32: el mal querer

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Olivia Rodrigo - Drivers Lincese

Capítulo treinta y dos : El mal querer

Era jodida la manera en que el clima y mis sentimientos se pusieron de acuerdo, la hermosa ciudad de Londres estaba bajo un diluvio que contra todo pronóstico inundó parte del departamento y de mi corazón, hoy extrañaba a mi familia más de lo que logre extrañar los días anteriores, me sentía bastante sola, aún con Sabrina corriendo a mis alrededores, extrañamente me sentía olvidada, aunque mis estudios me mantenían un poco ocupada, hoy sin nada que hacer, más que sacar agua y tratar de salvar guías que se encontraban en el suelo, sólo pienso. Intuyo que mi mejor amiga quien también con la ayuda de un haragan dirigía el agua hasta el drenaje está igual, por su mirada perdida en el reflejo cristalino del agua sé que está pensando de más al igual que yo, alrededor de una hora llevábamos en esta incómoda posición, en donde el silencio reinaba por toda la estancia, la cerradura cruje dándonos el aviso de que mi otra mejor amiga iba llegando de su trabajo.

- Llegue- la voz de Kira sonaba cansada, podía escuchar sus pasos arrastrados hacia la sala, en donde Sabrina y yo nos encontrábamos.

-Hola- saludé vagamente al ver a la castaña entrar con ojos apagados.

-¿Cómo te fue?- preguntó Sabrina dejando el haragan para ir a ayudar con las bolsas.

-Algo extraño la verdad- todas fruncimos el ceño.

-¿Por?- pregunté mientras ella sacaba las cosas de la bolsa.

-No lo sé, está mañana me pareció ver a dos personas conocidas- la miramos confundidas.

-¿A quienes?- preguntó esta vez Sabrina.

-A nadie, olvidenlo- esquivó el tema y siguió hablando de otra cosa.

Pronto estábamos cenando juntas, reíamos, Kira preparo unos sándwiches de pollo, nuestra rutina era así, las tres teníamos trabajos de medio tiempo, Sabri en un autolavado como cajera, Kira en un periódico pequeño local como secretaria y yo en un restaurante como mesera, para aligerar los gastos, mi trabajo era en las tardes al igual que el de Sabri, mientras que el de Kira era dos veces a la semana todo el día.

-¿Quién va por helado?- preguntó Sabrina.

-¿Es enserio?- pregunté en cuanto Kira me señaló.

-Ayer fue mi turno- se excusó.

Rodee los ojos, tome las llaves de la casa, una sombrilla y me coloque un abrigo, la calle estaba inundada, escuchaba las gotas golpear el plástico de mi sombrilla, la tienda quedaba a dos cuadras de el departamento, así que no costó llegar rápido, era un minimarket, vendían nuestro helado favorito, chocolate y maní, al entrar Meice estaba en el mostrador, me sonrió, pase hasta la nevera en donde estaba el helado y sonreí cuando vi el bote de helado.

-¿Es bueno?- voltee asustada por la repentina voz detrás de mi.

》¡Oh! Lo lamento no quería asustarte.

-Tranquilo- le sonreí, un chico de ojos verdes y sonrisa ancha.

》Es mi sabor favorito.

-¿Tiene maní?- asentí.

》Que mal, soy alérgico.

-Uh, entonces te recomiendo el que viene sólo de chocolate- le señaló el bote de helado y el chico me sonríe.

-Gracias, me llamó David- me extiende la mano.

-De nada, el mío Kelly- le estrechó la mano.

David era alto, posiblemente dos cabezas más que yo, su tez era pálida, tenía algunos tatuajes adornando su brazo, su cabello era marrón oscuro, casi como un color tierra, debajo de sus ojos hay unas bolsas que me causaban curiosidad.

-Esto es una total locura, pero ¿Me darías tu número?- sonrió.

- No creo que sea lo adecuado- digo sintiendo mis mejillas enrojecer.

-Muy bien, entiendo, no es no- veo como sonríe apenado y toma el helado.

Pago el helado, para salir rápido del lugar, debí darle mi número, que idiota, camino a casa apresurada, necesitaba un poco de dulce en mi sistema, al llegar las chicas levantan la mirada de su móvil algo asustadas, me quito el abrigo y dejo las llaves en la mesa, aún mirandolas un poco confusa busco tres cucharas, me acerco a ellas y las veo deslizar el móvil hacia otro lado, soy más rápida y lo tomo, leo lo que está en la pantalla con atención.

"Sé que debo hacerlo en persona, pero no puedo Kira, no se cómo darle la noticia sin destrozarla...le pedí matrimonio...por favor dicelo"

-¿Que es esto?- le preguntó a Kira con la respiración agitada.

-Yo te lo iba a decir al llegar pero no sabía como reaccionarias- me dice con el ceño hundido.

-¿Es Tyler?- pregunté aún esperando que se equivocara al agendar el número.

-Si..- Kira casi que lo articuló

-¿Cómo es que...?- me siento en el piso mirando hacia el frente.

- No lo sé muy bien, Kelly, sólo hablé con él y pues...- negué riendo.

-Se va a casar- hago una pausa y suspiro.

》¡Se va a casar!

-Kelly...- Sabrina trata de apaciguar la reacción pero no puede.

-¿En seis meses te desenamoras de alguien?- pregunté en un susurro.

Sentía mi corazón latir muy fuerte, pero para mi mente es como si estuviera dejando de latir, muerdo mi labio intentado detener el temblor insistente, cierro los ojos contado hasta diez para detener el llanto, siento algo dentro de mi vibrar, un vacío se instala en mi corazón sintiendo que caigo sin nada que pueda atajarme.

- Kelly, vamos respira- le sonrió aún entre lágrimas.

-Estoy respirando- le digo y veo a la castaña reír.

Me recosté en la alfombra para cerrar los ojos unos segundos, el mundo parecía dar vueltas a mi alrededor y sin darme cuenta comienzo a llorar desconsoladamente.

-Lo amo y no quiero amarlo- digo y siento el ardor crecer en mi estómago.

-Lo sé, cariño- Sabrina comenzó a rascar mi espalda.

-Yo no debo sentirme así, porque sé que nada de esto debería afectarme- soy consiente de la manera en que mi voz se ahoga gracias a las lágrimas.

》Pero aún así me afecta y mucho.

-Quiero estar bien por un momento en mi vida- digo hipeando.

No se porque siento tanto dolor, trato de entender como se coló tan dentro de mi que él ver que se va a casar, hace que mi piel queme, que pique de dolor, siento el nudo subir y bajar varias veces, mi labio tiembla, al igual que mis manos, siento el estómago retorcerse, estoy molesta conmigo misma, Tyler sólo estuve en mi vida unos meses, no puede dolerme tanto como lo hace, no puede simplemente desestabilizarme por completo sólo una decisión suya.

-¿¡Como se puede casar con alguien que apenas conoce!?- tiro mi móvil con rabia.

》¡odio esto! ¡Lo odio a él!

¿Por qué lo tuve que conocer?







Mi nuevo hermanastro (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora