"Dedicatoria" Final

12.9K 1.2K 4.1K
                                    


Con una sonrisa suave, Dazai observó el hilo rojo que colgaba desde su dedo meñique izquierdo. La pequeña cuerda caía hasta el piso y se perdía por la puerta corrediza que guiaba al interior de la casa.

Se encontraba en el patio, y estaba comenzando a atardecer. El cielo se pintaba de cálidos colores rojizos y anaranjados. Dazai amaba esos colores.

Había decidido salir a tomar aire y ver el cielo mientras pasaba tiempo con su perro. Quien, curiosamente, miraba la pequeña cuerda roja colgando desde la mano de su dueño. Cuando acercó su húmeda nariz para olfatear el objeto, Dazai apartó su mano para alejar con ella el colorido hilo.

—No seas travieso. Eso no se come —regañó Dazai.

Baki ladró en entendimiento, y Dazai estiró su mano para acariciar la cabeza del perro. No tuvo que hacer mucho esfuerzo para poder acariciarlo, pues Baki había crecido lo suficiente como para ser considerado un perro guardián.

Entre las caricias y los movimientos del inquieto perro, el hilo que Dazai tenía atado a su dedo, se enredó un poco. Por lo que debió acomodarlo con su otra mano para que la cuerda de lana no quedase hecha un desastre de nudos.

No es como si le afectara demasiado, no después de tanto tiempo... no a sus ya veintisiete años.

Era solo que a veces... recordaba que tenía un eterno hilo que lo conectaba con su alma gemela. Un hilo que nunca logró ver aunque realmente deseó poder hacerlo durante muchos años. Entonces estaban estos días, donde a veces fingía que estaba allí, donde fingía que era como cualquier otra persona.

Donde fingía que podía ver aquel hilo moverse por todo el lugar, persiguiendo a un hombre pelirrojo que siempre se paseaba por la casa bastante inquieto por su naturaleza extrovertida.

Nunca entendió qué era lo que bloqueaba su mente. Nunca entendió qué era lo que impedía ver su hilo.

Recordó la última vez que asistió a una de sus sesiones con Louisa Alcott. Ella se había despedido amablemente de él, y le había deseado suerte y éxito en su vida.

Si tenía que ser sincero, él creía firmemente que había logrado tener éxito, y había tenido bastante suerte. Estaba completamente satisfecho con la vida que tenía, y a pesar de que aún era bastante joven, podía decir con toda seguridad que no necesitaba nada más.

Eso incluía al hilo. No lo necesitaba ver realmente, pero...

Eso no significaba que no se le hiciera linda la idea de verse a sí mismo unido a la persona que más amaba en su vida.

Pero bueno... él mejor que nadie debía saber que no siempre se puede tener todo lo que se quiere. Y con tener a Chuuya a su lado, viviendo bajo el mismo techo desde sus veinticuatro años, ya se sentía el hombre más feliz y afortunado en la faz de la Tierra.

Y hablando de la luz de vida, sintió un pequeño jalón y un cosquilleo en su dedo meñique. Cuando bajó la mirada y observó la delgada cuerda moverse, curvó sus labios en una suave y cariñosa sonrisa; al parecer alguien se estaba inquietando.




━━━━━━━━━※━━━━━━━━━




Dazai había vuelto al interior de la casa, y como ya era costumbre dejó la puerta corrediza semi-abierta para que Baki pudiera entrar y salir cuando quisiera.

Red Connection • Soukoku • FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora