Seventeen For Puppy

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—Hola novio

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—Hola novio. —Le susurro a Katsuki y el se gira a verme sobre el sofá. —¿Cuanto llevamos exactamente? —Él relame sus labios mientras saca una de sus manos para contar, luego saca la segunda.

Yo sigo absorta en su boca, en sus labios gruesos pero pequeños, al igual que su boca, y los dientes rectos y blancos. El color rosa de su boca, el como su piel clara contrasta con estos, y su barbilla levemente marcada. Comienza a contar y sus labios se mueven con suavidad al murmurar silenciosamente los números. Se rectifica várias veces y yo sigo con los ojos fijos en su boca, sus gestos. Frunce el ceño y pasa una de sus manos por su rostro antes de volver a ponerse a contar, y al cansarse de contar deja caer su cabeza hacía arriba.

—Necesito concentración. —Yo frunzo el ceño y él dirige su vista a mí, me mantengo abrazándo uno de los cojines del salon. —No puedo si me miras fijamente. —Mis labios tiemblan, los muerdo mirándo hacía delante en una disculpa silenciosa.

—Si llegaste en Septiembre del año pasado... empezamos a salir a mediados de Octubre, era 15. —Lo escucho. —Hoy es 15 de Mayo. —Me mira. —Cumplimos siete meses, hoy mismo. —Parpadeo sonrojandome.

—Oye pues... felicidades. —Sonrío un poco incómoda. —Por cierto, te debo algo, sígueme. —Tiro de él hasta las escaleras.

—¿A dónde van? —Pregunta Papá.

—Es que me prestó algo, voy a devolvérselo. —Tiro de Katsuki escaleras arriba.

—¡La puerta abierta!

—¡Si papa! —Ruedo los ojos soltándo al Lord cuando estamos arriba. —¿Cumplías el 20 de Abril, cierto? No estuve por aquí. —Lo miro de reojo, abriendo la puerta la mi cuarto y dejándole paso. —Sientate en mi cama o en la silla gamer, estoy aquí en un minuto. —Me meto dentro de mi armario a buscar el regalo que le compré, bueno, adopté, y fué hace unos días pero de igual forma le hago gestos al regalo para que se quede calladito.

Enseguida salgo con una caja envuelta en papel de regalo rojo. Bakugo se gira a verme, llevándo su atención a la caja y a mí várias veces. Está sentado sobre mi cama, así que a pongo con cuidado sobre esta —quedando la caja en medio del colchón, con él del otro lado—, y me siento de rodillas a su lado. Él me mira unos segundos mientras yo me muevo en mi sitio impaciente. Mi cola revolotea sobre mi colcha azul oscuro.

—¿No lo vas a abrir? —Él frunce el ceño, pero no dice nada y abre la caja, de inmediato su ceño se frunce.

—¿Comida para perros? ¿Te estás burlando de mí? —Tira la bolsa dentro de la caja. —Correa, un cuenco para comida, chuches de perro. ¿Es para tí o qué? ¿Te tengo que sacar a pasear? —Levanta la vista con una ceja alzada, pero al ver mi sonrisa me doy cuenta de que sabe a que viene todo esto. —¿Para que és, _____? —Me giro y silbo con suavidad.

Unos pasitos rápidos se oyen por el vestidor, y frente a nosotros aparece una bolita de pelo rubio ceniza, con manchitas negras y blancas, ojos azules claros y mucha energía. Enseguída suelta un ladrido prematuro y agudo al aire, meneando la colita y corriendo por el cuarto de un lado a otro.

Block Up, Block Out; Sexy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora