De la lágrima derramada de la mágica luna azul en una noche de tormento, es que esta mágica historia da comienzo.
Jimin es el príncipe heredero al trono de Cristal. En su corazón contiene la magia que mantiene vivo al reino y sus habitantes. Es cáli...
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Yoongi estaba pasando uno de los momentos más felices de su vida.
Luego de haberse convencido de que su abuelita estaba ahí y que no era un espejismo de su mente, se internó en la cocina que tenía la panadería donde encontró a su hermana menor. Rose lloraba emocionada mientras lo abrazaba con fuerza, alegando que era en demasía bendecida por no haberlo olvidado.
"Soy la hermana de un príncipe, lo que me convierte en princesa"
Tras las palabras de la joven rubia le siguieron las risas de Yoongi y las quejas de la anciana para que fuese más respetuosa.
Disfrutaron de una cena deliciosa y tranquila como solían hacerlo en el pasado. La anciana había preparado el platillo favorito de Yoongi, provocando que se sintiera cálido y reconfortado; ese momento significó mucho para el hijo de plata, porque le ayudó a convencerse de que nada en su esencia había cambiado.
Y el alivio que sintió fue indescriptible.
Se sintió bien porque aquel momento fue un pequeño atisbo de todo lo que podría tener si fuese libre. Un humano común que vive una vida simple, que su responsabilidad sea mantener feliz a los que ama y a sí mismo; y nada más importe, sonriendo al sentir la ligereza de sus hombros al verse libre de tantas responsabilidades que le han servido de cadenas.
Él de verdad que se mira viviendo así, pero para que su sueño sea completo, Jimin debe de estar incluido.
—¡Príncipe Jimin! —el grito eufórico de su hermana causa que sus movimientos se congelen y su respiración se atasque.
Mira a su izquierda con un poco de temor y sus ojos se encuentran con los brillantes de su amado. Jimin está en la entrada de la cocina, su rostro refleja felicidad auténtica quizá por verle reunido con su familia.
Es entonces cuando la sonrisa de Yoongi aparece, tan amplia y resplandeciente que logra opacar todo a su alrededor.
Jimin está ahí, formando parte de su pequeña familia.
La rubia pensaba levantarse de su lugar para ir a recibir a la inesperada visita; sin embargo, un fuerte tirón en su vestido la mandó a sentarse. Con el ceño fruncido volteó, encontrando el rostro impasible de la mayor.
—Deja que Yoongi lo reciba, Rose —fue todo lo que dijo.
Rose se relajó en su lugar, sus ojos curiosos viajaron hacia donde se encontraba su hermano, no pudiendo evitar sonreír al verlo tan feliz.
Yoongi se puso de pie sintiendo sus piernas pesadas y torpes; el corazón en su interior latía eufórico sin razón aparente y una gran alegría lo invadió por el simple hecho de tener a su príncipe y familia presente.
—Mi príncipe —sonrió con un pequeño sonrojo que fue contagiado al peliazul.
—¿Te gustó la sorpresa? —preguntó el hijo lunar con una pequeña sonrisa.
