34: Piezas

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1 año después.

Baje del taxi con el cabello revuelto, lagañas y saliva seca en mi mejilla, San Diego, mi lindo San Diego, el semestres había terminado, tenia mucho tiempo libre así que decidí venir a mi casa por unas semanas, así aprovechando para asistir a la boda de Tyler, al bajar mamá corrió hacia mi emocionada, la abrace un poco incomoda por la fuerza ejercida por ella.

-¡Por Dios este año fue tan largo!- a mamá se le notaba la emoción de mi llegada, al igual que a Hensy que no dudo en saltar en mi brazos.

-Mi pequeña- besé su cabeza sonriendo, Hensy estaba más alta, podía hablar y se le entendía, había perdido tanto tiempo estando en Londres.

-Te extrañamos mucho cariño- la abuela vino hacia mi sonriendo por mi llegada.

-Y yo a ustedes, nana- abrace a la abuela y arrastre mi maleta hasta la casa.

-El resto de mi familia está dentro- rodee los ojos.

Mamá hablaba de papá, Heymi, Tyler y mi amiga Heather, al entrar a la casa pude notar que a papá se le iluminaron los ojos, pero dudo en levantarse a saludar, sonreí, el efecto Heymi, para nadie era una sorpresa que Heymi impartiera su odio hacia papá, luego de que la bomba se destapara, pero sinceramente era lo que menos me importaba en ese momento, yo no tenía ningún tipo de importancia en disculparme por algo que no estuvo mal en ningún momento.

-Hola papá-le sonreí y besé su mejilla.

》Heymi, Tyler, Heather.

Asentí con la cabeza hacia ellos y luego me voltee hacia los otros miembros de la familia, como mis tíos o la abuela Teresa, familiares que si me importaban, Tyler estaba desconcertado, podía ver su cara de enojo, sus ojos azules estaban oscuros, tenia un poco de barba y estaba un poco más corpulento, Heather por su lado seguía teniendo el mismo cuerpo, no los seguí detallando y comencé a tener una conversación amena con mis tíos sobre Londres.

-¿Cuantos corazones rompiste en Londres?- mire a abuela Teresa sonriendo.

-Unos cuantos, contando el mio- le guiñe el ojo.

-Tan Hawards como siempre cariño.

-Bueno, iré a bañarme. Apesto- deposite un beso en la coronilla de la abuela Teresa y subí a mi habitación.

Me di una ducha rápida, sabía que el asado ya estaría y tenía bastante hambre, al salir del baño Heather estaba en mi cama, tenía en sus manos mi pulsera de corazones, la veía con nostalgia.

-¿Sabes? También me dio una a mi- la mire extrañada.

-¿Quién mi ex?- pregunté riendo.

》Heather esa pulsera me la dio Alex, no Tyler.

-No puedo superarte, en nada, en todo eres mil veces mejor que yo- sonrió algo nostálgica.

》¿Por qué tenías que regresar?

-Porque es mi casa, Heather, tranquila no vengo con ningún interés en Tyler- le sonreí.

》No interferire en tu matrimonio.

-Solo tú presencia lo hace, con solo tu presencia eres capaz de alejarlo de mi- su voz sonaba apagada, se notaba triste y eso activaba una chispa de culpa en mi.

No Kelly, no estas haciendo nada malo, estas regresando a tu casa y tienes todo el derecho de hacerlo, los sentimientos que tengan los demás por ellos no son de tu incumbencia, asi que con mucho tacto le dirás que tome su bonita y delicada mano, y se la meta por el trasero.

-Lo siento, Heather, no puedo hacer nada por ello, creo que el resto no es de mi incumbencia- amablemente le abri la puerta.

-Hazle un favor a Tyler y sal de su vida- dijo antes de salir.

-¡Salí hace mucho, querida!- fue lo último que le grite antes de cerrar la puerta.

¡A tomar por culo! Yo salí de su vida hace mucho tiempo y nadie tiene porque reprocharme nada, tome varias inhalaciones para tranquilizar mi temperamento y me vestí, deje mi cabello suelto para que se secara, elegí unos shorts claros y una blusa arruchada roja con puntitos blancos, me coloqué unos básicos blancos y bajé, todos estaban en el patio comiendo, me senté con una sonrisa, mamá vino hacia mi con un plato lleno de comida, que para mi se veía como la gloria.

-Buen provecho, cariño- le agradecí para empezar a comer.

Sin darme cuenta me encontraba detallando más a fondo a Tyler, se veía concentrado en su comida, parecía que si volteara a otro lado moriría, tenia un suéter tejido color beige, con unos pantalones color caquis no parecía tener ningún problema con estar sentado el pasto comiendo, la verdad se le veía algo relajado, su cabello estaba desordenado, su barba lo hacía ver un poco mayor, pero sus ojos, sus ojos seguían siendo igual de intensos que una playa iluminada por la luz del sol en pleno verano, seguían teniendo esa misma chispa que los caracterizaba y sin razón alguna ya estaba soñando con que me mirase de nuevo con mirada enamorada.

-Se te sale la saliva- la abuela Teresa me pillo desprevenida y casi suelto un chorro de jugo a su dirección.

-Que dices, yo no estaba mirando a nadie- digo mirando fijamente hacia ella con algo de nervios.

-Tranquila piojita, nadie te vio, soy solo yo que le presto atención a los detalles de las cosas - me sonrió para tranquilizarme.

》La mirada es la puerta hacia el alma, Kelly.

-¿Que te dice mi alma?- pregunté riendo.

-Estás escondiendo un corazón que late por otro que late por el tuyo- trague grueso.

》Solo se consigue un amor así en esta vida. Tu decides si tomarlo o no.

-Las almas gemelas no existen abuela- dije obvia.

-Pero si existe la pieza que encaja con tu corazón- tomo mi mano por debajo de la mesa y la apretó.

》Los corazones están echos con un patrón muy específico y solo el corazón correcto encajara con el tuyo.

》Los corazones están echos con un patrón muy específico y solo el corazón correcto encajara con el tuyo

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Kelly.

Tyler

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Tyler.

Mi nuevo hermanastro (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora