"Se siente bien. Pero..."

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—Sabes que no es necesario que pierdas clases por esto ¿Cierto? Puedo resolverlo solo. Además está la policía a nuestra disposición.

Ranpo acomodó sus gafas mientras observaba atentamente hacia el centro comercial desde la ventana del auto.

—La universidad es aburrida —concluyó Dazai.

Habían estado en la búsqueda de un desgraciado bastante escurridizo que había logrado escapar de las garras de la policía incontables veces.

A la agencia le había costado dos semanas enteras reunir pruebas, seguirle el rastro mediante distintas IP, y finalmente poder entender su modus operandi para así idear un plan de captura.

Ahora estaban en medio de eso: con la policía esperando a una señal a unas cuantas cuadras, y con Atsushi y Akutagawa camuflados como visitantes comunes dentro del centro comercial mientras seguían el rastro del hombre.

—Dazai-san. —Se escuchó la voz de Akutagawa en los auriculares de Ranpo y Dazai—. Entró a una tienda de tecnología, justo como Ranpo-san predijo.

Dazai quería ir y acabar con todo este estúpido operativo. El hombre se deshacía de un celular cada dos días, para así comprar un nuevo dispositivo. Era un tipo adinerado y estaba desquiciado. No podían simplemente llamar a los guardias del centro comercial y hacer que lo retuvieran hasta que llegase la policía. Nadie sabía si portaba algún tipo de arma blanca o de fuego en ese preciso momento.

Debían ser cuidadosos y evitar en mayor medida que la gente inocente se viese envuelta... sobre todo los niños.

Si el hombre se daba cuenta que alguien lo seguía, podría fácilmente tomar de rehén a cualquier persona en la tienda.

—Los desgraciados de este tipo y con dinero, son los más problemáticos —susurró Dazai

Efectivamente, debían ser rápidos. La información reunida apuntaba a que el tipo saldría del país en unas horas más. Obviamente era consciente de que había agitado demasiado a la policía.

—Dazai-san, está saliendo de la tienda. —Se escuchó la voz de Atsushi—. Se dirige a la salida del centro comercial.

—Ranpo-san, dile al oficial Minoura que aproximadamente en dos minutos el objetivo va a estar cruzando las puertas del centro comercial. A partir de ahí tenemos tres minutos para hacer algo antes de que llegue hasta su auto y visualice las patrullas de la policía.

Okay —respondió cantarín.

—Atsushi-kun, Akutagawa-kun —dijo activando el micrófono de su auricular—, resguarden las entradas por si nota algo extraño y tiene intenciones de volver a entrar. No podemos dejar que eso suceda.

Dazai recibió la afirmación de ambos chicos. 

Antes de abrir la puerta, comenzó a palmear su chaqueta para asegurarse de que todo lo que fuera a necesitar estuviese en su lugar.

—Sabes que eso no está permitido en un civil, y mucho menos en la agencia —habló de repente Ranpo, mirando seria y fijamente a Dazai.

—Lo sé, Ranpo-san. No te preocupes. —Fue la tranquila y escueta respuesta de Dazai.

Finalmente salió del auto y se apoyó en éste mientras esperaba.

Buscó en el bolsillo de su chaqueta una cajetilla de cigarros y un encendedor.

No fumaba (o al menos, no regularmente), pero era la mejor manera de simular su comportamiento mientras esperaba y observaba expectante las puertas del centro comercial.

Red Connection • Soukoku • FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora