero ya después no le llegó ningún mensaje. ¿Se había arrepentido?

El día fue como siempre, sus demás amigos le desearon feliz cumpleaños al igual que sus padres.

...

Al día siguiente, había quedado con Asui en el centro comercial para celebrar su cumpleaños. Las dos pasearon todo el día y a la hora del turno de los chicos, llegaron a la cafetería. Hablaron con los chicos en su descanso, hablaron entre ellas, comieron postres y bebieron bebidas calientes... Todo fue muy divertido.

—Toma Ochako, de parte mía y de Bakugo —le dijo Deku, extendiéndole una bolsa de regalo—. Esperamos que te guste.

—Muchas gracias —comenzó a decir mientras lo abría—, de verdad, no tenían que comprarme nada...

Dentro había un conjunto de ropa deportiva femenino. Pero a pesar de ser femenino, se veía mixto. Esto le venía como anillo al dedo, pues solo tenía el uniforme de la escuela para entrenar.

—Esperamos que te guste —Deku le dedicó una de sus sonrisas sinceras.

—Me encanta —respondió mirando a Bakugo, el chico estaba muy silencioso y Ochako quería que se sintiera incluido—. De verdad, muchísimas gracias, a los dos.

Era un pantalón y una playera, ambos deportivos de color rosa con detalles blancos. Recordó que una vez les comentó que a ella le encantaba el color rosa chicle, pues sus padres siempre la habían vestido con esos colores argumentando que era el color de las niñas.

Pero ahora mismo, ese color había empezado a tener un significado muy diferente para Ochako. Era el color de la fuerza, por algo las personas nos ponemos rosadas al practicar deportes. La intensidad del color obviamente variaría, según nuestra tez, la intensidad del deporte, el clima, etc. Pero eso no quitaba que estaba dentro de la misma gama de colores.

—Es muy lindo, Ochako, tienes que enviarme una fotografía con él puesto —mencionó Asui.

—V-vale —murmuró, algo avergonzada, ella no era de las chicas que solía tomarse fotos y fotos, como si cambiara a cada rato.

Miró a Bakugo, que seguía en silencio. Parecía que quería decirle algo, pero no lo hacía. De hecho, estaba algo ruborizado. ¿En qué estaría pensando? Se ruborizó ella también, ¿quizá su madre si tenía razón y Bakugo quería pedirle un favor sexual? No, Bakugo no era así. Pero si no era eso... ¿entonces?

—El descanso terminó, nos vemos luego, chicas —comentó Deku, levantándose.

Él y Bakugo se fueron.

...

Cuando Ochako volvió a casa, les dijo a sus padres que el conjunto se lo había regalado su mejor amiga, Asui. Ellos le creyeron, pues conocían a Tsuyu y sabían que la chica era muy amable con Ochako. Realmente, Asui la había invitado a comer como regalo de cumpleaños, pero sus padres no tenían forma de enterarse.

...

Los días pasaban y cuando menos pensó, las vacaciones también terminaron. Ahora estaban en enero y habían vuelto a clases.

...

Me dormí a las 12:00 AM y desperté a las 5:00 AM, todo porque tenía un montón de ideas para escribir acumuladas. Pero hasta eso no me siento cansada, y de hecho ya me hacía falta despertarme temprano porque no estaba aprovechando mi tiempo como se debe.

CalmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora