Capitulo 16.

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-Lucah es peligroso - dijo Andrew poniendo la tableta en la mesa para poder verla todos, en ella se miraba una foto reciente del morocho, ojos azul cielo y una sonrisa engreída en su rostro a un lado venia toda su información, tenía 25 años, él y su hermano Stefan habían sido adoptados por el director de La Academia cuando Lucah tenía 10 años y Stefan 6 años, no decía mucho más de su educación, parecía que la tierra se los hubiera tragado después de su adopción.

Venía otro reporte más abajo Lucah a los 16 años en varios carteles de organizaciones delictivas, tanto de Estados Unidos, como en Latinoamérica, trague grueso, si esa había sido su educación desde niño, suponía que la de su hermano había sido igual, en las fotos y videos que nos presentó Andrew de un Lucah adolescente, no se miraba como un soldado más de aquellas mafias, si no que se miraba con ropa elegante, organizando las emboscadas a los enemigos, experimentando con diferentes tipos de químicos creando nuevas drogas, empuñando armas de fuego de gran calibre, manejando diferentes técnicas de combate cuerpo a cuerpo, el viejo director de La Organización sabía lo que hacía con aquellos huérfanos, lo que más aterrorizaba era la falta de vida en aquellos ojos azul cielo que tanto me recordaban a su hermano.

-Bien, del otro hermano Bennett no tenemos nada, solo registros comunes, carnets de conducir, diplomas, títulos, etcétera, que bien pueden ser falsos - se encogió de hombros restándole importancia - Jennifer - se dirigió a la rubia - tu trabajo será tratar de descubrir mas cosas de este chico, conviértete en su amiga, confidente, no sé ¿Novia? Su personalidad es más tranquila que la de su hermano, pero no se dejen engañar por las apariencias, a veces los callados son peores.

-Este... Creo que eso no se va a poder Andrew - Blake habló por primera vez en toda la mañana, sabía que todavía estaba molesto por lo de anoche y solo me había hablado poco para lo más básico, al igual cuando estábamos programando cosas para una misión solo escuchaba y asentía haciendo sus propias conclusiones y detallando el plan en su mente, por eso me había sorprendido que interrumpiera a mi padre e incluso le llevara la contraria - pues parece que este chico ya se fijó en alguien más, precisamente en tu hija para ser exactos.

Tierra trágame pensé. 

En mis días de estudiante de espía y cuando había salido de La Academia para hacer trabajo de campo aun siendo menor de edad o una estudiante, mi padre se había encargado de tener todo supervisado, que no me tocará nada demasiado peligroso y aparte había espantado a casi todos los pretendientes que había podido tener, hasta que tuvieron el valor de pedirme una cita.

La mirada fría y grisácea de mi padre me traspasó, sabía que no le había caído nada bien la noticia, en mi interior, agradecí que mi amigo no dijera nada de la metedura de pata que había cometido la noche anterior, supone que no estaba al tanto de mis desordenados sentimientos.

La expresión de Andrew seguía siendo calculadora, un espía antes que ser humano, eso lo había dejado en claro muchas veces, la mandíbula tensa, los ojos fríos y calculadores observando, a cualquier persona la habían puesto de los nervios y para ser honestos tenía unas grandes ganas de salir corriendo y de esconderme debajo de una piedra, pero no, a veces tenemos que lidiar con las consecuencias de nuestros actos, tenia que ponerle un alto a mi controlador y celopata padre.

-Soy tu hija, que puedo decir - fue lo único que dije encogiéndome de hombros, bien Valentina, pensé en mi fuero interno, dale por el lado, por el ego - yo puedo hacer eso, ya que llevo más tiempo conociéndolo.

-Es un perseguidor - nos interrumpió Helena mirando la fotografía de Stefan en su tableta electrónica - lo reconozco porque yo igual poseo ese talento, él es quien sabe que niños pueden ser útiles, puede reconocer alguna especialidad en ellos y saber quien tiene madera y quien no, supongo que no a podido reconocer a Blake y Valentina, por el microchip especial que nos inyectan en la Academia - comentó rascándose la muñeca, donde nos inyectaban un micro chip especializado para que "apagara" o borrara para los demás nuestro talento al igual que para tenernos controlados y saber donde estábamos en cualquier momento, con el tiempo se hacía parte de tu sistema, tratar de quitarlo o desintoxicarte de el, no seria buena idea.

Cronicas de La Academia. Libro 1. Descubrimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora