"Gracias..."

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Dazai soltó un suspiro mientras miraba el techo de la agencia. Todo estaba tan insoportablemente callado que había optado por ponerse sus audífonos de casco y colocar la música a todo volumen para, irónicamente, evitar "escuchar" el silencio.

No había mucha gente en el lugar, además de ser bastante temprano. 

Atsushi y Akutagawa estaban en el orfanato. Seguramente jugando con los infantes o enseñándoles a leer.

Ranpo y Yosano estaban de visita en una morgue; presenciando la autopsia de una mujer que había tenido una muerte sospechosa hace un par de días.

(Dazai y Ranpo ya habían hablado del tema y ambos sospechaban del esposo de la mujer. Solo faltaba que Ranpo viera el cuerpo para confirmarlo en su totalidad)

Kunikida y Odasaku estaban en un caso. Aunque no creía que fueran a tardar demasiado.

Esos días siempre eran difíciles de sobrellevar. Partiendo por el insoportable calor que traía consigo los meses de verano japonés, los cuales le dificultaban la convivencia con sus vendas. 

Al menos el aire acondicionado siempre ayudaba.

"¡¿Por qué nunca me dijiste sobre tu cumpleaños?!"

"Chuuya... Eso ya pasó hace mucho. ¿Qué más da?"

"¡¿Qué más da?!"

Dazai soltó una carcajada al recordar esa pequeña discusión; había sido hace tan solo unos días. Tras preguntarle a Atsushi sobre el cumpleaños de Dazai, el pelirrojo terminó por enterándose de que este ya había pasado hace bastante. 

Chuuya se enojó con Dazai genuinamente.

"¿Por qué te enfadas conmigo, Chibikko? Tú tampoco me contaste sobre tu cumpleaños"

"¡Por que literalmente nos conocimos un par de día después, idiota! ¡En cambio yo si te conocía para el día de tu cumpleaños! ¡¿Qué estabas haciendo ese día?!"

"Mmh... ¿Creo que estuve en el café? Hablando contigo por supuesto"

Dazai se había mantenido campante y sonriente mientras Chuuya se daba en el rostro con la palma de su mano.

Le hacía gracia ahora que lo recordaba, pero en el momento no fue tan divertido ¡Chuuya no le permitió besarlo en todo ese día!

(No era cierto. Cuando el pelirrojo se despidió de él, le dio un cariñoso y prolongado beso en los labios.)

Dazai tenía sentimientos encontrados en cuanto a las presentes fechas; se sentía malhumorado debido al fastidioso calor del pleno verano. Aunque aquello también significaba tener semanas de receso del primer semestre universitario.

Pero eso no quitaba el hecho de que tanto Dazai, como Chuuya, continuaban con sus trabajos. Sobre todo el pelirrojo en The Flags, que a pesar de ser un café, gracias a su menú de verano y la gran variedad de tés y cafés helados que ofrecían, últimamente solía estar bastante ocupado.

Después de todo, dicha estación del año también traía consigo turistas, y junto a ello, el aumento de gente en la ciudad portuaria.

Dazai estaba muriendo de ganas por recibir la atención del pequeño y enojón pelirrojo. Sobre todo ese día.

Al menos, según sus conocimientos sobre el horario de trabajo de Chuuya, eso terminaría en aproximadamente unos quince minutos más. Y mientras miraba la hora en el reloj de su celular, de paso apagó la música; era momento de emprender marcha.

—¡Oh! Esta si es una sorpresa —habló Kunikida apenas abrió la puerta y vio a Dazai recostado en el sofá—. ¿Vienes a trabajar tan temprano?

El estudiante prodigio de la carrera de leyes se incorporó con pereza hasta ponerse de pie lentamente.

Red Connection • Soukoku • FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora