Parte 13

3.4K 517 107
                                    

GULF

Cada día subía mi ansiedad en ir a rescatarlo, pero sabía que Max estaba meticuloso, con más investigación descubrí que lo tenía como garantía ya que su padre es un maldito adicto a las apuestas. Era esa la razón del por qué Pha no lo encontró de inmediato.

Mat Suppasit no es más que un perdedor, pero luego me ocuparé de él. Toda mi atención se encontraba en Mew, debía traerlo a mí. Jamás me había pasado tal cosa, pero la necesidad de tenerlo era mucha.

El mensaje de mi amigo al fin ha llegado, por primera vez me sentí nervioso, sin saber que demonios hacer, como actuar. Pero de algo estaba seguro, en poco tiempo mi chico estará en mi mansión.

Las horas pasaban decidí ir con más guardas por si fuera necesario. Encontrándome con varios conocidos, incluso con quiénes tengo ciertas deudas pendientes, pero como era de esperarse se mantenían alejados y solo saludando con una reverencia desde donde se encontraban.

Como era requisito, nadie debía portar armas, ingresamos a la habitación que en minutos las luces fueron apagadas para que los esclavos sean expuestos. No me interesaba nadie, hasta que Pha fue el primero en salir antes que mi chico. Las apuestas iniciaba y podía ver lo nervioso que se encontraba, en verdad compensaré esto que hace por mí.

Lanzo mi oferta y como era costumbre nadie sobrepone. Logrando así salvar a mi amigo. Mientras era llevado en la habitación, comenzaban a salir otros que comenzaba a irritarme.

Cuando parecía a punto de estallar, la puerta es abierta, entrando con un andar lento y temeroso, odié verlo de esa manera, sé que tiene todo para caminar con la frente en alto, pero este momento era mío, para sacarlo de aquí.

Las ofertas sobre él iba subiendo incluso más de lo que Max esperaba, podía oír a los demás deseosos de tenerlo, haciendo que mis ganas de cortarles la garganta aumentara, me sentía furioso, pero he aprendido a controlarme.

Cuando lo veía inseguro y temeroso, levanto la voz ofertando un monto que sé que nadie más podría objetar. Haciendo que todos quedaran en silencio, él es mío y cualquiera que quisiera tenerlo no solo deberá superar esa suma.

Una luz fue encendida dónde me encontraba haciendo que mi chico me viera a los ojos, y estoy seguro que lo que sentí, también lo ha sentido. Es mío.

Mew fue llevado a otra habitación donde no esperé en ir a verlo. Mientras caminaba, Max se acerca con esa sonrisa de siempre.

- Hoy creo que has venido sediento.

- Podría ser, digamos que estuve estresado estos días y necesitaba más para jugar. - Debía seguir el juego.

- Los que te llevas son de los que los tenía bastante cuidado.

- Que bueno, entonces, me tocará probarlo.

Entramos a la habitación y allí se encontraba atado y con los ojos cubiertos. No haría nada para descubrirme así que seguí el juego, Max seguía diciendo estupideces pero yo solo podía verlo.

Oír como le rogaba a ese imbécil para que le ayudara, me enfureció en gran manera. Le tomo con fuerza del mentón y lo que termina excitándome es que haya apartado su rostro con fuerza de mis manos, es mi hombre... no hay duda de ello.

Mientras íbamos saliendo podía oír como pedía no ser llevado hasta que quedó en silencio. Giro a ver y uno de mis hombres lo había golpeado, un fuego sube a mi pecho, deseaba hacerlo trizas en ese momento, pero no podía demostrar que tanto me afectaba, así que seguí el camino hasta la mansión en silencio.

Por mi mente pasaba todo lo que le haría a ese idiota por tocarlo. Mew fue llevado a rastras hasta la habitación donde se quedaría mientras se adapta a mi.

- Quítenle la venda, también las de sus manos.

- Pero señor! - Intenta uno de mis hombres replicar.

- Es muy inteligente, no se lanzará de la ventana, aquí será libre. - Digo con la voz grave caminando frente al que lo había golpeado, este se tensa llevando sus manos a su espalda. - Tú, quien ordenó a qué lo golpearan?

- Señor...

- Este chico es mío, nadie! Nadie puede tocarlo! - Una bofetada lanzo a su rostro y como era de esperar no reacciona. - Que quede claro, cualquiera que hable o toque a mi chico, morirá.

- Señor! Lo siento!

Doy un paso a tras y dos guardas toman al que había bofeteado de sus brazos arrastrándolo fuera de la habitación, los demás quedan en silencio esperando otra orden mientras observaba a mi chico acostado en la cama.

- Será alimentado con lo que yo coma, vestido con la mejor marca.

- Si señor!

- Sin compasión mataré a cualquiera que desacate mi orden anterior.

- Si, señor! - Responden y ordeno a que salgan, quedándome solo junto a mi chico.

- Mío, no permitiré que alguien más te haga daño.

Acariciando su rostro, no podía evitar quedarme maravillado de lo perfecto que es.

Saliendo de la habitación voy a la mía encontrando a Pha en el camino.

- Maldito! No sabes todo lo que tuve que pasar en ese lugar! - Sabía que me reclamaría, el tiempo en ese lugar fue más de lo esperado.

- Necesitas un psicólogo? Lo pagaré.

- Imbécil! Este chico es muy bueno para terminar muerto!

- Él no morirá. Ya te he dicho que es diferente.

- Más te vale, y claro que me lo pagaras, pero no ahora!

- Quieres beber?

- Maldito, me utilizaste.

- Ya, lo siento, pero las cosas salieron como lo planeamos, no?

- Por fortuna, y por cuánto lo compraste?

- Por 100

- 100? Tan poco ofrecían por él?

- 100 millones.

- 100 millones! Maldito imbécil! A mí me compraste por 20mil! Tan poco valgo para ti!?

- Oye cálmate! Es que no sabía cuánto iban a ofertar por mi chico, así que debía asegurarme!

- Mal amigo!

- Dime, le has hablado de mi?

- Sí, le he dicho muchas cosas buenas de ti. Estará enamoradísimo de ti.

No sé por qué, pero eso no sonó tan bien como para dejarme tranquilo. Fuimos a mi bar particular de la mansión, dónde le permito a mi amigo beber todo el alcohol que quisiera.

Mi primera noche con mi chico bajo el mismo techo. Me sentía nervioso y ansioso por tenerlo en mis brazos, ahora debo de pensar como acercarme, jamás he sido bueno con las palabras, y menos he intentado conquistar a alguien. Era tan simple tomar lo que quería sin esperar a que se estuviera de acuerdo, que ahora comienzo a experimentar los nervios y ansiedad que te brinda estar con la persona que mueve tu mundo. Maldita sea! Hasta me estoy volviendo cursi!

ERES MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora