CAPÍTULO 28 "¿QUÉ?"

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Narra Norman
Salí con Carlos a buscar empleo y fue un martirio, pues en todas partes buscaban a profesionales y con experiencia, lo cual yo aún no tenía.

-Es más complicado de lo que parece. -Dije sacando una carpeta de mi mochila.

-¿Y por qué mejor no aceptas el trabajo del papá de Caroline y listo?. -Frunció el ceño.

-Porque le prometí a Caroline no hacerlo... Además ella quiere que les demostremos que podemos conseguir lo que queremos por nuestra cuenta.

-Pues buena suerte. -Rio.

Mire a Carlos de mala manera y solo soltó una risilla.

Narra Caroline
Fue un día muy aburrido, pues no tenía nada que hacer y me sentía muy mareada y no quería comer nada, porque todo lo vomitaba.

Ya eran las diez de la noche y llegó Norman, me vio sentada en el sofá de la sala y se acercó a mí.

-Hola. -Dijo sonriendo.

-Hola... ¿Cómo va todo?.

-Mal. No logré encontrar nada, todos piden que tenga experiencia y ser tan joven no me ayuda mucho. -Dijo mientras se sentaba a mi lado. -Pero bueno... ¿Cómo estás tú?.

-Pues algo mal... No pude comer nada porque...

Antes de seguir hablando vi algo, o más bien "Alguien" en la venta y me levante y fui allá.

-¿Qué sucede?. -Frunció el ceño.

Abrí la ventana y no encontré a nadie, lo cual me pareció extraño pues yo creí haber visto una cara.
Cerré la ventana y regrese al sofá.

-¿Todo bien?. -Preguntó mientras se acercaba a mí.

-Si... Solo que vi algo, pero olvidalo. -Sonreí de lado.

-Bien. Vamos a cenar... Tengo ganas de unos pancakes. -Dijo sonriendo.

-Vamos a hacer pancakes.

Tomé a Norman de la mano y fuimos a la cocina.

(...)
Al día siguiente Carlos y Minxie vinieron a mi casa a pasar el rato, pero yo me sentía mal de salud, tanto que no quería hacer nada.

-Carlos y yo nos la hemos pasado genial viviendo juntos, aunque a veces él no entiende que todos los gastos los debemos pagar los dos y... ¿Caroline?. -Dijo Minxie mirándome fijamente.

-¿Si?. -Pregunté desanimada.

-¿Todo bien?. -Preguntó Carlos.

-No. Me siento mareada y con una horrible jaqueca. -Dije tapando mis ojos con mis manos.

-Vamos al médico. Te vez demasiado pálida y no queremos que te pase algo. -Dijo Carlos.

-Si... Vamos.

Los tres salimos de casa y nos fuimos al médico en el auto de Carlos.
El doctor reviso y hizo unos análisis muy rápidos, que solo duramos un par de horas en el consultorio.

-Tal parece que todo está bien de su salud señorita Harrison, solo que ahora deberá tomar unos medicamentos.

-¿Por qué?. -Frunci el ceño. -¿Tengo algo grave?

-No, porque usted está en la espera de un bebé. -Dijo el médico sonriendo.

-¿Un bebé?. -Pregunté nerviosa.

El médico asintió y yo no me creía lo que me acababan de decir, me sentía feliz... Pero a la vez mal, porque aún no estaba en mis planes tener un bebé.

Salí del consultorio y me fui a casa. Carlos y Minxie se fueron a la suya y yo me quedé en la sala leyendo un libro, pero no me podía consentrar, pues en mi mente rondaban una y mil cosas y ideas que no me dejaban en paz.
Pensé muchas cosas malas y buenas... Una de ellas era ¿Qué va a decir Norman? Temía en decirle pues yo le había dicho que me estaba cuidando con las pastillas anticonceptivas, pero deje de hacerlo porque se me acabaron y olvide comprar más. También pensé en el aborto, pero esa idea me ponía los nervios de punta, estoy a favor de ello, pero practicarlo en mí me causaba pánico.

-Ya... Olvidate de eso Caroline. -Dije mientras me ponía de pie. -Son ideas tontas. -Tape mis ojos con mis manos.

(...)
Eran las diez de la noche y no sabía nada de Norman, me preocupe y lo llamé, pero antes de que terminará de llamarlo abrieron la puerta principal y lo vi entrar.

-Hola. -Dijo acercándose.

-Por fin. Pensé que te había sucedido algo.

Me acerque a él y le di un abrazo, para después darle un beso en la mejilla.

-Lo siento, corazón. Es que estuve en una entrevista donde hubo como diez personas y me demoraron bastante, además de que mi celular se descargo y no logré llamarte ni nada, sin decir que me duele la cabeza y no he comido nada. -Dijo en tono fastidiado.

-Vamos a cenar, ven... Prepare lasagna. -Sonreí.

-Tu siempre haces de un día aburrido un día genial. -Dijo feliz.

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