Las suaves caricias que estaba recibiendo en su cabello le hacían cosquillas; se sentía cómodo, y ciertamente no quería interrupción alguna en aquel momento tan tranquilo.
Sintió como algo frío impactaba en su nariz helada y la arrugó por reflejo; el leve picor que se instaló en ella le hizo fruncir el ceño en molestia. Sin embargo, se negaba a abrir los ojos y decirle adiós al momento de relajación.
Entre medio de su silencio escuchó una risa baja y delicada, provocando que su cuerpo se tensara de manera inmediata y dejara de respirar por algunos segundos.
¿Había alguien con él?
De repente, todos los recuerdos le atacaron. Invierno. Rocío. Camada de lobos. Bestia. Magia...
¡¡Príncipe!!
Se levantó como un resorte de donde sea que estuviese tumbado, observó a su alrededor tratando de mantener su respiración lo más calmada posible, y estuvo a punto de relajarse, si no hubiese sido por el suave toque que recibió en su hombro izquierdo, provocándole un grito para nada masculino que murió en las altas copas llenas de nieve de los árboles.
La mirada divertida del príncipe lo dejó pasmado.
—¿Estás bien? —preguntó el peliazul ladeando la cabeza.
Yoongi lo observó en silencio; parpadeó repetidas veces, creyendo fervientemente de que aquello no estaba sucediendo y que era más bien un espejismo que había provocado el hielo en su cerebro.
Sintió como se sonrojaba de manera potente cuando su vista viajó por el cuerpo del peliazul, descubriendo que estaba completamente desnudo.
Aparte de loco, pervertido... pensó, frunciendo el ceño con la pena y molestia inundando cada rincón de su sistema.
El príncipe observaba atentamente el notorio debate mental que se estaba llevando a cabo en el interior del peligris, y debía admitir que se le hacía entretenido todo aquello. Jamás hubiese imaginado que su primera salida de temporada fuese tan especial.
El invierno había caído con fuerza, y con él venía la temporada favorita del hijo de la luna. El frío era lo suficientemente fuerte y mágico como para congelar la magia de los cristales que lo mantenían cautivo, sintiéndose libre cuando dejaba salir su salvaje espíritu y se internaba en la fría nieve.
Era increíble para él pensar en como aquello que mantenía cautivo a cada persona del reino, era justamente lo que le brindaba su tan anhelada libertad.
Es por eso que no pudo evitar sorprenderse cuando se percató de la presencia del joven leñador que se internaba en la espesa montaña, pese a las difíciles condiciones.
Estando indeciso de si sería conveniente interrumpir o no, decidió arriesgarse. Alargó su brazo y tomó la mano fría del leñador, desencadenando un grito más en el asustadizo peligris.
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CRYSTAL SOUL | YM
Fiksi PenggemarDe la lágrima derramada de la mágica luna azul en una noche de tormento, es que esta mágica historia da comienzo. Jimin es el príncipe heredero al trono de Cristal. En su corazón contiene la magia que mantiene vivo al reino y sus habitantes. Es cáli...