CAPÍTULO 62

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—Que demonios te pasa Anastasia? —Espeta furioso.

Me río como loca histérica.

—Estas loca o que? — pregunta aún tambaleándose.

—Si y tu estas muy borracho. — digo riendo aún.

—No te burles Anastasia —En este momento estoy muy cabreado para soportar tus bromas — dice molesto.

Estoy anonadada , voy y saco su maldito trasero borracho del maldito bar donde no puede ni moverse y lo traigo a mi casa para evitar que muera ahogado con su propio vomito y a cambio recibo su maldito mal humor y sus gritos como agradecimiento.

Que le den.

—Por lo menos ten la cortesía de dar las gracias por ir por ti a tan altas horas de la madrugada porque estabas demasiado ebrio como para moverte. —le grito y el abre sus ojos atónito.

—Gracias Anastasia , ve y duerme. —dice mas tranquilo.

—Y tu date una ducha para que se te baje esa maldita borrachera que llevas encima y tu maldito mal humor. —le grito furiosa subiendo las escaleras.

Escuchó su risa.

Y de pronto me toma por las piernas y me lleva en sus hombros.

Yo chillo furiosa.

—Creo que ese baño lo necesitamos los dos. —dice riéndose.

—!sueltame!

De pronto siento el chorro de agua fría y chillo.

Christian me suelta y ríe como un chico joven.

Su risa es contagiosa que yo también empiezo a reír.

—Estas loco Christian.

—Por ti.

Pongo los ojos en blanco.

Se aproxima y yo empiezo a temblar. — acerca sus labios a los mios , pero se detiene justamente en ellos , estamos rozando nuestros labios , pero el no avanza y yo estoy deseando que me bese.

Esta espera me esta matando y se que esta esperando que yo de el segundo paso.

Y lo haré.

Lo tomo del cabello y pego mis labios a los suyos el gime y aprovecho para invadir su boca.

Oh dios mio , cuanto deseaba esto.

—Oh Ana. —Gime.

Empiezo a desabrochar su camisa y voy dejando besos por su torso.

El saca mi blusa de un jalón.

Me quito lo que me queda de ropa y Christian me carga y siento su dura erección justo ahí.

—Oh dios.

—Extrañaba tanto esto nena. —dice entre dientes.

El empuja mas y lo siento mas adentro.

Oh dios mio.

*****

—ibuprofeno. —le digo entregándole dos pastillas y un vaso de agua.

Esta acostado, desnudo cubierto con la sabana y yo traigo mi camisón corto.

—Gracias nena.

Me acuesto de nuevo y el levanta sus brazos para que me acomode bajo ellos.

Estamos en silencio , pero no es un silencio incómodo es uno tranquilo.

De pronto mi comodidad se ve atormentada por mis pensamientos.

¿Amor ó Negocios?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora