Twenty-Three For All

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+Aquí debería haber una imagen que no he podido poner porque no tengo espacio para descargar Canva+

Como cada mañana, batallo ofuscada con la corbata del uniforme. Vários pasos detrás de mí Bakugo me observa a través del espejo atentamente mientras hago un puchero en rendición.

—No puedo más, al diablo con la corbata. —La embollo y lanzo bruscamente dentro de mi bolsa con un puchero enfadado.

—Eres un jodido desastre. Si no la usas van a expulsarte. ¿Así como quieres convertirte en la jodida número 1? —Se agacha frente a mí, tomando la bolsa y sacando la corbata.

—Pero... tú no usas. —Apunto su pecho medio abierto.

—Úsala. —Me la tiende.

—No sé hacer el nudo. —Me sincero. —Mis hermanos me la atan cada mañana. —Me alza una ceja y suspira.

—Acércate, maldición. —Me pongo frente a él con el ceño fruncido.

—¿Porqué tengo que usarla? —Le pregunto. —Si tú nisiquiera usas, y no me vas a decir que es por falta de dinero para comprarte una.

Hace el nudo de mi corbata mientras me va mirando de soslayo. Muerde su labio inferior buscando una respuesta y entonces me responde con voz ronca.

—Porque soy jodidamente así. —Ajusta mi corbata. —Soy el jodido número 1, no me hace falta una jodida corbata para demostrarlo.

—Osea, que te da igual. —Me aparto los rizos de la cara sujetándolos con las manos.

—Exacto.

—Ah, muy bien. —Murmuro dejando que me arregle el cuello de la camisa, siento el roce superficial de sus dedos desviandose lentamente a mis mejillas.

Siento mi cara arder al instante, tensandome mientras las llemas de sus dedos acarician lentamente mis mejillas. Me niego a mirarlo a los ojos al instante, manteniendo mi antención sobre su nuez de adán, que se agita cuando traga duro.

—Oi, vamos a llegar tarde. —Murmura con voz ronca. Inspiro ondo asintiendo, recibiendo un corto beso. —Voy a desayunar. —Me suelta y se aleja por el pasillo. —¡Será mejor que comas algo, después no quiero cargar tu trasero de salvaje por el camino! —No puedo evitar observar con ternura el lugar por el que se fue.

Vaya que es especial para demostrar aprecio y cariño.

Después de echarme en rapido vistazo en el espejo de su baño y recogerme los mechones del pelo de la frente, salgo de la habitación alisandome la chaqueta del uniforme. Rapidamente bajo las escaleras y atravieso el pasillo, pero justo cuando estoy a punto de entrar a la cocina abro los ojos. Doy marcha atrás y abro la boca al detallar una de las fotos enmarcadas en la pared.

Katsuki de bebé.

—Awwww... —Murmuro ante la vista.

El bebé de la foto, Katsuki, sonreía sin dientes. Tenía las mejillas rellenitas y rosadas, los ojos más grandes y rojos, y las pestañas y cejas muy rubias. Casi parecia albino, si no fuese por el destello rubio de la pequeña mata de pelo sonre su cabeza. Tenía los bracitos muy gorditos y abrazaba un peluche de All Might, el que reconocí como el que había visto en su cuarto.

¿Conservaba un peluche de su infancia?

—Que lindo... —Murmuro detallando que en la foto estaba usando una camiseta roja y un pañal.

Después procedí a observar otra foto que estaba en el mueble justo debajo de la primera foto. En esta Katsuki estaba metido en una bañera de plastico, tenía los bracitos apoyados en el borde y el pelo casi tapandole los ojos mientras sonreía con apenas dos dientes en la boca. Literalmente no se podía ver el resto del cuerpo.

Block Up, Block Out; Sexy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora