Capitulo VII

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Al día siguiente me desperté y me lleve la sorpresa de ver ese hermoso rostro dormido a mi lado, no podía creerlo pero estaba feliz, feliz de ver a Asahi a mi lado. Le acaricie el rostro suavemente para no despertarlo, me levante, fui al baño a bañarme, lave mis dientes y luego me puse una camiseta y un pantalón. Baje a la cocina, quería prepararle algo de desayunar a Asahi antes de que se levantara.

Yo diría que soy muy bueno cocinando ya que he vivido solo mucho tiempo y me tuve que dedicar a hacer las cosas por mí mismo, me encanta cocinar para los demás pero me gustaría que alguien cocinara para mí, eso me pondría muy feliz. Solo una persona me cocinaba cada vez que lo veía, me encantaba su comida y lo amaba, su nombre es Jun, es un chico muy guapo y tierno, cabello negro, ojos oscuros, 1.57 de estatura, tiene un gran corazón pero oculta las cosas cuando le molestan, creo que eso termino con nuestra relación, la falta de comunicación, desde que terminamos no lo he vuelto a ver, el solo un día desapareció sin decir nada, hablamos casualmente pero tuvimos varios problemas y ya no era lo mismo.

Mientras estaba preparando el desayuno escuche una peculiar voz detrás de mí.

-       ¡Buenos días! – exclamo la voz. Gire para mirar de quien se trataba y era Sam.

-       ¡Buenos días Sam! – le dije con una sonrisa cálida mientras seguía en mi labor.

-       Estas muy feliz esta mañana, me parece que algo te sucedió que amaneciste de buen humor – me dijo acercándose para ver lo que hacía. No le respondí – no sabía que sabias cocinar – me dijo un poco sorprendido.

-       ¿Cómo piensas que he sobrevivido todo este tiempo? – le dije encendiendo la estufa para cocinar el omelet – además me encanta cocinar –

-       ¿me dejaras probar tu comida alguna vez? – me sonrió cálidamente.

-       ¿Qué te parece si la pruebas ahora? – le puse el omelet en un plato y se lo pase sonriendo.

Me sonrió y me agradeció luego se sentó en la mesa y comenzó a comer – esto esta delicioso Daiki – dijo con una cara de felicidad la cual no pude evitar mirar, su sonrisa me hacía feliz también, no sé porque pero me encantaba ver a Sam sonreír haría lo que fuera porque su sonrisa jamás se borrara.

Le prepare el desayuno a Asahi y lo coloque en la mesa, me senté a desayunar yo también al lado de Sam poniéndole un vaso de jugo al lado, - serás un gran esposo – me dijo de repente sin mirarme lo cual me sorprendió pero no le dije nada. Mis pensamientos en ese momento solo estaba la gran sonrisa de Sam comiendo la comida hecha por mí. Terminamos de desayudar y me levante de la mesa, recogí los platos y los lleve al lavado, Sam no dejaba de observarme mientras lo hacía.

-       Gracias por la comida – me dijo sonriendo – espero volver a comer de lo que preparas –

-       Cuando quieras puedo cocinar para ti – le dije y vi como su rostro se sonrojaba un poco antes mis palabras.

-       ¿y cómo quieres que te pague el desayuno? – dijo en forma provocativa.

-       Piensa un poco y sabrás lo que quiero – le dije bromeando para seguir su juego.

-       Eso es algo que me gustara darte – se acercó a mi hablándome muy cerca – solo debes intentar tomarlo.

-       No me provoques Sam, sabes que no dudaría en hacerlo – le dije evitando su mirada pero sentía su respiración y su cuerpo muy cerca lo cual hacia que mi corazón palpitara más rápido.

-       Lo digo en broma – comenzó a reírse y se alejó de mí.

-       Eres cruel Sam – suspire para calmarme – solo sabes provocarme.

-       Es que no lo puedo evitar – siguió riéndose, solo se burla de mí, es cruel pero sexy, si quiero ser fiel debo alejarme de Sam lo más posible.

Sam se despidió y se fue de la cocina, lave los platos y escribí una nota a Asahi diciéndole lo del desayuno, se la puse sobre la mesa, fui a mi habitación, me cambie de ropa para luego irme al trabajo, mi trabajo no es emocionante pero me encanta, soy profesor, doy clases particulares a niños especiales, es muy gratificante cuando veo a un niño aprender algo nuevo. Amo a los niños, me gustaría tener tres o cuatro o incluso más pero es un poco complicado para mí en estos momentos.

Subí a mi coche y me dirigí a mi trabajo, es un lugar donde van muchos niños con diferentes problemas: síndrome de Down, síndrome kabiki o con deficiencia de aprendizaje. Me encanta compartir con esos niños ya que no solo les enseño a ellos si no que ellos me enseñan a mí, me enseñan que no debo despreciar a otro por su apariencia, color o forma de ser.

Cuando llegue al trabajo me encontré con Eiichi, un chico de mi misma edad, cabello rubio y unos hermosos ojos verdes. Somos amigos desde que estábamos en secundaria, fue mucha coincidencia que encontráramos trabajo en el mismo sitio. No necesitamos el trabajo pero nos gusta lo que hacemos.

-       Buenos días Daiki – dijo mientras caminábamos a la entrada.

-       ¿Cómo estas Eiichi? – le dije sonriendo a lo cual me dio una mirada de sorpresa.

-       Algo bastante bueno te paso anoche que estas tan feliz ¿verdad? – me dijo aun con cara de sorpresa y curiosidad a la vez.

-       Tsk ¿es malo que este feliz? – le pregunte un poco irritado. Ya me lo habían dicho antes, no quería que se arruinara mi humor así que me aleje de él diciéndole que nos veíamos luego.

Todo el día paso de lo más calmado, en el receso le conté a Eiichi lo que había pasado, estaba dudoso y solo me deseo suerte dijo que la necesitaría. No sé porque lo dijo pero hizo que me preocupara un poco.  

Regrese a la mansión y me encontré con Deru, me presento a Shino, dijo que eran como hermanos ya que se habían criado juntos. Shino era un chico muy tierno y se notaba que le gustaba Deru ya que no apartaba su mirada de él. Me quede hablando un rato con Deru hasta que Shino lo llamo casi gritando.

-       ¿Qué pasa Shino? – le pregunto Deru acercándose a él.

-       Te amo Deru -  lo abrazo, a lo cual Deru correspondió dicho abraso mientras Shino lo abrazaba más fuerte. – Vamos a hacer incesto Deru – le dijo y todo los que allí estaban se sorprendieron al escuchar esas palabras, incluso Deru estaba sorprendido.

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