[...] Esto iba a doler.

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—Es la primera vez que te veo tan apegado a alguien —soltó Oda con el borde del vaso apoyado en su labio inferior—. ¿A qué hora llegará? —preguntó para finalmente dar un sorbo a su whisky.

—En treinta minutos más sale del trabajo. Tal vez tarde unos quince minutos más en llegar aquí —respondió Dazai con voz apagada mientras jugaba con el hielo—. ¿Y de qué hablas, Odasaku? 

Esta vez volteó el rostro para mirar a Odasaku y dirigirle una falsa sonrisa desentendida.

—Por supuesto que Chuuya no es la primera persona con quien he sentido un mínimo de apego. Primero estás tú, luego Atsushi... en algún momento también estuvo Tsuneko.

Odasaku observó con calma como Dazai enumeraba los nombres con sus dedos. Él era un hombre naturalmente tranquilo y amable. Y con Osamu esto nunca cambiaba a pesar de que muchas veces vio conductas y escuchó palabras que hubiera espantado a cualquier otra persona.

Odasaku siempre estaría allí para Dazai, y jamás le dirigiría una mirada juzgadora.

—No sabía que veías a Chuuya cómo veías a Tsuneko.

—¡No lo hago! —interrumpió en seguida.

Dazai se sintió horrorizado ante aquellas palabras. El vello de todo su cuerpo se había puesto de punta.

Sin embargo Odasaku permaneció apacible aunque Dazai lo mirase con los ojos desorbitados.

—No. Mierda —soltó una risa temblorosa por los nervios—. No, por supuesto que Chuuya es muy distinto a Tsuneko.

Tsuneko había sido la primera mujer con quien Dazai había mantenido una... ¿Especie de relación formal? Era una joven dos años mayor que el castaño. Dazai tenía dieciocho años en ese entonces y creyó que podría sentir un mínimo de amor por aquella mujer... pero no fue así.

El vacío siguió allí.

Estar en una relación formal y actuar como si estuviese enamorado era igual de insatisfactorio que el alcohol, las drogas, experimentar en el sexo, las autolesiones... todo era pasajero. Todo terminaba sintiéndose aburrido.

Para cuando quiso cortar relación con Tsuneko y alejarse de ella, las cosas no resultaron bien. El acoso hacia Dazai fue llevado a tal extremo que, con la ayuda de la agencia de detectives, se logró aplicar una orden de alejamiento. Después de eso, al parecer Tsuneko perdió el interés en Dazai.

Fue una época oscura para Osamu. Las actitudes obsesivas de las cuales fue objetivo, le hicieron sentirse nuevamente vulnerable.

Fue entonces cuando, desde el fondo de su corazón, agradeció que Odasaku y la agencia estuvieran allí para él. A partir de ese momento desarrolló una gran admiración y cariño hacia Oda. Quién se convirtió en un gran amigo y un modelo a seguir.

La llegada al orfanato de los hermanos Akutagawa, y sobre todo Atsushi (de tan solo catorce años en ese entonces), junto al deseo de seguir los pasos de una persona como lo era Odasaku, le ayudaron a centrarse y a poner todo su empeño en intentar ser un buen ejemplo para Atsushi.

Allí también pararon sus conductas autodestructivas.

—Mmh... —musitó Oda en señal de entendimiento— ¿Entonces sientes por Chuuya lo mismo que sientes por Atsushi?

—¡Dios, no! Eso es perturbador, Odasaku —lloriqueó—. Con solo pensarlo se siente incorrecto.

—¿Incorrecto? —preguntó elevando una ceja—. ¿Por qué? ¿Qué es lo que diferencia a Chuuya de Atsushi?

Red Connection • Soukoku • FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora