Capítulo 26: Difícil

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A pesar de haber abierto los ojos no me muevo de la cama, porque moverme implicaría aceptar que volveré a esto otra vez. He hecho dos rutas de siete... ¿Eso significa que pasaré por esto cinco veces más? No puedo... No... Por un segundo frunzo el ceño. ¿Acaso serán siete? Me incorporo en la cama. La ruta de Saeran, de Ray, no debería estar si... No... ¿cómo sería posible? ¿Y la ruta de V? Por un segundo pensé en todo Another Story. No podía ocurrir... ¿verdad? Esto era un maldito caos.

Tomé el teléfono que estaba en la mesita, colocado como si me hubiese ido a dormir sin más y, sin embargo, recordaba las convulsiones de Yoosung y el aspecto de Zen. ¿Quién tocaba ahora? ¿Por orden? ¿Ahora sería Jaehee? Ni siquiera conocía su ruta...

E̴͎͓̒̕̚n̸͔̞͇̽̾͋c̸̢̪̞͌́̀í̵̦͎͙͑͋e̴̡͎͓͋̿͑n̴̺̦͔̽͋͘d̴͔͖̐̈́͝e̴͉̟̠͐̚͘ e̵̢̻̻̔̐͘l̸̡͕͎͐̾͒ o̸͎͓̦̔͊͘r̴̼͓̪̓͊d̸̺͎̽̕͝e̵̡͎͉͋͋̕n̵̙͍͕͐̈́͝a̴͙̼͆̾̽d̵̺͚͉̀̒͝o̸̘͙͖̒͌r̸̡̦̐̈́̕

Los mismos mensajes de siempre... Las mismas encriptaciones de Saeran... Ahí estaban... Hice como decía el mensaje y encendí el ordenador para descubrir un documento .txt titulado "instrucciones" en pantalla.

― Cómo no... ―suspiré echándome hacia atrás en la silla y abriendo el documento.

«𝙷𝚎 𝚍𝚎𝚌𝚒𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚞𝚗 𝚌𝚊𝚖𝚋𝚒𝚘 𝚎𝚗 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘𝚜 𝚙𝚕𝚊𝚗𝚎𝚜 𝚢 𝚖𝚎𝚝𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝙳𝚎𝚎𝚙 𝚂𝚝𝚘𝚛𝚢, 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚖𝚎𝚝𝚊𝚜 𝚕𝚊 𝚙𝚊𝚝𝚊. 𝙳𝚒𝚜𝚏𝚛𝚞𝚝𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚙𝚛𝚘́𝚕𝚘𝚐𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚎𝚛𝚌𝚎𝚛𝚊 𝚟𝚎𝚣, 𝙹𝚞𝚗»

Cierto... El único que cambiaba el primer día era Another Story... « Bienvenido a la aplicación privada de la RFA. Introduzca sus credenciales a continuación». Me sabía de memoria el proceso de inicio de sesión y peor aún... me sabía de memoria lo que decía cada uno de ellos.

Esta vez no lo intenté siquiera. No iban a recordarles, era absurdo intentarlo. Por primera vez, mis esperanzas de solucionar esto desde el principio estaban desapareciendo. Tampoco me esforcé con el prólogo, ¿para qué? No tenía ningún sentido. Hice las mismas contestaciones de siempre, las mismas respuestas, tomé las mismas llamadas y, sin embargo, faltaban las llamadas de dos. Es increíble lo rápido que pierde su esencia un juego cuando dos personajes a los que apenas prestabas atención al principio desaparecen.

Por un segundo, recordé a qué me iba a enfrentar. Seguramente a Seven lo dejaría para después o me habría dicho algo más. Seguramente sería el turno de Jumin. No me había dado cuenta: tendría que vivir su historia otra vez, y eso implicaba destrozar a Seven y, peor aún, implicaba pasar por estar encerrada en su casa y...

― ¡Oh, dios mío!

Me levanté de la silla aterrorizada y caminé en círculos. Cualquier Bad Ending es algo malo, pero... pero hasta ahora, sólo implicaba llevarlos hasta Saeran. Repasé mentalmente los de Jumin, pero no existía ningún Bad Ending en el cual Jumin acabase en Magenta o siquiera llegase a encontrarse con Saeran. Todos estaban centrados en MC y no realmente en él.

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Pasaban los días y Saeran apenas aparecía por el apartamento. Era como si me dejase más libre, aunque sus indicaciones seguían siendo perfectamente claras: no acercarse a Seven, entrar en la ruta de Jumin y ceñirme al juego. Era más fácil decirlo que hacerlo cuando sabes que hacer algo diferente podría ponerle fin a tus problemas, que podría salvarles. Le he preguntado por Jaehee, pero Saeran dice que ella vendrá si viene su jefe, Jumin, y que no hay necesidad de hacer cambios en eso.

Seven... jamás me había fijado bien en el aura que tiene, porque mientras sacase corazones con Jumin, podía entrar en esa ruta por mucho que me acercase a Saeyoung, pero esta vez era distinto porque no se trataba de un juego. A medida que pasan los días siento que me estoy acercando a Saeyoung cuando no tendría que hacerlo. No puedo evitarlo. La forma en que veo ahora todo lo relacionado con la RFA es diferente y cada conversación tiene otra lectura para mí.

707: Desearía haber encontrado algo del hacker, pero no tengo mucho. Hacía tiempo que no encontraba a uno tan bueno.

Jun: Oh~ así que consideras que el hacker es bueno ehh?

707: Sí, parece bastante experto.

Jun: Wow, gracias ^^

707: ¿Gracias?

Jun: QUIERO DECIR, GRACIAS POR INVESTIGARLO, AUN ASÍ.

Siempre me olvido de eso. Siempre... olvido que soy la mala a la que está buscando. Y cada vez que meto así la pata, Saeran me proporciona uno de sus insultos. Es frustrante saber que siempre está vigilando, pero llego a olvidarlo completamente. No puedo evitar sentirme atraída hacia Seven y no puedo evitar querer acercarme.

707: 606 es mi novia imaginaria viviendo en el mundo de los números binarios hasta que se haga persona >-<

Jun: Oh~ ¿Sabes qué? 01011001 01101111 00100000 01110000 01101111 01100100 01110010 11000011 10101101 01100001 00100000 01110011 01100101 01110010 00100000 01110100 01110101 00100000 00110110 00110000 00110110

Me reí. En su momento cliqué en la opción de los unos y ceros que decían "606 & 707", pero tuve que buscar su significado, así que no era realmente esa "606" que Seven creía. Entonces para mí no eran nada más que unos y ceros, pero ahora... ahora sí podía decir algo más allá de lo proporcionado por el juego.

707: Jun... ¿Qué...? Oh, por dios...

Saeran tenía razón: me estaba alejando de mi objetivo porque no quería acercarme a Jumin, porque su ruta me daba miedo, y porque hablar con Saeyoung era tan fácil como respirar, pero él no me lo permitiría.

Jun: Seven... ¿y si no fueras parte de un juego?

707: ¿Crees que soy un personaje de un juego? lolol

Jun: ¿Es una locura para ti...?

707: Depende, ¿qué clase de juego?

Jun: Un otome...

707: wow... ¿eso es que quieres ligar conmigo? ¡Me halagas! >.o

― ¡Basta!

La voz de Saeran me hizo cerrar el ordenador de golpe y salir de la conversación. Siempre lo hacía así: entraba en el chat con el teléfono conectado al ordenador en caso de que Seven intentase algo, y para poder entrar rápidamente y hackearlo siempre que se me encomendase.

― ¿Qué pasa? ―mantuve la voz calmada, había aprendido a fingir así.

― Te estás alejando de Jumin, ¿cuándo fue la última vez que hablaste con él?

Me sentía como en una reunión con el jefe de una empresa en la que claramente se acercaba un despido, sólo que el despido en este caso... era la muerte. En cualquier caso, no quería pensar en ello ahora, y menos enfadar a Saeran.

― No es culpa mía si quien se conecta más es Saeyoung y no él... ―contesté sin mirarle. Por lo que pegó un golpe en la mesa.

― ¡Vigila el tono, Jun! ―cerré los ojos y asentí.

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Con la llegada del cuarto día comencé a temer si había sido suficiente o no, pero a mi favor tenía que no había ningún tipo de recuento de corazones ni nada parecido aquí. Era yo y ellos, o bueno, los que quedaban... y conocía a Jumin, que nunca me hubiese acercado demasiado a él no implicaba que no le conociera, pero ¿sería suficiente? La verdad es que no haber ganado la confianza de Jumin era una realidad ahora, y eso daba auténtico miedo.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora