El ruido que las ruedas del coche deberían provocar era inexistente por la abundante nieve que cubrió al pueblo; un suspiro con un toque melancólico es expulsado de los rojizos labios, mientras que sus ojos permanecen ocultos tras el velo celeste que se encarga de proteger su identidad.
El príncipe ha permanecido en silencio durante el corto viaje; en el exterior puede escuchar con claridad las órdenes que el general da a los demás guardias, todos concentrados en mantener su presencia a salvo y lo más oculta posible.
Un pequeño atisbo de sonrisa se forma en su rostro, sus ojos adquieren un manto cálido y brillante al refulgir en lo más profundo de sus recuerdos la imagen hermosa de aquel joven leñador de cabellos grises.
Min Yoongi.
Pensar en él lo hace sentirse vivo, la frecuente fragilidad que siempre lo azota desaparece cuando su mente lo lleva a esos recuerdos mágicos que guarda tan celosamente.
Y su beso, aquel pequeño roce que lo hizo sentir especial es el único consuelo que le queda, ante el crudo conocimiento de que no va a verlo por mucho tiempo.
O eso es lo que cree.
Yoongi, esa alma pura y blanca en sentimientos verdaderos es aquella que la deidad prometió para él. Sabía que cuando la encontrara la reconocería, lo hizo y ahora Jimin tenía certeza de lo que quería.
Quería estar con Yoongi y vivir a su lado, amándolo por toda la eternidad.
Tan solo esperaba que el leñador sintiera lo mismo. Jimin sabía que su presencia causaba estragos en el interior del peligris, un ser lleno de magia tal como el príncipe, era capaz de crear sentimientos extraños y encontrados a todos aquellos que lo rodeaban; es por eso que el peliazul aún no podía saber con plenitud la fuerza de los sentimientos de su otra mitad.
Había cavado más de una vez en aquellos ojos grises con la esperanza de encontrar algo; teniendo éxito en todas y cada una de las ocaciones en las que sus orbes quisieron detectar emociones ajenas y cálidas que estremecieron su mágico corazón de cristal.
En los ojos de Yoongi podía ver muchas cosas que amó desde el primer momento. Verdad, timidez, valentía, esperanza, afecto y amor; todas ellas dedicadas a él, provocando que su corazón latiera en un deseo fuerte de entrega hacia aquel joven, que con sus sonrisas le había mostrado un mundo nuevo.
Porque Jimin estaba seguro que no existía magia más hermosa en el mundo que la sonrisa de Min Yoongi.
—Su alteza —la suave voz de NamJoon lo distrajo de sus pensamientos—. Hemos llegado al centro del pueblo, y pronto iremos rumbo al reino de Oriente, ¿Desea algo en particular?
Él quería muchas cosas, pero dudaba mucho que su fiel general cumpliera con cada una de ellas.
Sin embargo, decidió tomar el riesgo.
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CRYSTAL SOUL | YM
FanfictionDe la lágrima derramada de la mágica luna azul en una noche de tormento, es que esta mágica historia da comienzo. Jimin es el príncipe heredero al trono de Cristal. En su corazón contiene la magia que mantiene vivo al reino y sus habitantes. Es cáli...