—¿Cómo crees que te fue? —preguntó Albatross mientras caminaban por los pasillos de la facultad.
Acababan de salir de una evaluación, y ambos la habían rendido juntos.
—¿Era difícil siquiera? —preguntó Chuuya con genuina inocencia.
Aquello lastimó el ego de Albatross.
—Eres un nerd difícil de odiar ¿Sabías?
—¡No es mi culpa que siempre estudies a último momento! —se defendió con indignación.
—¡Soy un hombre con muchos hobbies que satisfacer!
—¡¿Te refieres a conducir tu motocicleta y leer comics y mangas?!
—Conducir mi motocicleta y analizar y estudiar el estilo narrativo y el desarrollo de la trama de novelas gráficas. Literatura contemporánea le dicen algunos.
Chuuya lo observó por unos segundos y luego rio a carcajadas. Sabía que Albatross quería ser profesor universitario de lingüística; seguramente los alumnos lo adorarían y nunca se aburrirían de él.
—¿Cómo va la herida en tu espalda? —Preguntó, tal como lo había hecho casi todos los días; ya había pasado más de una semana.
—Bien. Fue un proceso de cicatrización rápido.
Albatross asintió; era un alivio que el daño hubiera sido mínimo. Aún había días en los cuales analizaba la situación y se le ponían los nervios de punta cuando llegaba a la conclusión de que, si no fuera por Dazai, él hubiese sido el último en poder haber hecho algo y aún así esa noche había decidido irse.
El humano tenía la mala costumbre de recriminarse a sí mismo por cosas que ya habían pasado.
—No lo pienses más, Albatross —reprochó Chuuya al ver a su amigo perderse en sus pensamientos.
El rubio soltó un suspiro.
—Si, tienes razón —contestó mientras se encogía de hombros—. De todas formas, es una buena noticia que la cicatrización haya ido bien. No tendrás que esperar para conducir la motocicleta.
—¿Realmente quieres hacer eso? —Observó con seriedad al rubio.
—Es algo que tengo planeado hacer hace bastante tiempo, Chuuya.
—Déjame pagarte aunque sea la mitad. De otra forma, no la aceptaré.
—No voy a permitir que hagas eso, enano.
—Albatross, es una motocicleta ¡¿Estás loco?! —sonó indignado.
—Pero sabías que iba a comprar otra y que esta te la iba a ceder a ti en algún momento. Pensé que estabas de acuerdo.
—Si te soy sincero... no creí que fuera a ocurrir realmente.
—Chuuya eres tan malo —se quejó.
—De todas formas no la aceptaré si no me dejas pagarte algo.
—Esa motocicleta tiene un valor especial, no puedo ponerle un precio. Y quiero que la tengas tú en vez de ponerla a la venta.
Chuuya se llevó las manos al rostro.
—Bien, hagamos esto —propuso Albatross—, paga la renta completa del apartamento por un mes...
—Tres meses —corrigió enseguida el pelirrojo.
—Dos meses.
Chuuya volteó los ojos ante la terquedad de su amigo.
—Dos meses. Y me acompañas a escoger la otra motocicleta, con eso me conformo ¿Trato? —preguntó extendiendo la mano hacia el pelirrojo.
Chuuya soltó un suspiro, y con una sonrisa, aceptó el apretón de manos de Albatross.
ESTÁS LEYENDO
Red Connection • Soukoku • Finalizada
FanficDesde niño a Nakahara Chuuya se le habló sobre la importancia del brillante hilo rojo que estaba atado a su dedo meñique. "Ese hilo te ata a una persona muy especial. Y para encontrarla, no puedes cortarlo", "te amará tanto como nosotros a ti", le...
