Capítulo 24: Dirección Bad Ending 2

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― Yoosung... Sé dónde está Rika ―procuré no mirarle al decirlo, sabía que esto iba a dejarle tocado.

― ¿Qué...? Está... muerta, Jun... Se suicidó, ¿no?

El ambiente se cargó de repente de un aura que no supe cómo controlar. Era el momento. Sabía perfectamente que tras mencionar a Saeran... bueno, a Unknown, él le llevaría a Magenta. ¿Estaba dispuesta a ello? Si no lo estaba antes, al pensar en lo que me haría Saeran si no lo hacía, se me aclaraban las dudas.

― Sabes perfectamente que no... Rika sigue viva... V mintió, Yoosung... ―juro que la impotencia que me consumía ahora era completamente incontrolable.

― Jun... ¿cómo sabes eso? ¿Sabes algo que yo no sepa? ¡Dímelo!

A medida que se acercaba a mí, yo retrocedía, veía la desesperación en sus ojos. La veía... y me iba a aprovechar de ella.

― Conozco a alguien... que puede llevarte hasta ella, pero tienes que dejar la RFA atrás... ¿Confiarías... en mí? ―no lo hagas...

― C-Claro... ¿Me llevarías hasta esa persona? Quiero verla... Quiero saber qué pasó. LA RFA, todo. Me da igual. ¿V le hizo algo a mi prima? ¡¿Dónde está, Jun?!

― Yo... ―miré a mi alrededor.

― ...Aquí... ―Saeran...― Estoy aquí, cálmate.

Saeran salió de entre las sombras y se acercó a nosotros, sonriendo.

― ¿Quién eres tú? ¿Sabes dónde está Rika? ―Yoosung se acercó a él. Esto no está bien...

― Sí... Sólo tienes que acompañarme al coche, ¿lo harás? Soy buena persona... ―¡¿buena persona?!

― ¡Yoosung, espera! ―Saeran miró enfadado hacia mí― ¡No le escuches! Por favor, hazme caso. ¡Él quiere...!

― ¡...Cállate!

Acto seguido me empujó contra la valla de madera y me agarró por el cuello.

― ¡Cállate, imbécil! ¡¿Es que quieres morir?! ¡Lo habías hecho bien hasta ahora! No me obligues a matarte, ¡inútil!

― ¡D-Déjala! ―Yoosung se colocó entre los dos― No te atrevas a tocarla de nuevo... ―Yoo... Saeran se rió.

― ¿Que no la toque? ¿Es que no lo ves niño? Ella te ha engañado para traerte a mí. ¡No siente nada por ti, pedazo de idiota! ―¿por qué tiene que decir eso...?

― ¡No es cierto! ―me miró― No es cierto... ¿no, Jun?

Ni siquiera podía mirarle a los ojos. Lo que pasó con Saeyoung después de lo de Zen se estaba repitiendo de nuevo.

― Claro que lo es, aunque se arrepintiese al final. Maldita imbécil... ―me miró con desprecio.

― Yoosung, lo siento... Yo... ―¿qué iba a decir?

― ¿Lo sientes? ¿Sientes haber jugado conmigo? ¿Es cierto entonces? ―sus ojos comenzaron a mostrar signos de tristeza.

¿Qué sentía realmente? ¿Esta situación? ¿Hacerle esto? No lo sé... Ya no sé por qué pedir perdón...

― Acompáñame, Yoosung. Sí conozco a Rika. Estará feliz de verte ―insistió Saeran.

― Jun... ―verle llorar así no hacía más que desgarrarme el corazón.

― Dice la verdad... Rika está viva... ―seguía sin poder mirarle. Miré a Saeran rápidamente y corrí hacia Yoosung― ¡Tu prima es una psicópata! Forma parte de una secta, Yoo. Este es Saeran, el hermano gemelo de Sev... ¡hmm!

Antes de terminar de hablar, Saeran me colocó la mano en la boca y con la otra sacó la pistola, apuntándome a la cabeza con ella.

― Te dije que te callaras, ¿no te lo dije? Estoy siendo muy paciente contigo, Jun~ Creo que me estoy portando bastante bien a pesar de ser tan necia ―comencé a llorar―. ¿Por qué no muestras algo de agradecimiento y obedeces por una vez, hmm? ¿Qué tal si por una vez te callas la puta boca y no me obligas a volarte en pedazos? No quiero tener que hacerme con otra asistente.

― Jun... ―a pesar de todo, Yoosung seguía preocupado por mí― S-Suéltala.

― No. Cambio de estrategia~ Obedéceme y no mataré a tu falsa novia delante de ti. ¡Entra en el coche!

A pesar de todo el mal que hice, Yoosung no puso mi vida en peligro. El camino de vuelta se basó en Saeran conduciendo, yo atada y Yoosung en silencio. No me puedo creer que terminásemos así. No era capaz. No podía pensar en él como códigos de ceros y unos sin sentimientos... Era una persona para mí, no algo tan vacío.

Una vez en la dirección del apartamento, Saeran me hizo salir del coche y me intentó atar de nuevo a donde siempre, con aquella correa.

― E-Espera... ¿qué haces con ella? ―preguntó Yoosung con tacto.

― Es mi juguete. Se va a quedar aquí mientras tú y yo vamos a Magenta.

― ¡Saeran! ―grité haciendo que se diese la vuelta molesto― S-Saeran, déjame ir... Por favor, déjame ver a Zen...

― ¿Quién es Zen? ―preguntó Yoosung confuso.

― Zen era...

― ...Nadie. Ahora le conocerás ―me interrumpió.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora