Mi nuevo hermanastro (en edición)

prisioneros

Solo podía ver por la maldita ventana, estábamos saliendo de Londres, eso me ponía nerviosa, porque ahora? Porque no dejarnos en paz? Porque no solo seguir mintiendo, ninguno de nosotros tenia la maldita culpa.

Las lágrimas bajaban por mi rostro, haciéndome lucir vulnerable, odio a Tyler Hulk, el es el causante de este odio que emana mi cuerpo, aquel que me hace lucir fría y ruda, todo lo que alguna vez sentía por el se desvaneció, todo lo que algún día fue para mi, hoy no es ni la cuarta parte de eso, el monstruo en e que se había convertido, el ser despreciable que hoy es, todo se resume en un pasado defectuoso que ha sido la razón de su caos, de su mentira, no me trago ese cuento de que lo hizo por nuestro bien, un grandote me miraba fijamente incomodandome.
Zack estaba a mi lado dormido.
Las hebreas de su cabello castaño caían en su frente y sus largas Pestañas estaban humedas, mi hijo llevaba unos minutos dormido, tengo las esperanzas de que trina se de cuenta y llame a la policía.

Llegamos a una casa, esta era la misma casa donde traía a jugar a zack.
La casa era blanca, con una gran cerca de metal grueso y duró separaba la gran casa de la vía publica.
Nadie pasaba por aquí, la ultima vez que alguien paso, al parecer vio algo y al día siguiente desapareció.

-Baja- la voz gruesa de Tyler asustaba, jamas lo había visto de esta manera.

No quería cruzar alguna palabra con el, todo para mi era tan ilógico, todo era tan estupido.

-En que te has vuelto?- definitivamente estaba decepcionada, asustada, todo era algo raro y ajeno para mi.

-En un demonio- su respuesta hizo que sin duda mi corazón latiera a mil, su palabra me dejo anonadada.
Sus ojos grises estaban oscuros, ya no brillaban, aunque seguían impresionando, pero ahora eran mas oscuros, estaba tan sumida en mis pensamientos que no vi su vestimenta, llevaba un pantalón de vestir color beige y una camisa de vestir azul, llevaba un reloj en su muñeca y unos lentes de sol en una de sus manos.
Camine obligada hacia el interior de la casa, ya la había visitado antes, así que nada de esto me sorprendía, el lujo se podía apreciar por todas partes, las paredes grises, esta casa no era acogedora, era oscura, por fuera se ve como una casa normal, pero por dentro todo es oscuro, apagado, como si el color fuera algo prohibido en esta casa, zack había dejado de llorar, jack trato de hablar con el pero mi hijo lo ignoro por completo.
Llegamos a una especie de living, y una señora de baja estatura con un vestido de flores entro, era Nancy la nana de jack.

-hola kelly- la anciana tenia una voz muy dulce y siempre me a ayudado con zack, al ser madre soltera, bueno no tanto, damian siguió viendo a zack como su hijo y zack al ver que no tenía padre siguio llamando a damian papa.

-hola- el susurro me sale más bien como un sollozo.
El grandote me empuja hacia la cocina y ahí, ahí fue donde mis esperanzas de salir de aquí se esfumaron, mi piel se erizo, mi mandíbula se tenso, mi coraje aumento, un millón se sensaciones pasaban por mi cuerpo, trina estaba ahí, mirándome fijamente con miedo, con desilusión, mi cuerpo estaba congelado, Nancy me miro preocupada, mis ojos estaban cristalizados, nunca e tolerado una traición, jamas lo he hecho, y hoy no era a excepción, mi mundo daba vueltas, todo era tan ajeno a la realidad, aquella a la cual llamaba mejor amiga estaba metida en esto, me estuvo hundiendo en este hoyo durante 7 años.
Ella dio un paso hacia mi y mi única reacción fue dar un paso hacia atrás, no me iba a derrumbar mas no, no cuando soy la única que esta para mi hijo.
Luego de unos segundos reaccione, me arme de valor, pero no para encararla si no para ignorar todo lo que viniera de ella.

-Nancy, me llevas a mi prisión-digo seca, fría sin una pizca de gracia.

-si señora- tomó a zack en mis brazos y camino detrás de ella.
Llegamos a una habitación con una cama matrimonial inmensa
Todo era frío, para nada acogedor.
Dejo a mi bebe ya dormido en la cama, camino al baño y una mirada penetrante me pone nerviosa.

-vete, no tienes nada que hacer aquí- miraba a Tyler fijamente.

-Kelly, tienes que entenderme, no quería lastimarte- mi cuerpo temblaba, todo era confuso

-No-susurro- no..no puedes pretender venir aquí y decirme eso, cuando el tyler que veo no es el mismo...no cuando sabes que no es así, fuiste egoísta- me deje caer al piso, estaba hecha pedazos, mí corazón estaba latiendo con fuerza, partido en dos, las lágrimas bajaban, todo era tan ajeno a mi, como le dices al corazón que deje de sentir? Como le gritas a tu mente que no piense en las cosas buenas de el!? Como coño sacas su rostro de tu mente!? Hay una maldita receta!? Quiero saber como arrancar a tyler Hulk de mi piel!? Es tan dificil de hacerlo!?

-Kelly mirame!!-se sujeta fuerte de mi, se que mi mirada esta pérdida, se que estaba rota y perdí el conocimiento de todo a mi alrededor

Y lo mire...me atreví a mirarlo, ver sus ojos azules mirándome fijamente, había temor en ellos, y ahora por un momento me permito inspeccionar su rostro, sus facciones siguen igual de perfectas, veo una cicatriz en su ceja, pero es tan perfecto que le queda bien .
Ahora me doy cuenta que no estoy en el mismo cuarto, estoy en una especie de oficina, sentada en un sillón, abrazando mis piernas.

-Kelly, no a pasado un jodido día que no piense en ti, por favor...-podía ver el sufrimiento en sus ojos pero no, no iba a ceder, no cuando me lastimó, cuando me fue asesinando lentamente y ahora me mato, estoy en el punto donde mueres si dejar de respirar, donde sabes que estas vivo oír estar respirando.

-Porque?-susurré.

-No lo se, era lo mejor-todo era tan horrible

Me levante, tome el borde de mi camisa y la fui deslizando fuera de mi cuerpo, por primera vez permití que vieran mis cicatrices, las lineas pálidas de mi abdomen, las de mis espalda, mire a mi alrededor y me encontré con el baño, camine a el y al entrar ahí, mire el reflejo del espejo de metal, abrí el grifo, ahueque mis manos y las llene se agua, recline mi cara y el agua se llevó el maquillaje, dejando ver las pequeñas cicatrices de ella.

Salí del baño, quería que el viera por lo que yo e pasado, todo por lo que e tenido que pasar.

-esto era lo mejor-susurro, su rostro estaba fruncido, inspeccionaba cada cicatriz, y lo deje, sus cejas cedieron, su rostro me hacia saber que se sentía culpable.

Y lo era...