"Tres minutos"

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Aunque era literalmente imposible recuperar el sueño perdido, había dormido lo suficientemente bien como para sentir que había recuperado el sueño de una semana completa. 

Descansó bien... demasiado bien, considerando el desastre que era Chuuya; logrando acaparar gran parte de la cama a pesar de ser el más pequeño de los dos, y con su cabello desparramado por todos lados. Tanto así que cuando Dazai despertó esa mañana, lo primero que sintió, fue el montón de hebras anaranjadas sobre su rostro ocasionándole cosquillas. 

De todas formas, Dazai no pudo evitar reírse de lo entrañable que era el pelirrojo.

El sonido del timbre y varios golpes adicionales en la puerta, fue lo que realmente lo había despertado. Y Chuuya con su sueño realmente pesado, seguía durmiendo como si la persona que estaba esperando afuera del apartamento no estuviera a punto de derribar la maldita puerta de Dazai.

Soltó un suspiro lleno de fastidio, y antes de levantarse pellizcó la mejilla de Chuuya esperando ver alguna reacción de su parte.

—No hay signos vitales —susurró Dazai con diversión.

Otra serie de golpeteos se escuchó desde la sala de estar, y Dazai finalmente decidió ir a ver quién se atrevía a molestarlo un día de vacaciones de verano a tan tempranas horas de la mañana.

Cuando llegó a la puerta y finalmente la abrió, se arrepintió al instante.

—¿Qué es esa cara tan grosera, Dazai-kun? ¿No estás feliz de vernos?

Dazai puso los ojos en blanco.

—Jamás estaría feliz de eso, Fyodor.

—Oh... Alguien despertó con el pie izquierdo.

—Ya... ¡deja de molestarlo, Nikolai! —reprochó— les dije que era de mala educación venir tan temprano sin avisar antes. —Sonó avergonzado.

—¿De qué hablas, Sigma? Venimos a tomar desayuno, como en los viejos tiempos —respondió de vuelta Nikolai.

Dazai los miraba como si en cualquier momento les fuera a saltar encima (sobre todo a dos hombres en específico) para arrancarles el pellejo con los dientes.

—¿Dazai?

Y ante esa voz, todos se callaron de golpe y se miraron a los ojos los unos a los otros.

Nikolai sonrió ampliamente. Como si le hubiesen contado el mejor chiste de su vida.

Sigma sintió que se le subieron los colores al rostro por interrumpir... lo que él creía haber interrumpido.

En cambio Fyodor...

—Entonces esa es la razón por la que últimamente te ves menos sombrío... interesante —habló con una leve sonrisa.

Dazai le dirigió una mirada aburrida. Y cuando escuchó los pasos de Chuuya acercarse cada vez más, y llamarlo por segunda vez, decidió extender el brazo y de un firme agarre jalar al joven que estaba entre Nikolai y Fyodor (como siempre). En un movimiento rápido metió a Sigma a su apartamento y terminó por cerrar la puerta.

Chuuya estaba estático en su lugar, sin entender nada.

—Chuuya, este es Sigma-kun —presentó al chico de cabellos largos y bicolor—. Muy tímido, pero muy inteligente. Estudia administración de empresas, y es un gran amigo. Viene a tomar desayuno, por cierto.

Sigma parecía confundido y nervioso.

—No... yo... —tartamudeó— yo realmente no quería... no quería interrumpirlos —susurró.

Red Connection • Soukoku • FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora