Eleven For All

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- ¿Son novios? ¿Por qué no me dijiste cuándo hablamos?

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- ¿Son novios? ¿Por qué no me dijiste cuándo hablamos?

- ........ ¿Eh? - Yo aún estaba procesándolo.

- ¿Mi hijo tiene novia?

- Si vieja, y si nos disculpan. - Tomó mi mano y tiró de mí al exterior del local.

Y yo aún, seguía procesándolo. Al salir me solté con brusquedad, frunciendo el ceño y gruñendo en el acto.

- ¿Y a ti que mierda te pasa? - Le recriminé. - ¿Novios? ¿Y qué más? ¿Estamos comprometidos? ¿Casados? - Lo miré directamente a los ojos. - ¿Qué mierda Katsuki?

- Sígueme. - Traté de no matarlo y simplemente caminé a su lado en el centro comercial.

La gente pasaba a nuestro alrededor sin prestarnos atención, cosa que agradecía internamente.

Los escaparates mostraban carteles y objetos que se vendían en las tiendas. En una situación normal yo me hubiese parado a ver todo con curiosidad.

Pero esta no es una situación normal.

- Mi madre me vio un chupetón.

PAUSE

Sale Katsuki frunciendo el ceño.

- ¿Que mierda están mirando? - Bufa exasperado, pasándose una mano por el cabello. - ¡Okay si! ¡No supe ocultar un chupetón!

Flashback

Katsuki se encontraba sin camiseta, frente al espejo, enjuagando su rostro cansado de la mañana. La idea era ducharse, así que se alejó del lavamanos y se quitó los pantalones.

La puerta del baño se abrió bruscamente, pues Mitsuki acababa de ponerse a limpiar y necesitaba ropa para completar la lavadora. Enseguida Katsuki dio un respingo en su sitio, pero no le dio importancia.

- Buenos días Katsuki. - Pronunció sin mirarlo mientras recogía la ropa del cubo del baño.

- Buenos días vieja. - Mitsuki hizo un exorcismo con su cuello.

- ¿Como me llamaste Bastardo malnacido?

- Cómo oíste, vieja bruja. - Repitió, pero notó que su madre tenía la vista clavada en un punto bajo su mentón.

- ¿Eso es un chupetón? - Trató de tocar la marca, pero su hijo se alejó gruñendo y maldiciendo. - ¿Que andas haciendo estúpido?

- Tsk. ¿¡Y a ti que te importa!?

- ¡Pues claro que me importa Bastardo! ¡Soy tu madre!

Y así, entre ambos rubios, despertaron a Masaru, quien desde el piso de arriba y entre las sábanas suspiró con cansancio.

Que buen día libre le había tocado.

- ¿¡Estás ofreciéndote!? - La idea de Mitsuki de su hijo en una relación le pareció ridícula.

Block Up, Block Out; Sexy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora