Capítulo 34: ¿Nueva ruta?

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[N/A: El fanart no es mío ✨]

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Abrí los ojos jadeando, incorporándome rápido. Miré a mi alrededor sin saber dónde estaba. ¿No morí? No había muerto. Eso era bueno. Saeran no se equivocaba, pero pensé que regresaría a la nave en plan Código Lyoko o algo así, y sin embargo, aquel sitio aún parecía ser el juego... pero no era el apartamento... Espera, pero ¡¿dónde cojones estaba?! Me estaba empezando a cansar de ver a todos deslizarse entre mis dedos de esta forma. No sabía qué había ocurrido con Jumin o si Seven... Abrí los ojos como platos.

― ¡Seven!

No me había dado cuenta. Esa habitación... esas paredes eran similares a las del bunker de Seven, pero... ¡¿cómo iba a ser eso posible?! No. Ninguna ruta empezaba así. No... Estaba confusa. ¿Qué significaba esto?

Abrí la puerta de la habitación de par en par con el fin de buscarle, pero nada más salir, alguien me agarró por detrás tapándome la boca.

― ¡Shh! No hagas ruido ―me susurró aquella voz que no era la de Seven.

Por instinto le golpeé con la cabeza seguido de un codazo en el estómago. Ante eso, el hombre gruñó y me arrastró de vuelta adentro de la habitación, golpeándome contra la pared.

― ¡¿Eres tonta, niña?! ―cuando abrí los ojos otra vez, me di cuenta.

― Vanderwood... ―dije sorprendida un segundo antes de que tapase mi boca con la mano.

― Cállate.

Aparté la mirada sin poder evitar un sonrojo en mis mejillas. Demasiado cerca. Es... curioso, pero Vanderwood olía a esas colonias de hombre antiguas. Nunca había pensado en ello. También había un ligero toque a almendras, seguramente del champú que utilizaba. Cuando volví a poder concentrarme, escuché más voces, entre ellas la de Seven. Hice un ligero movimiento intentando ir y averiguar qué ocurría, pero Vanderwood me aprisionó aún más.

― ¡Shh! ―repitió.

Sinceramente, no tenía ni puta idea de qué estaba pasando. No tendría que conocer a Vanderwood hasta muy adentro de la ruta de Seven y desde luego él parecía conocerme. Era como si me faltase parte del argumento y ni siquiera podía contactar a Saeran ahora porque mi móvil había desaparecido. ¡¿Qué estaba pasando?! Después de lo de Jumin pensé que el juego no podría descontrolarse más... pero sin duda me equivocaba.

― Por favor, caballeros, no hay necesidad de ponerse violentos~ ―oí decir a Seven. A lo que siguieron otras dos voces más.

― ¡¿Te creías que podías colarte así en la compañía y que no te pasaría nada?!

― Vas a pagar por esto, 707.

― Ese maldito mocoso... ―miré a Vanderwood cuando le oí hablar.

Oí un primer disparo y me asusté. Vanderwood miró hacia mí.

― Tranquila ―asentí―. Por esto le dije que no te trajese, pero como siempre, no me escucha.

Fruncí el ceño. ¿Entonces Seven me había llevado a su casa? ¿Cuándo? ¿Mientras caíamos? Esto no pasaba así... Aun así, eso implicaba no tener que pasar por el prólogo, pero sin nadie de la RFA para contestar en el chat, tenía sentido. El problema era... Miré hacia abajo. Por un segundo había olvidado la razón de todo esto: llevarles a Mint Eye. En sus Bad Endings, o Seven termina muerto o termina manipulado porque Saeran secuestra a MC, pero pensándolo bien eso es algo que ya está ocurriendo si ahora soy yo MC... Estoy bajo su voluntad, así que lo más probable era que...

Empujé a Vanderwood y salí corriendo en la dirección de las voces con él pisándome los talones. Ni siquiera sabía cuál era mi plan. Simplemente necesitaba asegurarme de que Seven estaba bien.

La teoría del caos: Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora