De la lágrima derramada de la mágica luna azul en una noche de tormento, es que esta mágica historia da comienzo.
Jimin es el príncipe heredero al trono de Cristal. En su corazón contiene la magia que mantiene vivo al reino y sus habitantes. Es cáli...
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Jimin se encontraba en su alcoba; hace pocos minutos que había terminado de organizar todo para su viaje de regreso, y en ese poco tiempo libre decidió que lo mejor sería descansarlo, y quizá pensar un poco.
Sonríe a su reflejo porque le gusta el brillo que su mirada desprende, siente la dicha de su alma envolverlo en una suave nube cálida que le reconforta; sabiendo que a partir de ahora todo será diferente.
Regresar a su reino de la mano de su amado siempre fue un sueño que sintió lejano, y el cual se había cubierto de polvo a medida que el tiempo iba pasando. Ahora, gracias a la antigua promesa creada por su madre sabe que está ocurriendo, y que nuevamente volverá a sentir la sensación agradable de un lugar al que verdaderamente podrá llamar hogar.
Aunque el anhelo propio que se apoderó de su alma siga latiendo con fuerza.
En el palacio de Cristal hay un hermoso jardín donde ambos plantaron semillas, también hay un árbol majestuoso y tan antiguo como ellos; las ramas fueron cocidas por el color cálido y verde, mientras el suelo se levantaba para ponerse de rodillas.
Por las grietas hechas ambos príncipes subieron a la cima, treparon el árbol para ver el mundo; y cuando las fuertes ráfagas llegaron para derribarlos, se agarraron tan fuerte como el mismo árbol los sostuvo.
Un alma y corazón de cristal que tienen diferente portador y que cumplen una misma función; esa es la mayor prueba del complemento que son para el otro, dos estrellas que la luna ofreció del cielo para que el mundo perdido en la miseria tuviera aquella esperanza de obtener un consuelo.
Y el amor que Jimin sentía por el hijo de la luna de plata nunca podría ser comprendido a profundidad. La pureza de su alma y la magia de su ser brillaban con intensidad, cada vez que sus ojos se cerraban y a la lejanía podía ver aquel campo cubierto de flores rodeando siempre a una pequeña cabaña.
<<Deseo ser libre>> ahora más que nunca lucharía por ese sueño, el último que se formó en su mente y que se convirtió en uno de sus más grandes anhelos.
Pequeños toques en la puerta le hacen abrir los ojos, las luces de la habitación permanecen encendidas y las cortinas están abiertas para dar pase a la luz lunar. Jimin mira a través del espejo la puerta de entrada, y con un carraspeo permite pasar.
—Adelante —se voltea en su lugar para recibir la nueva visita, dando una pequeña sonrisa cuando sus ojos se encuentran con los del general.
—Su alteza —saluda NamJoon—. Saldremos en una hora, para poder estar en la frontera al salir de la aurora.
El peliazul asintió, no perdiendo detalle del manto opaco que cubrió los ojos del general cuando mencionó la idea de marcharse.
—NamJoon —el mencionado le miró de manera inmediata, luciendo sorprendido por el llamado del príncipe.
