Capítulo 14: Llamada de comprobación

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― ¿Sí? ―contesté al teléfono.

¡Jun! Estoy calibrando tu usuario en la aplicación. ¿Podrías darme más información sobre ti? ―sonreí.

La llamada era ligeramente distinta, pero pretendía lo mismo: sonsacarme información. Esta vez, podía contestar sin respuestas preprogramadas. Tenía que tener cuidado y estudiar cuál sería la reacción de todos en todos los casos. No podía aún mandarle las pistas de todo esto porque no me creería. Tenía que acercarme lentamente mientras fingía estar completamente del lado de Saeran y sin alterar demasiado el curso del argumento.

― ¿Darte información...? Pensé que me habías investigado ya ―me senté en la cama.

¿Yo...? Jamás investigaría a una persona así... ¿por quién me tomas? ―fingió estar ofendido.

La pantalla comenzó a emitir una luz y me apresuré a observar mientras seguía contestando a Seven. Un mensaje corrupto parpadeaba en medio de la pantalla:

J̸͚͖͍͌͆͘u̴̫̝͓̽̾̚n̵̢̘͇͑̔͠,̴͚͍̪̒͌͊ t̵̡͇͔̽͒̽e̵̘̻̙͛̕̚ è̵͉͉̺́͠s̴͇̻̼͑͊͝t̸̠̠͛͌̚á̴̺̙̞̀̈́͝ ḯ̸̘͖͖̿̕n̴̫͇̞͊͆͌t̵̙̟͑͋͝e̸̟͓̒͝ń̵̪̠͆́͜t̵̘͇̝̔͒͠a̵̢̦͙͊̒͑n̸͇͚͓͌͝d̵̢͍͔̈́̈́̚ò̸͙̠͊̾͜ h̸̢̼͎͛̾͝ä̴͖̝͉́̕͝c̴̼͇͉͋̈́͐k̵̡͉̟͌͋̓e̸̻͚͆́͜͠a̸͎̫̪̾͌̓r̵̼̦̫̐͛̚ ë̸̞͉̠́͌̒l̵̙͕̻͛͘͠ m̸͚͕̀̈́̈́͜ó̵̟͚͉̔́̕v̵̪̺̦̓̽́i̵͖͍͑̔͋l̴̡͕̫͆̿͘

Rápidamente lo enchufé al ordenador y comencé a crear barreras virtuales de seguridad.

Sabes, en ese apartamento tienes de todo, ¿has podido instalarte? No podemos dejarte ir todavía...

N-No te preocupes, Seven... Todo va bien...

¿Cómo era capaz de lanzar ataques tan rápido mientras hablaba? Comenzaba a sudar. Cada ataque era más fuerte que el anterior y yo sólo podía colocar parches y parches de seguridad tratando de evitar su entrada. Lo más rápido sería colgar, pero eso le haría sospechar de mí. No era una opción.

La dirección de ese apartamento es secreta, así que te pediría que no revelases dónde estás a los demás, Jun.

No voy a hacerlo... Seven...

Mierda, ¿por qué no colgaba ya? Necesitaba que parase de atacar.

¿̸̡͇͎̒͒N̴͍͔͇͊̓o̸̢̢͓͑͑ p̸̟̝̝̿͒͘u̸̘̪͒̐͠e̵̘͖͇̚͠͠d̵̠͉͖͋̿̿e̸̼̺̙͊͊̚s̵̺̼͛̈́̓͜ c̵̪̺͉̓̓͐o̴̢̝̻̽̚̚n̵͇͖̟͒͌͊ e̵s̴̢͓͙̾̈́̽o̵͕̘͍̓̒͝?̸̙̦͖́͑͝ ¿̴͕̞̐̾͑͜A̵̽c̴͓̼͕͐̔̈́a̴͚͇̙̾́̓s̵͖͔͇̈́̀̓o̴̡̙͇̔͝͝ n̸̡͇̼͑́͠ö̵̞̟́̐̈́ v̸̢̫̠̒̓͠a̴̞̪̦̓̒͝ș̸̢̺́̽͊ a̵̪̒̓͜͜͝ s̸͇͚͖͊̈́̈́e̴͕̪͌͊r̸͙̘̙͌͒v̸͕̫̐͋͜i̸͉̻̙͒́̕r̴͉̞̦͑̚͠m̴͙̈́̔̚͜͜è̴̟͖͕̔̒ a̴̺͓͚͛͠͝l̴͎̟͕͑̾ f̵̻͓͕͋͋i̸̡̫͔̿̔͝n̴͙̪̙͑̓͒a̴͚̝͋͒͒l̸̻̻͋͛̚͜?̴̠̻̪̾͘

Saeran sólo me presionaba más. ¡Este mundo acababa de abrirse para mí! No era así de fácil...

Sabes, es curioso... pero no puedo averiguar más de ti... Es como si... quien te coló en la aplicación y en el apartamento me lo estuviera impidiendo... ―notaba desconfianza en su voz.

― No sé a qué puede deberse... ―contesté con miedo.

Entonces se me ocurrió una idea: si él no paraba, le haría parar yo. Vigilando que el parche aguantase, hice exactamente lo mismo que él. Rastreé su móvil y comencé a lanzar ciberataques. Sabía perfectamente que no podría hacer frente a la seguridad de su teléfono, pero no podría aguantar mucho defendiéndolo y atacándome a mí.

Maldita sea... ―le oí decir.

― ¿Pasa algo...? ―arqueé una ceja sabiendo perfectamente lo que le ocurría.

Nada. Me tengo que ir, Jun. ¡Me llama mi jefe!

Acto seguido colgó. Estaba claro que no era eso, pero al menos había parado. Me tumbé agotada en la cama y unos minutos después me llegó una llamada de un número desconocido, aunque casi podríamos ya decir que el número desconocido era identificativo en sí mismo: siempre era de Saeran.

Dime, Saeransuspiré.

No te tomes tantas confianzas... ―sonó a amenaza― Lo has hecho bien, pero esto es sólo el principio. Tengo más órdenes para ti ―órdenes...

― ¿Sí, mi señor? ―dije con ironía. Hubo un ligero silencio.

Tan fácil como te rapté te puedo matar, así que deja de sentirte tan segura ―suspiré de nuevo―. Analiza la información del ordenador, clasifícala, y toma capturas de los datos de los más relevantes.

― ¿Ahora...?

― Ahora no, ya. Quiero que le entregues esa información a alguien esta noche ―me levanté de golpe de la cama.

― ¡¿Cómo esta noche?! ¡No me da tiempo a...! ―me interrumpió.

Busca una forma de tenerlo. El código de la caja fuerte es 191754 ―corrí al ordenador y lo escribí en una nota―. Dentro hay un comunicador. No quiero que te lo quites nunca.

― Supongo que es para hablar contigo a todas horas... ―le oí sonreír.

Chica lista. Te enviaré una dirección no muy lejos del apartamento. A un cuarto de hora escasa. Allí habrá un hombre esperando la información. ¿Hace falta que te diga la seña con la que tienes que contestar cuando le encuentres?

No me hizo falta discurrir mucho. Ahora que sabía que Magenta estaba en pie, sólo existía una seña en todo Mystic Messenger.

― «Por el paraíso eterno... » ―contesté con desgana.

Bien. A las 12 en la dirección que te mandaré. Lleva el comunicador. Ya sabes lo que pasará si fallas, ¿verdad?

Bad... Ending... ―contesté.

Eso es, Jun. Bad Ending.

No dijo nada más. Simplemente colgó la llamada.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora