Cuando Dazai despertó al día siguiente, se sintió descansado y lleno de energía. El sentimiento era extraño para alguien como él, pero luego descubrió que los sonidos y los olores del ambiente también ayudaban con su buen ánimo.
Las cortinas abiertas dejaban pasar la luz del sol mañanero, escuchaba tranquilos pasos deambular por el lugar, y olía a desayuno occidental y café.
No le tomó mucho tiempo incorporarse hasta sentarse en el sofá y levantar los brazos por sobre la cabeza para estirar su cuerpo.
Terminó apoyando ambos brazos sobre el respaldo del sofá, y recostando su mejilla sobre ellos. Desde allí observó en silencio a Chuuya moverse por su cocina; seguramente estaba cocinando huevos.
Era algo nuevo para él porque generalmente no desayunaba, y si había comenzado a ingerir alimentos por las mañanas en ese último tiempo, era debido a sus continuas visitas a The Flags.
Quería reírse porque el cabello pelirrojo se veía aún más desordenado que la noche anterior, y Chuuya se veía realmente pequeño en sus prendas.
Entonces, nuevamente llegaban pensamientos a su cabeza sobre lo bien que se sentía tener al otro en su hogar. Como si el pelirrojo perteneciera allí. Frente a sus ojos.
Pensamientos bastante egoístas, e inclusive posesivos. Pero en ese momento podía admitir abiertamente que sentía celos de Albatross.
—Buenos días, Mon petit —habló con su voz excesivamente ronca.
Chuuya mordió su labio inferior.
—¿Dormiste bien? ¿Soñaste conmi...?
—El desayuno está listo —interrumpió rápidamente—. Siéntate.
Dazai no pudo evitar reírse por la reacción del otro, pero felizmente hizo lo que le dijeron.
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—¿Entonces hoy si irás a la agencia? —preguntó Chuuya mientras terminaba de domar su rebelde cabello en una trenza.
Estaba listo para irse. Debía volver a su apartamento, darse una ducha, e ir al café. Y mientras desayunaban, Dazai le había comentado que estaba considerando ir a trabajar también, a pesar de que el día anterior le había dicho a Oda que tal vez se tomaría tres días libres.
—¿Irás a visitarme? —preguntó con ojos de cachorro.
Chuuya le dirigió una mirada indiferente. Como si esa mirada no le causara ni la más mínima ternura.
—Yo no voy a "visitarte". —Destacó la última palabra haciendo el gesto de comillas flexionando sus dedos—. Es trabajo. Y voy a hacer entregas a todos los miembros de la agencia. No solo a ti.
Pasaron un par de segundos en silencio luego de la aclaración de Chuuya. Dazai volvió a hablar sin cambiar su expresión.
—Entonces... ¿Irás a visitarme?
Chuuya soltó un suspiro resignado. No podía imaginar cómo sería ser enemigo de ese ser humano tan insistente e inamovible.
Finalmente, Chuuya le dijo que sí, que "iría a visitarlo".
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Red Connection • Soukoku • Finalizada
Fiksi PenggemarDesde niño a Nakahara Chuuya se le habló sobre la importancia del brillante hilo rojo que estaba atado a su dedo meñique. "Ese hilo te ata a una persona muy especial. Y para encontrarla, no puedes cortarlo", "te amará tanto como nosotros a ti", le...