"Tal vez podrías intentar hacer todo lo contrario a lo que hiciste durante años".
Le había propuesto Louisa Alcott.
Dazai la miró interrogante, aún así se veía interesado en las palabras de la mujer.
"Recapitulemos. Cuando tenías quince años, deseaste con todas tus fuerzas no ver tu hilo nunca más. Sin embargo, sabías que por más que lo quisieras, tu hilo seguiría allí de todas maneras, aunque no pudieras verlo".
Dazai asintió antes de hablar.
"Porque es obvio ¿no? El hilo del destino no puede romperse, es imposible. Lo más cercano a eso, es llevarlo a un estado de corrupción".
"Entonces, sabiendo eso, durante todos los días y todas las noches a partir de tus quince años, deseaste no verlo nunca más, e inclusive le profesaste tus peores sentimientos. Esto último aumentó cuando conociste a Chuuya-kun y comenzaste a generar sentimientos por él, pero creías que él nunca podría corresponderte debido a que a él si le gustaba la idea de encontrar a su alma gemela".
Dazai volvió a asentir, muy a su pesar.
"Y con el pasar del tiempo, según Chuuya-kun, el hilo terminó por marchitarse por completo. Hasta el punto de no poder sentir ni la más mínima conexión con tu alma".
Alcott le dirigió una sonrisa comprensiva a su paciente cuando lo escuchó soltar un largo y ruidoso suspiro.
"Pero como dijimos antes, Dazai-kun, el hilo sigue allí aunque no puedas verlo. Siempre ha estado allí, en sus peores y en sus mejores momentos. Lo único que te impide verlo, es tu propia mente."
"Entonces... ¿Qué tal si comienzas a hacer lo contrario a lo que hiciste desde tus quince años? No pierdes nada con intentarlo. También podrías tomarlo como un ejercicio mental y así combatir esa inseguridad que tienes con la idea de ver el hilo."
"Todos los días, imagina que puedes ver tu hilo. Cuando estés con Chuuya-kun, imagina que puedes ver la conexión que tienes con él. Imagina que puedes ver un extremo de ese enlace atado a su dedo meñique, y el otro extremo, atado al tuyo."
"Supongo que no está de más decirte que si no ves resultados, no te frustres. De por sí, va a ser difícil. Tu mente lleva años creyendo que lo mejor para ti, es no ver tu hilo del destino."
Desde esa sesión, Dazai se había tomado el tiempo para profesar sus mejores sentimientos al hilo que no veía, y a lo significaba este también: una conexión con el alma de Chuuya.
Imaginaba lo agradable que sería poder sentirse acompañado por su alma gemela. Sentir que estaba ahí con él. Imaginaba lo emocionante que sería sentir cuando Chuuya estaba feliz, y las cosas que podría hacer para levantar el ánimo del pelirrojo cuando este se sintiera triste.
Dazai quería eso para él.
Quería, literalmente, poder sentir a Chuuya tanto en cuerpo como alma. E imaginar tener eso, era fácil.
Lo que no le resultó tan fácil, fue imaginar el hilo uniéndolos. La idea era reconfortante en sí: Chuuya unido a él a través de un enlace.
Pero era difícil imaginarlo.
Porque ni siquiera podía recordar cómo se veía su hilo. Ni siquiera podía recordar el color, el grosor, la forma... nada. Aquello le dificultaba aún más el poder imaginar cómo se vería la delgada cuerda, atada a Chuuya.
De todas formas, todos los días comenzó a desear ver nuevamente su hilo del destino, aunque en el fondo le provocara ansiedad e inseguridad verlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/276046526-288-k392860.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Red Connection • Soukoku • Finalizada
FanfictionDesde niño a Nakahara Chuuya se le habló sobre la importancia del brillante hilo rojo que estaba atado a su dedo meñique. "Ese hilo te ata a una persona muy especial. Y para encontrarla, no puedes cortarlo", "te amará tanto como nosotros a ti", le...