Salgo de bañarme y tengo los nervios de punta; La verdad es que la presencia de Aaron hace que mi estómago se ponga loco y hace parecer que tuviera un zoológico en él.
Estoy tan nerviosa que ni siquiera me doy cuenta que Aaron está parado observándome. Dios, y yo en toalla creo que desmayare.
-Rebecca pensé que ya estaba lista, discúlpame, el desayuno ya está servido.- dice volteando a todos lados menos a donde estoy yo, y lo agradezco.
-Ya casi estoy lista. - digo en un susurro y me maldigo mentalmente al no ponerle el pasador a la puerta de la habitación.
¡Trágame tierra!
Salgo al comedor, y huele de maravilla, pero que despilfarrador es este hombre parece que viniera a comer todo Washington o piensa que comeré de todo eso. Se ríe al ver mi cara de horror.
-Como no sabía que te apetecía, pedí para que tu misma lo eligieras.- dice nervioso.
-¿Y no pudiste preguntar que me apetecía? - digo un poco molesta, pensando si aquí en el hotel tiran la comida o la donan a los más necesitados.
-De nuevo señorita Moore, con unas gracias sería suficiente- dice molesto y avergonzado al mismo tiempo, en realidad es demasiada la comida que pidió.
¡Uy! Parece que se molestó.De Rebecca pase a ser la señorita Moore, pues me da igual, a mí también me molesta que tiren la comida a la basura.
-Gracias señor Kravitz.-le digo en el mismo tono.
Decido tomar omelette con tocino acompañado de jugo de naranja.
Como no decimos ninguna palabra, desayuno tranquilamente, claro, solo cuando el señor intimidante no está observándome.
Termino de desayunar y ya me quiero ir, solo que no sé cómo decirle. Me siento bastante incomoda porque él no dice nada, solo se dedica a observarme y me intriga que es lo que estará pensado.
P.O.V AARON KRAVITZ
Esta tan hermosa que no puedo dejar de observarla, no sé qué hacer, tengo un extraño sentimiento de protección hacia Rebecca pero necesito a Samantha para lograr que mi empresa siga creciendo, porque el estúpido de Scott Dinsdale ya me lo advirtió. Tengo que mantener a su caprichosa hija contenta para que él pueda seguir con nuestros negocios.
-Rebecca, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿qué tipo de relación llevas con el tipo de ayer?, Mark, creo. - pregunto ansioso, esperando que su respuesta sea que solo sea alguien que conoció en el bar, o en la escuela.
-Solamente es un compañero de trabajo, y nuevamente gracias por lo de ayer. - dice dulcemente.
Suspiro aliviado.
-de nada, y ¿qué es lo que harás esta tarde?
-De hecho necesito ir por mi carro al taller de un amigo, esta mañana recibí un mensaje de mi amiga, que nos veíamos en Seattle.
-¿Y sus cosas?- pregunto vagamente, la verdad no estoy poniendo del todo atención ya que siento que algo he olvidado.
-Ya las han llevado a Seattle y lo que queda lo lleva mi amiga Sa...
-¡Mierda!
Tengo que ayudarle a Samantha con lo de su cambio a Seattle, llegare tarde y con lo que es de pesada la rubia.
-Lo siento Rebecca tengo un compromiso, y llego tarde ¿te llevo al taller?.-digo divagante ya que fue todo lo que logre retener de lo que me dijo.
-No se preocupes Aaron, tomo un taxi.
-No, yo te llevo...¡vamos!
-En mi recamara está el bolso con tu ropa limpia, ve y alístate en lo que yo recojo mis cosas.
P.O.V REBECCA
Aaron me confunde tanto, es decir envía señales contradictorias.
Por un momento me mira como si fuera la cura para el cáncer y por el otro ciento que piensa en algo o alguien más.
Se ha portado de lo más caballeroso en el poco tiempo que llevo conociéndolo, tal vez a él solo le interese una amistad, no me negaría la verdad, porque sé que es buena persona, pero tampoco niego que me atrae físicamente y hay una tensión entre nosotros y le sumo las ganas de besarlo, pero como todo hombre caballeroso que es, creo que no lo hará.
Creo que hay alguien más.
***
Llegamos al taller y me observa por unos minutos y yo a él, azul verde contra marrón, imagino las islas maldivas en su mirada.
-Rebecca, ¿cenamos esta noche en Seattle?- pregunta perdido entre mi mirada y yo en la suya.
¿Será una cita? Y al pensarlo siento mariposas viajar por todo mi cuerpo, como una montaña rusa, demasiadas emociones juntas creo que vomitaré.
-¿El domingo te parece bien? Es que hoy me dedicare a acomodar lo de la mudanza.
-Claro y Llámame el domingo para confirmar ¿De acuerdo?
-Está bien, solo que no tengo tu número.- digo avergonzada de indirectamente pedirle su número.
-Ya lo anote en tu móvil.- parece avergonzado al decirlo.
Y me rio, y el ríe al verme.
De pronto el ambiente cambia radicalmente.
En su mirada veo deseo, y en los míos también lo hay, jamás he deseado a un hombre como a Aaron, de hecho jamás he deseado a un hombre.
Necesito tranquilizar mi ritmo cardiaco.
-Gracias Aaron por traerme y por lo de anoche.- digo nerviosa tratando de relajar el ambiente.
-De nada Rebecca y estoy deseando el domingo como no imagina.- dice con esa sonrisa que mueve mi mundo.
Y de pronto se acerca a mí lentamente sin quitar su mirada de mis labios.
Y me besa.
Es un beso profundo lleno de promesas por cumplir, veo estrellas alrededor, y hasta siento que sueltan fuegos pirotécnicos. ¡Dios! Este beso ha superado mis expectativas, es perfecto.
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¿Amor ó Negocios?
RomanceCuando Rebecca Moore conoce el Billonario Aaron Kravitz, todo su mundo se descontrola, al igual que el de el, ella llega como un soplo de aire fresco a su ordinaria vida, pero también tiene un muy buen negocio, que pendería de un hilo, si no cumple...