Capitulo 24.

34 5 5
                                    

Lucah y yo nos mirábamos fijamente, ninguno de los dos bajaba la guardia, ambos con pistola en mano, esperando bajara la defensa del otro para hacer un movimiento y a veces, solo a veces yo, actuó por impulso y no mido las consecuencias.

Bueno, esta fue una de esas veces, dispare al aire distrayéndolo y haciendo que quitara su atención de mí.

Entonces salí corriendo.

Mi misión no era atacar a Lucah o quitarlo del camino, mi misión esa noche era llevar a Thomas a protección de testigos y mantenerlo a salvo.

Independientemente de que por dentro quisiera acabar con Lucah, tenía otras prioridades.

Seguí el único camino que podía tomar Thomas guiándome por sus huellas en el asfalto mojado, escuchaba a lo lejos un forcejeo, los guaruras de Lucah debían de haber encontrado al niño.

Genial, ahora tenía dos problemas.

Sentía a Lucah detrás mío, corriendo y disparando tratando de darme, había podido librarme de el por medio de mi ingenio y de la suerte, cosa que lo había hecho enojar demasiado, apresure el paso llegando a un callejón sin salida.

Thomas estaba de pie, los hombres de Lucah tirados en el suelo, la mirada del niño, era fría, sus ojos antes temerosos y cautelosos ahora no expresaban ningún sentimiento.

Parecía un robot, sus manos en puños al lado de su cuerpo, su respiración seguía siendo tranquila, como si no hubiera pasado nada, como si el no fuera el responsable de haber dejado inconscientes a esos hombres, en el mejor de los casos.

Había leído y escuchado acerca de lo que Nueva Era hacía con sus alumnos, lavado de cerebro, estimulación de sus habilidades por medio de drogas experimentales, para hacerlos un arma mortal y venderlos al mejor postor, lo que no decían es que esas drogas los mataban lentamente por dentro.

Estaba tan sorprendida de ver todo esto por mis propios ojos que no lo vi venir.

Si no fuera porque Nathan salió de la nada y me quito de en medio, la bala que solo termino dándome un rozón en el brazo, hubiera dado directo a mi pecho.

-¡Reacciona! – Dijo Nathaniel moviéndome – no necesito errores de novata en este momento, ni cargar con la ira de tu padre si por tu estupidez te asesinan.

El brazo me ardía pero no lo sentía tanto tal vez por la corriente de adrenalina que pasaba por todo mi cuerpo, voltee hacia atrás, donde estaba Lucah, sonriendo de lado a lado, una sonrisa que hacía que se te erizaran los vellos del brazo, era una sonrisa desquiciada.

-Muy bien Thomi, saliste tan eficiente como tu hermano – susurró Lucah con la misma sonrisa – lástima que compartas su mismo destino.

Antes de poder siquiera hacer algo, de poder movernos o tratar de ayudar, Lucah disparo directo al pecho del niño, varias balas atravesaron el pequeño cuerpo enfrente nuestro, cayendo de frente, con la sangre bañando sus ropas y el asfalto, la lluvia había vuelto a caer con fuerza, llorando por el destino que les había tocado a los hermanos Morales, simplemente por querer tener una mejor vida y salir de aquel infierno donde los tenían.

La ira, caliente y espesa corría por todo mi cuerpo, sentía como quemaba cada célula de mi cuerpo y la hacía estallar, quería acabar con Lucah ¿Cómo podía ser tan frio y sanguinario? Acabar con la vida de un niño inocente, que había estado en las manos equivocadas, si hubiéramos actuado más rápido tal vez esto no hubiera pasado.

–Hijo de puta – dije entre dientes viéndolo, mi  visión roja y caliente, quería acabar con él, descargar todas las balas en su cuerpo, que sufriera lo que había sufrido el pequeño Thomas, ver como la luz se extinguía de su rostro y ver su sangre correr por su cuerpo.

Cronicas de La Academia. Libro 1. Descubrimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora