24: Sola

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Rosalía - Badgad

Capítulo veinticuatro : Sola

Me iba bien, si, este último mes había aprendido a estar sola, a conocerme a mi misma más a fondo, Tyler había vuelto a casa, todo estaba normal a decir verdad, por no ser que está mañana me había levantado para encontrar a Ty junto a una chica rubia de cabello corto ondulado, al parecer era compañera de su Universidad que venía a culminar un proyecto con él, pero se me fue muy difícil no notar la mirada de Heather hacia Tyler.

-Ty, puedes lavar los trastos- Heather peleaba con Ty quien se reusaba a lavar los trastos. Era una escena dulce la verdad.

-¿Cuánto tiempo estarán así?- preguntó papá con algo de diversión.

-Hasta que acepte lavar los trastos- habló Heather.

Rodee los ojos, deje mi plato en el fregadero para salir de la cocina, no quería decir nada, pero obviamente tenía celos, no diría nada porque yo había pedido espacio y tiempo, llegue a mi habitación echa una furia, quería gritar, también maldecir, respire profundo cuando me recoste en la cama, para poder calmarme un poco.

-¡Kelly! ¡Alex está aquí!- sonreí, Alex y yo nos habíamos convertido en muy buenos amigos, aunque aún sintiera cosas por él, lo manejaba bastante bien.

-¡Ya bajo!- avisé y tomé mi cabello en una coleta. Habíamos quedado en ir a correr.

Cuando baje las escaleras, mire como en el living estaban todos mirando a Alex asombrados, claro estaba que al terminar todos se enteraron de lo ocurrido, pero hasta ahora desde el día en que subió a mi habitación, quedamos en vernos fuera de aquí para evitar algún mal entendido, hasta ahora que le pedí que viniera hasta aquí para ir a correr. Al mirar a Alex, vi una caja en sus manos, evitaba a toda costa hacer contacto visual con algún familiar.

-Alex- llamé y este pareció aliviado al verme.

-Traje tú vestido de graduación, llegó hoy a mi casa- no había recordado que mi vestido de graduación lo había pedido por internet.

- Oh que bien, déjame subirlo y nos vamos- el asintió pasándome la caja.

Subí corriendo y dejé la caja en mi habitación, baje otra vez corriendo, ya Alex estaba afuera de casa con la puerta abierta, mi padre me miraba confundido, pero no preguntó nada.

-Ire a correr, vuelvo en una hora- mi padre asintió y yo cerré la puerta detrás de mi.

-Tu padre me odia- reí por la cara de pánico del chico.

- No te odia, pero si esta un poco molesto- el asintió comprendiendo y pasándome un audifono comenzamos nuestro recorrido juntos.

***

-¡Alex! ¡Alexander Hamilton!- se detuvo y me miró.

Estaba llorando, sus ojos verdes me miraban cristalizados, le había puesto atención a la canción que se reproducía, era algo alarmante, más aún cuando comenzó a correr muy fuerte, vamos que un campeón en natación era el doble de rápido que yo, alcanzarlo fue una total meta. Tome su rostro para obligarlo a  mirarme fijamente, parecía herido, pero no pregunté, con la mano en su nuca lo atraje hasta tener su rostro en mi hombro.

- Ya, tranquilo- comencé a acariciar su espalda.

- Lo siento, lo siento mucho- lo escuchaba sollozar.

- No pasa nada, Alex, calmate- seguía consolandolo mientras evaluaba las razones por las cuales podría estar así.

-Odio haberte echo eso, odio haber arruinado todo cuando no quería hacerlo- se separó de mi y restrego sus manos en su rostro.

-¿Quieres hablar sobre ello?- pregunté sonriendole tranquila.

- Te amo Kelly, quizás mucho más de lo que te amaba antes y no puedo estar cerca de ti sin pensar lo estúpido y egoísta que fui- me dijo y fue inevitable no sentirme mal.

-Alex...- el negó.

-Sé que la cagué, de la peor forma y que quizás no me perdones nunca, Pero vivir en la zona de amigos es horrible- me reí, el siempre me había dicho que la Friend Zone era horrible.

-Vamos, quizás necesitas descansar, hablaremos cuando estés más tranquilo ¿si?- asintió derrotado.

Cuando llegue a casa, las luces estaban encendidas, mi familia cenaba enérgicamente en la cocina, junto a Heather ¿se quedaría a dormir? Decidí no entrar, me quede sentada en el patio mirando el cielo, eran aproximadamente las 7:00pm ya estaba terminado de anochecer, recordé a Alex y algo en mí se quebró, comencé a llorar, en silencio, con la capucha de mi suéter en la cabeza, cuando escuche un relámpago, me asusté un poco, pero aún así me quedé ahí moviendo mis pies de un lado al otro, cuando la primera gota de lluvia calló en la piscina, mire al cielo.

-¿Por qué no me envías hombres normales eh?- seguro el abuelo estaría riéndose de mi desde el cielo.

La lluvia comenzó a caer a cántaros, me mordí el labio, ni siquiera sabía porque estaba ahí, porque ese nudo le estaba robando casi todo el oxígeno, reí, estaba sola, era estúpido, porque siempre debió estar sola y no debió tener otra relación luego de Logan.

¡Oh Logan! Me había destruido tanto, tenía tantas cosas atragantadas que siempre quiso decirle pero no tuvo el valor ni el tiempo para buscarlo.

-¿Que haces aquí?- pegué un brinquito al escuchar la voz gruesa de Tyler, tenía un paraguas y trataba de  que la lluvia no me  mojara más.

-Pensando- le respondí entrecerrando los ojos para que las gotas no se metieran en mis ojos al mirarlo.

-¿Tiene que ver con Alex?- me encogí de hombros.

-Tiene que ver conmigo- le dije y lo vi suspirar para sentarse.

-¿Que pasa contigo?- preguntó una vez se sentó.

-Creo que estoy rota- el río.

-Todos estamos rotos- me dijo y yo coincidí con él.

-Siempre que estoy feliz algo pasa y ya no estoy feliz- el ladeo su cabeza.

- Son coincidencias- negué.

-Siempre me pasa- dije.

》Cuando tenía quince, por más que fuera una locura, estaba feliz, pero me arrebataron eso.

-Eso no fue tu culpa- asentí.

-Pero el punto está en que me lo quitaron, estaba feliz junto a Alex, pero eso también me fue arrebatado- lo escuché reír.

-Eso sobretodo eso, no fue tu culpa- me encogí de hombros.

-El punto no es si fue o no mi culpa, el hecho está en que fui feliz- le dije y el asintió.

》Quería ser feliz contigo, pero algo en mí me detenía.

- Lo sé, después de todo creo que fue lo mejor- esas palabras me callaron.

-¡Ty!- esa era Heather, nada más y nada menos que desde el balcón de Ty.

- Te llaman, ve, estaré bien- el asintió y se levantó con la sombrilla.

Quedé allí, bajo la lluvia, sola y como siempre, sin ser feliz de nuevo.

Mi nuevo hermanastro (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora