Cuando el sol asomó por la ventana, el plan estaba perfectamente trazado en mi cabeza. Tal vez había sido a causa de ese extraño sueño del que sólo recuerdo ciertas cosas. En cualquier caso, debía actuar despreocupada por el teléfono, pediría perdón a Jumin si era necesario e insistiría para que se marchase a trabajar. Le aseguraría que no me movería de aquí y que atendería el teléfono del apartamento cuando él llamase para comprobarlo.
Eso fue exactamente lo que hice. Una vez que salió por la puerta, corrí a su habitación, sabiendo que allí lo habría escondido. ¿El problema? Jumin tenía una caja fuerte. Lo más fácil habría sido contactar con Saeran, pero no tenía el teléfono. Aun así...
― ¿S-Saeran...? ―dije al aire mirando hacia los lados, esperando algún tipo de señal de que él estaba escuchando.
Pero, desde luego, si estaba escuchando, no tenía intención de ayudarme. Pasados tres minutos suspiré y traté de buscarme la vida sola. Me agaché al lado de la caja fuerte. Tenía un reforzamiento de acero pintado en negro y laterales de madera. Preciosa. Pero, ¿cómo iba a abrir eso? Inspeccioné cuanto pude. Parecía tener dos tipos de cerradura: una a base de llave y otra electrónica de siete números.
― Cualquier cosa electrónica es hackeable... ―dije para mí.
De vuelta en mi habitación tomé mi portátil y corrí a la habitación de Jumin de nuevo. Conecté mi portátil y activé mi descifrador de contraseñas. Es todo cuanto podía hacer.
Sentada con la espalda apoyada en la pared ojeaba el portátil de vez en cuando. Tardó aproximadamente 15 minutos en hallar el primer número, pero los demás parecían ir más rápido... PARECÍAN. Miré la hora. 11:34 AM. Llevaba casi hora y media y aún quedaban tres números. Jumin estaría en casa a las 12, pero si lo detenía, entonces tendría que empezar de nuevo... El pulso se me aceleraba viendo los minutos pasar. 11:47 AM, quinto número. 11:53 AM, sexto número. Si este tardaba más de lo que debería... 11:58 AM, séptimo número.
― ¡Sí!
Me tiré sobre la caja fuerte y la abrí. Por suerte la parte de la llave era sólo por si acaso. Si fallabas una primera vez o algo así. Allí estaba mi teléfono. 11:59 AM. Sólo esperaba que se retrasase un poco. Con el portátil y el teléfono en mano, salí corriendo a la habitación y me tiré en la cama, guardando el primero bajo la cama y el segundo bajo la almohada y respiré profundamente. Hecho.
Fingí haberme vuelto a dormir cuando Jumin llegó y "despertarme" cuando entró en la habitación.
― ¿Pa-pasa algo...? ―pregunté frotándome los ojos e incorporándome, dando lo mejor de mí en esa interpretación.
El resto del día fue... extraño. No pude quitarme la sensación de que Jumin sabía perfectamente lo que había estado haciendo y la idea de que pudiese tener cámaras me erizó la piel. Miré hacia el techo tan distraídamente como pude durante la comida... y ahí fue todo a peor.
― ¿No te agrada la comida? Puedo pedirle a...
― ¡No es eso! ―le interrumpí― Estaba... me preguntaba por qué el techo es tan alto en esta sala... ―creí salir del paso.
― ¿Alto? Es simplemente una habitación espaciosa, Jun. ¿Es eso todo lo que te preocupa? ―su tono sereno de siempre mientras se limpiaba escrupulosamente con la servilleta de tela y me dirigía una mirada prácticamente me hacía entrar en pánico.
― ¿Qué quieres decir...? ―pregunté frunciendo el ceño.
― ¿Cuándo vas a dejar de mentirme, Jun...? ―extendió la mano― Dámelo. ¿Cómo lo has recuperado?
― Yo... ―si Jumin me quitaba el teléfono y Saeran trataba de comunicarse...― No.
― Jun...
― ...Te he dicho que no ―miré hacia la mesa―. No puedes hacerme esto. Quiero irme ―dije fría mirándole a los ojos.
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La teoría del caos: Mystic Messenger
Fanfic"A la 1:03 de la mañana sonó la alarma del teléfono. Creo que era un chat con Zen y Jaehee lo que me esperaba. Adormilada como estaba, tomé el teléfono y entré en el juego. Nada. Absolutamente nada. El sexto día no había comenzado aún, ¿cómo era pos...