CAPÍTULO 27 "CASA DE ENSUEÑO"

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Después de cenar, Norman y yo nos fuimos en el auto de Joe a la casa que papá había comprado. Nos mandaron la ubicación por mensaje y llegamos a una casa que llamó mi atención por ser muy grande para ambos.

-¿Seguro qué está es la casa?. -Dije viendo la ubicación en mi celular.

-Parece que si. -Dijo feliz. -Tu padre tiene buen gusto.

-Lo sé... Pero no te acostumbres, no quiero que nos mantenga... Suficiente fue aceptar que pagarán la boda y la luna de miel. -Lo mire fijamente.

-Viéndolo de esa manera, tienes razón. Aunque no lo culpo, te mereces tener una vida de reina. -Dijo mientras tomaba mi mano.

Sonreí y me acerque a darle un beso en la mejilla.
Me separé de él y vi por la ventanilla de Norman que entre los arbustos se movió algo y mire fijamente para ver de que se trataba, pero no era nada.

-¿Qué pasa?. -Preguntó mirando por la ventanilla.

-Creo que vi un gato... O no se, se movió algo en los arbustos.

Norman inspeccionó el lugar y parecía no haber nada.
Dejamos el auto en la cochera y entramos a la casa, esta ya estaba amueblada y con todo lo necesario para vivir, comida, víveres, muebles y todo.

Dimos un pequeño tour por el lugar y ya estaba lista para vivir.

-Debí adivinarlo. -Dije en voz baja.

-Casi casi nos dieron la casa del presidente. -Dijo Norman burlon.

-No lo dudes. -Rode los ojos.

-No te enojes... -Tomó mis manos y me miró fijamente. -Mejor vamos a ver el patio trasero.

Asentí y ambos salimos al patio. Había una piscina hermosa que llamó la atención de ambos. Además, que el lugar se veía perfecto para una tarde de parrilladas.

-Extrañe tanto esto. -Dijo acercándose a la piscina. -En toda la luna de miel no fuimos a ninguna playa, ni laguna, ni nada.

-No le vi el chiste de ir a un lugar igual al que vivimos.

-Tienes razón.

Norman se quito sus zapatos, pantalones y camisa para lanzarse a la piscina.
Me salpico un poco y reí al ver cómo salió a la superficie temblando, pues el agua estaba muy fría.

-¡Estas demente!. -Exclame.

-Está muy helada... Pero te reto a que te heches un clavado. -Sonrió de lado.

-No. -Negué con la cabeza. -Ni loca, me puedo enfermar.

Norman salió de la piscina y se acercó a mí, me dio un beso y sonrió, y antes de hacer algo más me tomó de la cintura con fuerza y camino a la piscina.

-¡No, no, no, no, no!. -Dije riendo.

Norman dio un salto y caímos a la piscina, en cuanto caí sentí que el agua estaba heladisima y me desespere.

-¡Eres un tonto!. -Grite.

-Lo lamento, quería ver tu cara. -Dijo burlándose de mí.

-Hoy duermes en el sofá. -Dije temblando.

-¿Y si logro qué entres en calor?. -Dijo acercándose a mí.

-No creo. -Negué.

Me tomo de la cintura y me acerco a él lentamente, comencé a besarlo apasionadamente y después de besos paso lo que debió pasar.

(...)
A la mañana siguiente desperté y me gire a ver a Norman, pero no lo vie, en cambio vi una nota en la almohada de Norman, me senté y frote mis ojos, tomé la nota y la leí.

Corazón, salí a buscar trabajo... Como te lo prometí. Te veo en la tarde, te amo. Norman.

Puse la nota en mi mueble y me levante de la cama.
Fui a la cocina y mire en el refrigerador que había para desayunar, había de todo y opte por hacerme unos huevos con tocino. No soy muy fan del tocino, pero esta vez me dieron ganas de comer un poco.
Prepare el desayuno y me serví en un plato, acompañado de una taza de café.
Me senté en el comedor y mientras comía leí un libro virtual en mi iPad.
No logré comer más de tres bocados, pues al segundo tuve una sensación amarga en la boca y de pronto sentí ganas de vomitar, me levante de golpe de la silla y corrí al baño.
Vomite todo lo que tenía en el estómago y tuve un sabor ácido en la boca, así que me enjuague con un poco de agua.
Me mire en el espejo y me veía demacrada de la cara, me sorprendí pues me veía muy pálida y con un poco más de ojeras de lo normal.

-¿Qué diablos?. -Pregunté en voz baja.

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