30: Truenos

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Troye Sivan - Strawberries & Cigarretes

Capítulo treinta  : Truenos

Faltaban dos días para que tuviera que abordar un avión hacia Londres, mis padres estaban algo sentimentales últimamente, discutían por quien estaba pasando más tiempo conmigo, así que hoy había sido el único día en estas semanas en el que mis padres se habían ocupado en otra cosa para dejarme libre hoy, así que ahora estaba comiendo unas ricas frambuesas, mientras veía  la tv, había algo de  lluvia así que el día estaba un poco triste y siendo yo la única en casa, se volvía peor aún.

-¡Kelly ya llegue!- la voz de Tyler venía de la planta baja, imagino papá o Heymi le avisaron que llegarían tarde y que sólo estaba yo.

-¡Estoy en el cuarto!- le avise y acto seguido escuché como subía las escaleras.

-¿Ya comiste?- preguntó asomando su cabeza por la puerta.

- La verdad no, pero sólo tenía ganas de unas frambuesas- el asintió y salió.

Tyler y yo volvimos a ser los mismo de él principio, hablábamos de cosas triviales, salíamos a comer, aveces Heather nos acompañaba, creo que logré asimilar el hecho de que ahora era Heather quien estaba con Ty, eso no quiere decir que no le tiraba miradas tontas, o que le prestaba mucha más atención a cuando el me hablaba que a cualquiera o que me seguía riendo de chistes malísimos que hacía, aún me gustaba, no me lo negaba,  pero tenía presente que eso era un sentimiento que debía dejar atrás cuando llegará a Londres.

Sabrina.

¿Que haces?

-Estoy viendo tv ¿Tú?

Estaba viendo las noticias ¿Viste la tormenta que habrá hoy?

- No, estaba viendo un programa de cocina

Habrá una tormenta por los próximos dos días, así que aún evalúan el abrir los aeropuertos está semana.

-¿O sea que no nos iremos?

Pues creo que no.

- Eso es horrible.

Lo sé, en fin, cierra las ventanas y busca linternas, quizás falle la luz.

-Genial, lo que faltaba.

Sii, hablamos más tarde, iré a ducharme.

-Muy bien.

Cuando deje mi móvil, me disponía a mirar de nuevo el programa cuando un relámpago seguido de un trueno me alertó, lo que faltaba, odiaba los truenos, más cuando se sentían como si el cielo me caería encima, intente respirar para mantenerme en calma, así que intente seguir mirando la tv, me rendí cuando en el quinto estruendo sentí como si la orina bajará por mi tracto urinario al asustarme, así que le subí volumen a la tv, acto seguido la luz se cortó, tome mi celular y al tratar de encenderlo, me di cuenta que la batería se había agotado.

-¡Ty!- mi gritó salió más como un llanto.

-¿Que pasa?- escuche desde el otro lado de mi pared.

-¿Puedo hacerte compañía?- pregunté algo desesperada.

-Supongo si- habló dudoso.

Acto seguido me levanté rápido, corrí hasta la habitación de Ty, sin dejar las frambuesas, al llegar un olor a cigarro inundó mis fosas nasales, Tyler estaba a oscuras, recostado en el vidrio de la puerta de el balcón, su silueta me daba a entender que tenía una mano apoyada en el piso y la otra tenía un cigarrillo, la habitación sólo tenia la luz que venía de él cielo, que estaba algo rojizo.

-¿Aún te asustan?- preguntó riendo.

-Si, no te rías- le reproche subiendome a su cama.

-Solo es un acto natural, Kels- bufé.

- Es un acto terrorífico- le hice saber.

Seguí comiendo, mirando el perfil de Tyler mientras este observaba el cielo nocturno, sus ojos azules se veían oscuros, tenía un poco de barba que estaba casi segura raspaba, no tenia camisa, sólo un jean, era una imagen majestuosa de observar.

- Tu mirada quema- habló de repente, haciendome dejar de mirar.

-Uh- fue lo único que salió de mi.

El estruendo fue tan fuerte, que Ty brinco en su sitio, al igual que yo, quien quedó mucho más cerca de Ty con un pie tocandolo buscando alguna forma de tranquilizarme, estaba asustada, estoy casi segura que mi respiración podía escucharse, incluso mis latidos, podía sentir mi cuerpo temblando, acto seguido Ty llevó su mano a mi pie, comenzó a pasarla de arriba a bajo, tratando de darme un tipo de confort.

-¿Que hiciste hoy?- preguntó, fruncí el ceño confundida.

》Si te entretienes no pensarás en los truenos.

- Oh, bueno no mucho, llovió todo el día- dije en una risita nerviosa.

-Interesante- dijo riendo.

No sé en que momento terminamos hablando fluidamente, estábamos riendo, tanto que se me olvido por un momento que estaban sonando los estruendo, cambiamos de posición, ahora estábamos uno al frente de otro  en la cama, escuchaba cosas de su carrera, Tyler se veía feliz.

- Eso es genial- comenté cuando me dio un dato de medicina que no sabía que necesitaba.

-Si, aprendes muchas cosas en los primeros años- le sonreí.

Escuchamos como el regulador sonó y acto seguido la luz volvió, la luz de la habitación se encendió de golpe dejándome ciega por unos segundos, Tyler me miraba divertido desde su lado en la cama, seguramente por mi ceño arrugado o mis constantes párpadeos por acostumbrarme a la luz.

-Bueno creo que no necesito más de tu compañía- dijo riendo.

- Oh s-si, yo debo ir a-a mi cuarto- balbucee bajandome de la cama.

Llegué a mi cuarto y cerré la puerta, me quedé ahí, pasmada, mirando hacia él espejo de enfrente, la risa de Tyler se repetía una y otra vez en mi mente, un mini flashback paso por mi mente de varios momentos, mis piernas reaccionaron y pronto estaba abriendo la puerta de la habitación de nuevo.

-Me prometí no volver a hacer esto, pero eres tú y creo que siempre serás la excepción- dije estando delante de él y bajo la atenta mirada confundida me moví más cerca.

》Lo siento.

Y lo besé.

Mi nuevo hermanastro (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora