💎Crystal 22💎

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—¡Vamos ahí!, ¡No, espera! —Taehyung lo volvió a jalonear—

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—¡Vamos ahí!, ¡No, espera! —Taehyung lo volvió a jalonear—. ¡Mejor allá!

—Donde vamos a ir será al castillo para encerrarte si no te comportas —amenazó el cascarrabias de Jungkook.

Ambos habían llegado al centro del pueblo, y con ello las emociones de Taehyung salieron disparadas. Había mucho que quería conocer, muchos puestos de comida que se veía apetitosa y otros lugares que eran extraños e interesantes.

—Perdón, pero es que estoy muy emocionado —los brinquitos que daba, confirmaban sus palabras—. Hay tanto que quiero conocer.

Jungkook alzó una ceja. —Creí escuchar que esta no era tu primera visita en Oriente.

—Las ocasiones anteriores no pude visitar cada rincón del reino —soltó un suspiro—. Aunque me hubiese encantado hacerlo.

El pelinegro rodó los ojos y siguió caminando; Taehyung lo siguió como ya se le había hecho costumbre. Las calles estaban medianamente concurridas, diferentes aromas danzaban en el viento, unos más deliciosos que otros; haciendo que ambos cerraran los ojos por breves momentos.

—La casa del té es lo mejor que hay en este sector —informó el pelinegro con una sonrisa y olvidándose por completo de su mal humor.

Taehyung decidió aprovechar ese pequeño momento de suerte. Se colocó frente a su acompañante y le tomó de la mano, provocando una mueca confundida y un sonrojo en el rostro contrario.

—¿Deberíamos visitarla? —opinó, con una enorme sonrisa.

Jungkook parpadeó. —¿Te gustaría hacerlo?

—¡Por supuesto! —asintió con energía—. La tarde es lo suficientemente buena para un té.

—Entonces, vamos —cedió el pelinegro con una diminuta sonrisa pintada en sus labios.

El castaño no soltó la mano de Jungkook durante todo el trayecto; en su lugar, afianzó el agarre para asegurarse que su acompañante no escapara. Sin embargo, el hijo del general no puso objeción alguna, pues debía admitir que el tacto de Taehyung era cálido, y no le incomodaba sentirlo.

La casa del té era una construcción bastante bonita y espaciosa; paredes de madera pulida con cristalería bañada en pétalos de rosa, la entrada al lugar se hacía a través de un pequeño túnel, donde diferentes aromas danzaban con el viento.

—Es muy hermoso este sitio —halagó el castaño, mirando a su alrededor con esmero.

Jungkook lo miró con autosuficiencia. —Y no has visto nada.

Ambos ingresaron a un salón abierto, largas mesas de madera con diferentes ingredientes estaban esparcidas en cada extremo, poseyendo una magnífica vista a la plaza central del reino.

Los dos se sentaron en la mesa favorita de Jungkook, aquella que estaba más alejada y con la mejor vista, ya que a la lejanía podía ver el inicio del mar en la costa oriental.

CRYSTAL SOUL | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora