CAPITULO 1

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Me miro al espejo observando desesperada el fracaso de cabello con el que amanecí hoy, nada manejable, ya intente alaciarlo y se ve terrible, intente hacer ondas en el y fue lamentable, así  que lo cepille y quedo en un punto medio.

-¡Becca se hace tarde!- Escucho el grito ansioso de mi padre.

-¡Ya casi estoy lista!- grito desde la recamara.

Maldigo mi cabello que ni en mi propia graduación pueda lucir presentable.

-¡Vámonos!- Grito bajando las escaleras como loca despavorida.

***

Entro al gran auditorio donde se realizara la ceremonia de graduación y me pregunto dónde estará Samantha, ya que ella salió dos horas antes porque recitara el famoso discurso.

Como no la encuentro, busco la letra M y me acomodo en mi asiento asignado.

Después de tantas personas hablando aparece Sam, por fín pronunciara el famoso discurso que ha estado preparando por meses.

-Buenas tardes directivas, docentes, familiares, amigos y compañeros, a todos quienes hoy se sienten orgullosos por nosotros, gracias por acompañarnos. Nos hemos reunido para compartir la satisfacción de culminar una etapa; para muchos el fin de su proceso académico, mas no del aprendizaje. Muchos son los momentos que hoy recordamos con cariño de nuestro proceso educativo, tantos más los que pasan inadvertidos y los que nos hicieran imprecar, pero hoy evocamos como obstáculos superados. Cinco años como mínimo, cargados de esfuerzos, de sacrificios, perseverancia, responsabilidades, compromiso y entrega; de incertidumbre, temor al futuro. Durante este tiempo tuvimos el acompañamiento de varios maestros, quienes no se conformaron con cumplir con un horario y nos entregaron además del conocimiento, el amor a la profesión, la pasión por su área y la disponibilidad que sólo se esperaría de los amigos; sus enseñanzas no fueron dictadas para ejercer una profesión, es la vida misma que se va orientando con cada experiencia compartida. Seguramente en este lustro, fueron muchas las diferencias que tuvimos con nuestros compañeros, en momentos de poca tolerancia, el regionalismo y tal vez la diversidad de culturas dificultaron el respeto y la comprensión de las particularidades de cada uno,que finalmente son respetadas, valoradas y hasta extrañadas. Finalmente, solo resta felicitar a cada uno de ustedes por haber llegado a la meta. Lo conseguimos hoy nos graduamos y podemos pararnos en cualquier lugar y !Gracias!

Todos aplauden al terminar el gran discurso de Sam, si que sabe cómo dar una gran despedida.

 Después de ella el rector presenta al gran aportador de la universidad el Sr. Aaron Kravitz.

En este momento mi boca forma una gloriosa O en mayúscula, el señor ojos, boca, nariz y cuerpo perfecto me tiene anonadada. 

Y veo que no soy la única, creo que todas están babeando por el Sr. Kravitz.

Empiezan a entregar los papeles y me pongo nerviosa solo de pensar que pasaré frente a mil personas, aproximadamente.

Camino hacia donde están entregando los papeles y las manos me empiezan a sudar y creo que estoy por tener un ataque de ansiedad, o desmayarme, no logro diferenciar mi estado en este momento.

Para aumentar mi crisis existencial, me acabo de dar cuenta que el Sr. Kravitz es el que esta entregando los papeles a los alumnos.

- Rebecca Moore.- mi nombre resuena en cada maldita esquina, y este auditorio cada vez se hace mas pequeño.

Camino con toda la seguridad posible y le doy la mano al rector, sigo caminando y de pronto caigo con algún cable de un maldito micrófono.

Seré la burla de las próximas generaciones, pienso en todas las fotos que deben de estar tomando en estos momentos, cuando de pronto siento unas manos que me ayudan a levantarme del suelo, me sacan o me hunden mas en mi miseria.

Definitivamente me hunden en el fondo de la misera de la que ya me encontraba.

Esos brazos firmes, pertenecen al señor Aaron Kravitz que me tiene totalmente aturdida veo sus labios que se mueven y trato de identificar lo que dicen, cosa que no logro ya que soy pésima leyendo los labios.

el pequeño apretón que me da hace que vuelva al infierno que estoy viviendo.

-¿Se encuentra bien señorita?- me pregunta entre preocupado y exasperado.

-Si, gracias.- contesto recuperando el habla sin apartar mi mirada de sus perfilados labios.

Aprovecho la cercanía para admirar esos grandiosos ojos azules con toques verdes, ¿o son verdes con toques azules?

-Aquí esta sus papeles señorita Moore.-dice el señor Kravitz sin quitarme la mirada de encima y sacándome del dilema en el que estoy del color de sus ojos.

-Gracias.- contesto.

tomo los papeles de sus manos y camino los mas cuidadosamente posible ya que otro aterrizaje como el de hace un momento sería mas humillante.

P.O.V AARON KRAVITZ

Esa mirada profunda pero de presa asustada me tenían hipnotizado.

Observo como huye de mi la señorita Moore y justo a lado de mi encuentro su móvil en el suelo, lo levanto y lo guardo en los bolsillos de mi saco, ese sera el pretexto perfecto para volver a ver esos ojos hipnotizantes.

***

Por fín termina esta aburrida ceremonia, ahora me daré a la tarea de buscar a la señorita Rebecca Moore, no sera fácil ya que hay cientos de mujeres de cabellera castaña adornada de birrete y toga.

-¿Señor Kravitz?- preguntan a mis espaldas.

-¿Si?- contesto y me giro para ver quién es y lo que me faltaba Scott Dinsdale, dueño y fundador de Dinsdale Industries.

 He querido hacer negocios con el pero siempre tiene un pero para mí.

-Señor Dinsdale que gusto y que sorpresa verlo por aquí...-

-Lo mismo digo Señor Kravitz, pero permítame recordarle que mi hija se gradúa hoy. - dice Dinsdale.

Y yo como demonios voy a saber si su hija se gradúa o se casa hoy.

 ¡Ah claro! la rubia sexy pero mandona que me realizo una entrevista ¿cual era su nombre?

-Claro, la señorita Samantha Dinsdale, le mando mis más grandes felicitaciones, ha sido un gusto saludarlo señor Dinsdale.- digo educadamente, tengo un móvil que entregar.

-Aquí está mi nena consentida Señor Kravitz, felicítela usted mismo.

Creo que el Señor Dinsdale no entiende de evasivas, vamos y buscamos a su tenaz hija, tengo que admitir que la rubia es todo un monumento, totalmente sexy.

-Princesa, ¿recuerdas al Señor Kravitz? - pregunta Dinsdale a la rubia.

-Claro, Señor Kravitz que gusto volver a verlo- dice efusivamente.

-Mis más grandes felicitaciones señorita Dinsdale.- le digo estrechando su mano.

-Dejémonos de formalismos Aaron y dime Sam, por favor. - dice la pequeña igualada.

-Está bien Sam. -Le contesto igual solo para que ya me deje en paz.

-Aaron acompáñanos a almorzar, iremos mis padres, mi hermano, mi amiga y su padrastro.- dice Samantha, y al decirlo me pone pequeños mohines.

Siento destrozar tu dulce corazón pero no, tengo asuntos más importantes por atender.

-Lo siento Sam, pero tengo unos asuntos que atender, a la próxima será -. Y le guiño un ojo.

-Vamos Kravitz, así hablamos de los negocios que tanto has insistido en tener conmigo.- dice el idiota de Scott Dinsdale.

Creo que esos ojos marrones tendrán que esperar, espero que no sea una adicta a las redes sociales.

-Está bien, les acompaño- digo resignado.

¿Amor ó Negocios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora