Salgo del bar porque necesito tomar aire, no sé cómo quitarme a Mark de encima y estoy un poco ebria,la verdad no confió en él, menos en el estado en el que se encuentra.
Mark sale y me abraza, la verdad me siento muy incómoda teniéndole cerca, intento quitarme pero es un fracaso, al contrario se acerca más con la intención de besarme.
-Rebecca, en verdad me gustas.- dice dándome besos en el cuello.
Me dan unas ganas de vomitar terribles, por el alcohol, el aroma penetrante de su asqueroso perfume y el como quiere propasarse.
-No sé qué te hizo pensar que puedes besarme, suéltame por favor.- le digo a punto de ponerme a llorar, los demás nos miran pero al parecer les resulta una situación bastante normal ya que no hacen nada para ayudarme.
-Bésame, solo será un beso...- dice en tono dulzón.
Trato de empujarlo, pero mi peso es bastante ligero a comparación del suyo.
Me giro para buscar ayuda y de pronto veo alguien acercándose.
Creó que estoy a punto de llorar y veo más cerca a la persona que se aproxima a auxiliarme.
-¿Señor Kravitz?- pregunto asombrada. ¿El que hace en un lugar como este?
Todo pasa demasiado rápido, Aaron empuja a Mark y el cae al suelo, se levanta molesto queriendo regresarle el golpe pero llega un hombre al lado de Araron quien se lleva a Mark del cuello a quien sabe dónde.
Aaron se acerca a mí y me examina. -Rebecca ¿te encuentras bien?.- me pregunta y veo la preocupación en su rostro.
-No.- le digo sollozando en sus brazos.
-Venga, te llevaré a casa.
Dudo al principio, pero no me queda más remedio, ya que es el o camino a casa.
Cuando doy un paso, creo que se me juntaron las emociones y pierdo movimiento y me visión se oscurece.siento como caigo.
P.O.V AARON KRAVITZ
Por lo menos algo salió bien esta noche, salve a Rebecca de un maldito imbécil, me imagino lo que pudo haber sucedido si no hubiera estado yo en ese sitio y me hierve la sangre.
No sé qué me pasa pero desde ahora siento la necesidad de cuidarla, protegerla, se ve tan inocente e indefensa.
La cojo del brazo para esperar a Bruce y se desploma en mis brazos, es la adrenalina y el alto grado de alcohol que al parecer ingirió.
Bruce abre la puerta de la Rubicón y me subo en la parte de atrás con ella, la recuesto a lo ancho del asiento.
-Bruce vamos al hotel.- le informo ya que no sé dónde vive Rebecca, Bruce mi mira por el retrovisor y ve a Rebecca, espero que no piense que le haría algo a Rebecca en las condiciones en las que se encuentra, me gusta que mis mujeres sean receptivas y sobre todo que estén consientes.
-Sí señor.- dice Bruce y vuelve su mirada al frente, no pienso darle una explicación, espero que en los cinco años que lleva trabajando para mi me conozca lo suficiente como para saber que no soy ese tipo de hombre.
Acaricio el rostro de Rebecca y examino sus facciones, una nariz recta y unos labios carnosos que son una maldita tentación, vale mas que detenga el rumbo al que están yendo mis pensamientos.
Llegamos al hotel y al llegar a la habitación la recuesto en la cama, como desearía acurrucarme entre sus brazos, sentir su calor, su inocencia y su pureza.
Necesito controlarme, no puedo ser como el maldito imbécil del que la salve.
No puedo dormir, no puedo dejar de observarla, me hechiza.
Me recuesto en el sofá que esta frente a la cama y ahí me quedo observándola por lo menos tres horas, imaginando que estoy a su lado observándola desde más cerca y de otro ángulo, sintiendo su calmada respiración, quisiera ver cómo es su cuerpo totalmente desnudo y quisiera besarlo centímetro por centímetro.
P.O.V REBECCA
Despierto y empiezo a estirarme pensando en lo placentero que dormí.
De pronto mi tranquilidad se ve espantada por la realidad y los recuerdos de anoche llegan a mí en pequeños fogonazos.
Yo ebria, Mark igualmente ebrio tratando de besarme y por ultimo pero no menos importante Aaron Kravitz al rescate.
Miro mi entorno y por lo visto estoy en un hotel de lujo.
La puerta de la habitación se abre y entra Aaron.
-Buenos días Rebecca.
-Buenos días.-contesto avergonzada.
-¿Cómo amaneciste?.- secando su cabello, veo como dos gotas de agua caen su pectoral, porque cabe recalcar que esta en pantalones de chándal sin camiseta.
-Mejor de lo que merezco.-contesta la cruda moral por mi.
-bebiste demasiado ayer Rebecca.- me dice Aaron de manera reprobatoria.
-Lo sé.- contesto sin mas que decir ya que tiene la boca llena de razón.
-No tarda en llegar el desayuno, te dejo para que te duches.- dicho eso se da media vuelta con la intención de salir de la habitación.
-¿Aaron que estoy haciendo aquí?.-pregunto haciendo que detenga su marcha.
-Rebecca estabas ebria, te desmayaste, ¿que querías que hiciera?, si no sé dónde vives. - dice molesto.
¿Por qué se molesta?
-¿Que paso con Mark? ¿Dónde estaba usted? ¿Usted me metió a la cama? No habremos....- no termino la oración porque me da terror de solo pensarlo, y no porque me este guardando para el matrimonio, pero no acordarme y sobre todo hacerlo con un desconocido y ebria, lo peor de lo peor.
-detente Rebecca, para empezar la necrofilia no es lo mío, y segunda; si yo te metí en la cama, venías en un coma etílico, Tercera; yo digamos andaba por ahí y con el idiota ese, lo único que debe importarte es que me encargue de el.-termina ladrando lo ultimo de su reprimenda.
-Y por segunda ocasión con un gracias me basta.-dice exasperado.
-Lo siento Aaron, en verdad te lo agradezco.-digo apenada por mi falta de modales.
-De nada, ahora toma una ducha, que el desayuno llegara en quince minutos.
¿Ducha? No tengo nada de ropa aquí, como demonios voy a ducharme.
-¿Que pasa Rebecca?
-Es que no tengo ropa limpia.- le digo ruborizándome.
Su rostro se suaviza.
-No te preocupes, toma de mi ropa, está en ese armario, sírvete tu misma. - Me guiña un ojo y sale de la habitación.
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¿Amor ó Negocios?
RomanceCuando Rebecca Moore conoce el Billonario Aaron Kravitz, todo su mundo se descontrola, al igual que el de el, ella llega como un soplo de aire fresco a su ordinaria vida, pero también tiene un muy buen negocio, que pendería de un hilo, si no cumple...