Capítulo XXII

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Sam caminaba por los pasillos de la mansión muy distraído, tenía una mirada triste y desolada. No sabía que hacer con sus sentimientos, ya se había declarado pero sabía que era tarde. Esta arrepentido de haber rechazado a Daiki al principio pero eso a lo mejor fue lo que influyó para que lo quiera de esa manera.

Caminaba sin rumbo mirando a su alrededor toda la mañana, llego hasta el jardín el cual lo recibió un viento frió haciendo que el cerrará los ojos sintiendo aquella suave ventisca en su rostro. Al llegar al lago se sentó en una de las orillas de este enterrando su cabeza entre sus piernas.

- ¿Estas bien? - escuchó una voz que le pregunto desde atrás.

Sam levantó su cabeza para ver a quien correspondía dicha voz. Para su sorpresa era Asahi, en el momento en que lo vio sus ojos comenzaron a derramar lágrimas. Algo en él se había roto. Verle la cara a su tío y rival en el amor era la gota que derramó el vaso y ya no podía aguantar por más tiempo.
Asahi al verlo de esa manera se arrodilló para estar a su altura y abrazarlo contra su pecho.

- Soy de lo peor - decía una y otra vez mientras correspondía aquel abrazo entre el llanto que no cesaba. - Lo siento, lo siento, lo siento - continuaba diciéndole apretándolo aún más contra él.

-¿Por qué de disculpa? ¿Qué te pasa? ¿por qué estas en ese estado? - pregunta Asahi preocupado y limpiando las lágrimas de su sobrino.

- Me he enamorado de él - le grita con culpabilidad, desvía la admirada de Asahi para no sentirse peor de lo que ya está. - lo siento mucho pero no lo pude evitar. - susurra aun sin parar de llorar.

- Creo que debes luchar por esa persona, no te dejes vencer - le dijo Asahi tratando de calmarlo y darle ánimo - No te dejes caer por eso, solo ve por tu amor y dile lo que sientes - continúa y esboza una sonrisa acariciandole su cabeza con ternura en forma de consolación.

Sam lo mira sorprendido por sus palabras, no podía creer que justo Asahi le estuviera diciendo algo como eso. Pero era lógico que lo dijera ya que él no sabía de quien se había enamorado.

- ¿Aún que ese amor sea tu amor? ¿Quieres que luche por el chico al que tu también amas? - dice con un gran nudo en su garganta al decirle eso.

Asahi no dijo nada, solo se quedó en shok al escucharlo, se dejo caer hacia atrás sentado con la mirada baja tratando de asimilar lo que Sam le había dicho.

- Yo...yo puedo alejarme si él te quiere a ti - comenta Asahi mientras sus lágrimas se desbordaban, estaba tratando de ser comprensivo pero en su interior estaba devastandose.

- Lo siento, no quería que te enterarás pero ya no lo puedo ocultar más, no pude evitar enamorarme - susurra mirando al suelo de igual manera que Asahi, su corazón estaba quebrado y por esa razón quería acabar con ese dolor causado por un amor no correspondido. - Mañana me iré, no quiero interferir en su relación - levantó la cabeza para mirar a su tío - quiero que seas feliz ya que el te ama a ti, incluso se van a casar - comento secando sus lágrimas con ambas manos y tratando se sonreír - Te deseo lo mejor tío - dijo calmado y acariciando la mejilla a Asahi, se puso de pie y le dio la espalda - Me despediré apropiadamente de Daiki, espero y no te moleste - musitó para luego alejarse de aquel lugar.

Asahi seguía en el suelo, con la cabeza baja, no le salían palabra alguna y solo escuchó lo que Sam decía. Se quedo un rato en ese lugar mirando a la nada sin que sus ojos cesaran el llanto.

Dentro de la mansión Kido y Daiki tenían una larga conversación, Kido le explicaba porque Sam se iría y era por su culpa.
Daiki no sabía que hacer, los sentimientos que tenía por Sam y por Asahi eran completamente diferentes. Quería a Sam de eso no había duda pero no podía estar cerca de él. Todo era complicado y no sabía como llevarlo por el camino fácil.

- ¿Kury y tú están de acuerdo en que Sam se valla? - le pregunta Daiki sentado en un sillón con la cabeza tirada hacía atrás.

- Mi hijo ya es mayor, no me opondré si eso es lo que él desea. Además, entiendo como debe de sentirse al no ser correspondido- dice Kido en un gran suspiro - Ese viaje será bueno para él.

- Entiendo lo que dices y puede de que tengas razón - comenta resignado al fin, Kido lo había convencido.

- Por cierto Daiki ¿Has sabido algo del pequeño Alex? - pregunta cambiando de tema.

- No me digas que quieres terminar lo que le comenzaste a hacer - dice Daiki con una sonrisa pervertida.

- Debo admitir que es lindo pero si Kury se entera de algo así estaré muerto - bromea y comienza a reír. Su sonrisa inmediatamente desaparece al ver a Kury de brazos cruzados mirándolo con ira.

-¿ Qué le hiciste a Alex? - pregunta sin basilar Kury mirando a ambos los cuales se ponen de pie sorprendidos.

- Kury calmate, las cosas no son como te las imagina - dice Daiki tratando de no agravar el asunto.
- Kury no hice nada con Alex - dice Kido acercándose a él y acariciándole una de sus mejillas.

- Yo los dejo solos para que arreglen sus asuntos - dice Daiki y se retira del lugar, se va en busca de Sam.

Kido y Kury se van a su habitación para hablar con mas privacidad, Kury se sienta en la cama enojado. Kido lo mira y se sienta a su lado.

-De verdad no pasó nada, solo lo toque un poco pero no más de ahí - explica Kido arrepentido por lo que había hecho.

- ¿Por qué lo hiciste? - pregunta Kury casi rompiendo en llanto, no podía creer que Kido halla hecho algo como eso a Alex.

- Solo pasó, pero te aseguro que no pasó nada más, yo te tengo a ti y no quiero a nadie más. Perdoname - dice y le acaricia una de las mejillas de Kury para luego depositar un cálido beso sobre sus labios.

- Prometeme que no tocaras a nadie más que no sea yo - le dice Kury mirándolo y sujetandole las manos con las de él.

- Creo que tengo un esposo muy posesivo - sonríe Kido algo divertido - ¡Te lo prometo! - Tú seras al único que amaré y tocaré siempre.

Ambos sonrieron y sellaron su promesa con un apasionado beso, las manos de Kido se posaron en las caderas de su amado y lo recostó hacia atrás quedándose sobre el. Sus lenguas jugaban al compás mientras los cuerpos de ambos se sentían mas calientes.

Sus ropas se fueron despojando de sus cuerpos hasta que quedaron completamente desnudos. Los labios de Kido le recorrían el cuello llenándolo de besos y suaves caricias mientras bajaba lentamente hasta su pecho.

Los labios de Kury hacían ese suave sonido parecido a un gemido lo cual enloquecía a Kido. Kido le mordió suavemente uno de sus pezones lo cual hizo que el menor lanzara un gemido más fuerte. Ambos estaban completamente excitados y sus miembros rozaban uno con otro.
Kido le dio media vuelta a Kury dejándolo boca a bajo con el trasero hacia él. Le daba suaves besos por toda la espalda hasta llegar al trasero de este en el cual deposito una mordida. Su lengua llego hasta la entrada de Kury para dilatarla.

La habitación se había llenado de jadeos y gemidos de ambos, Kido estaba extasiado por su amado y se puso en posición para penetrarlo. Kury gemía cada vez más al sentir el rose del miembro de su esposo en su entrada.

Kido entró en él de una sola estocada. Todo el cuerpo de ambos se estremeció y los movimientos de entrada y salida se hacían constante. Las manos de Kido jugaban con el cuerpo de su amado, no solo en sus pezones sino también en el miembro se este masturbandolo al mismo ritmo que lo embestía.

El ritmo era cada vez mas rápido, intenso y profundo que Kury se corrió en las manos de Kido. Kido solo sonrió al ver esto y el rostro de Kury estaba completamente rojo mientras Kido no dejaba de moverse.

Kury jadeaba y gemía, su cuerpo deseaba aún más y Kido estaba ahí para complacerlo. Los jadeos de Kido se ligaban con los fuertes gemidos de Kury, él no pudo resistirlo mas y se corrió dentro de su amado.

Ambos estaban agotados, se acostaron uno al lado del otro y se abrazaron, para ello solo importaban ellos en ese momento. Se sentían feliz uno con otro y era como que ese amor si iba a ser para siempre.

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