CAPÍTULO 7: Bad Ending

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― U-Unknown ha secuestrado a... MC ―le temblaba la voz.

― No, pero... pero eso es imposible... No puede ser... ―pensé en las rutas. Sólo había una en la que eso ocurriera así, sin que ella ya estuviese en Magenta.

― Me ha llamado V diciendo que ella había alertado por el chat de una alarma extraña en el apartamento, y que ya no habían vuelto a saber de ella... Esto no puede estar pasando... ―se sentó en una escalera cercana.

― A ver... ―comencé a pensar― ¿Qué clase de alarma? Porque tengo una idea... ―la ruta de Seven.

― No lo sé... No me especificó nada, pero puedo entrar al chat ―dijo accediendo a la aplicación.

― Hazlo ―me acerqué a él para ver su teléfono.

Efectivamente, había un chat que no había visto en mi vida, en el que MC comunicaba a la RFA que había oído cosas extrañas.

V: Pero ¿qué dijo el sistema de seguridad?

Zen: ¿Tocaste algo? Hay que avisar a Seven

MC: ¡No! No hice nada. Estaba recogiendo para irme a dormir y de repente saltó la alarma.

Zen: Puede haber sido él...

V: No lo creo. Luciel habría avisado para que no se asustara

MC: Tengo apuntado lo que dijo: «El sistema de seguridad ha sido activado». Luego pasó a desactivado, luego a apagado y se volvió a encender. Como si se hubiese reseteado...

V: He llamado a Luciel, pero no lo coge. Mañana lo volveré a intentar. Por si acaso, no te muevas.

MC: No tenía intención de hacerlo... pero daos prisa. Esto me da mucho miedo...

― Esa... Esa conversación... ―Seven me miró esperando que dijese algo que arreglara las cosas, pero...― Esa conversación no llega a aparecer nunca.

― ¿A qué te refieres? ―frunció el ceño.

― Sí es cierto que se apaga el sistema en tu ruta, pero no hay necesidad de avisarte porque tú descubres qué está ocurriendo antes de eso. Así que no se dice por el chat.

― Pero si ocurre lo de la alarma, eso significa que no hay problema... Es una ligera variación, ¿no?

Lamentaba tener que darle malas noticias.

― Seven... No. Esto es malo. Si no han sabido nada de ella, significa que Sae... ―mierda, no― que Unknown pudo secuestrarla...

― ¡¿Qué?! ―se levantó de un salto.

― A ver... Eso ocurre tiempo antes de que Unknown venga a por ella y se la lleve a Magenta, pero... tú entras antes de que lo logre y lo impides.

― Pero... ―le interrumpí.

― ...Pero como estabas pendiente de mí, ni viste el chat, ni investigaste la alarma, ni... fuiste a rescatarla... Es todo mi culpa...

No podía evitar sentir que todo estaba sucediendo por mi culpa. Yo estaba haciendo que todo en las rutas estuviese siendo alteradas por haber roto esa barrera entre la ficción y la realidad. Por otro lado, nunca pretendí que esto ocurriera. Sí, deseé que fuesen reales, pero jamás pensé que llegaría a pasar esto.

― Kat... No es culpa tuya... ―Saeyoung me abrazó de repente y se me heló la sangre. No me esperaba que el abrazo de un personaje 2D pudiese hacerme sentir tan bien.

― Sí lo es, Seven... Tendrías que estar pendiente de las cámaras... pero estabas pendiente de restablecerme a mí el acceso...

― Pero no sabías que esto pasaría ―le aparté de mí. No había tiempo para esto.

― Seven. Tienes que volver. Olvídate de mí, ¿vale? Yo voy a estar mejor. Aquí no hay peligro para mí ―sonreí.

― Pero... ―le interrumpí.

― ...Usaré el chat de vez en cuando para que sepas que todo va bien, pero necesito que te centres en MC como ocurre en el juego, ¿de acuerdo?

Conseguí que asintiera y se fuese y, sin embargo, eso me entristecía. Estaba siendo egoísta por desear que Seven se olvidase de ella y se centrase en mí. La historia de amor era con ella, se iba a casar en la estación espacial con ella, y no conmigo. Saeyoung se enamoraba de la forma de ser de MC, de sus respuestas predefinidas y no de las mías, y aun así... Tenía que dejar de pensar en ello. Hacerlo sólo me haría sentir peor.

Apenas volví a casa, ya había un chat en el que Seven preguntaba por ella, si había noticias y Zen y Yoo contestaban que no. Tendría que estar feliz de que me hiciera caso, pero sólo sentía celos. Era una tontería, pero así era yo.

El móvil empezó a sonar desde la aplicación de llamadas del propio teléfono, no desde la aplicación de la RFA y me pareció extraño. Nadie me llamaba salvo la universidad. Sin embargo, el número desde el que procedía la llamada fue lo que más me desconcertó. El prefijo era 00822 y en la pantalla aparecía Corea.

― No puede ser... ―dije en alto.

Aun así, cogí el teléfono esperando que se tratase de algún error, mas no lo era.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora