Él no era alguien que pensara en sexo constantemente. Cuando su vida sexual inició a los dieciséis años, fue porque una compañera de clases se le declaró de la manera más sincera que había escuchado a lo largo de su corta vida.
"Me gustas, pero solo porque me pareces lindo".
La chica de ese entonces tuvo la suficientemente valentía para decirle que no podía dejar de mirarlo pero que detestaba su personalidad.
Él lo entendió, después de todo era un adolescente cubierto de vendas, alguien que no había puesto esfuerzo en entablar una conversación con alguno de sus compañeros, alguien que ni siquiera contestaba cuando los profesores le preguntaban algo... alguien que tenía la mirada tan muerta que parecía tener el alma rota.
Nadie era de su agrado, y mucho menos esa chica.
Y a decir verdad, después de lo que había ocurrido hace un año, Dazai sentía cierta aversión por las mujeres.
Sin embargo...
¿Qué más daba?
Tal vez así pudiera sentir algo.
Tal vez así, siendo tocado por otras personas, el rastro de ella, iría quedando sepultado cada vez más.
Entonces, sin pensarlo demasiado, le preguntó a la adolescente si es que quería tener sexo con él. Algo que fuese meramente carnal.
La chica era linda de todas formas.
Él podía ser alguien bastante inteligente, aún así era su primera experiencia sexual (consensuada), y habían varias cosas de las cuales tuvo que instruirse en internet antes de verse con la chica, con quien habían acordado una cita.
Dazai recuerda que lo único que tenía en mente en ese entonces, era que por nada del mundo, quería ser como esa mujer.
Y también se rehusaba a tener que lidiar con una vida no planeada por el simple hecho de querer experimentar nuevas sensaciones.
Comprar condones por primera vez, tampoco le resultó una experiencia muy emocionante. De por si la venta de condones no tenía restricción de edad, y por otro lado el hombre que lo atendió ni siquiera le dirigió una mirada cuestionable. Después de todo, Dazai siempre aparentó tener más edad de la que realmente tenía.
Aquella vez, el acto sexual en sí... tampoco fue una experiencia muy emocionante. Sí, obviamente su cuerpo reaccionó. Porque a pesar de la depresión y lo malos recuerdos invadiendo su cabeza en pleno acto, Osamu seguía siendo una persona que sentía atracción y deseo sexual. Tener un orgasmo se sentía bien, pero no lo suficiente.
Con el pasar de los años intentó alargar el proceso y experimentar para maximizar las sensaciones, y aún así nunca fue suficiente.
Nunca llenó el vacío que sentía. Aunque sus parejas sexuales fueran hombres o mujeres.
Y más tarde, cuando conoció a Tsuneko, pensó que finalmente había encontrado a la persona que podía encajar bien con él. Tenían una buena comunicación, una buena química en la cama, y ella había sido una buena persona con él... hasta que Dazai decidió terminar todo. Porque a pesar de que lo intentó, nunca pudo sentir amor por ella. Se sentía tan incorrecto estar con Tsuneko.
Allí fue cuando terminó aceptando que tal vez el problema no eran los demás, sino él. No buscaba enamorarse, pero le parecía increíble que tampoco pudiese sentir algún tipo de apego romántico hacia alguien. Le parecía increíble que a pesar de lo mucho que había experimentado en cuanto al sexo, nunca sintió verdadera hambre de querer acostarse con alguien. Nunca sintió nada que desatara sus instintos más primarios. Ni siquiera cuando estaba días sin alimentarse bien y luego volvía a comer, esperando a tener alguna sensación emocionante; la comida era buena, pero nunca se sintió complacido.
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Red Connection • Soukoku • Finalizada
FanficDesde niño a Nakahara Chuuya se le habló sobre la importancia del brillante hilo rojo que estaba atado a su dedo meñique. "Ese hilo te ata a una persona muy especial. Y para encontrarla, no puedes cortarlo", "te amará tanto como nosotros a ti", le...