Parte 14

3.2K 510 86
                                    

GULF

Las cosas no estaban como esperaba, Mew seguía enfurecido y demostrando un miedo hacia mi, no podía acercarme, cosa que me irritaba en gran manera.

Tuve que deshacerme de una mujer  de mis servicios, por no haber cumplido mi orden de no tocarlo, aunque rogara que tuviera piedad, no podía controlarme, el solo hecho de pensar que lo tocaran mi lado despiadado despertaba, recordando así al guarda que había castigado por golpearlo.

Voy a la habitación donde se encontraba, su semblante era deplorable pero no me afectó en lo absoluto. Camino rodeándolo dándole un golpe para que despertara.

- Señor... - Se oía su voz rasposa.

- Creíste que no me daría cuenta?

- Por favor! Perdóneme señor! - Cómo es que todos en esta situación piden lo mismo. Perdonar? Es una palabra y acción que no existía en mi persona.

Ver suplicar a una persona no significaba nada para mí, incluso me hacía sentir más poderoso de lo que soy. Pero esto no era nada comparando a mi otro yo, al que no he dejado en libertad hace tiempo, del que no sé si Mew lo aceptará.

- Perdonar? A caso siquiera sabes quién soy? - Llevaba mucho tiempo trabajando para mí, pero no me importaba, sus acciones lo llevó a dónde se encontraba. No quería torturarlo más tiempo, así que desenfundé mi arma apuntando a su cuerpo.

- Señor lo siento! Fue un error! No lo volveré a hacer!

- Claro que no volverá a suceder. - Sin pensar dos veces tiré del gatillo haciendo que cayera de inmediato al suelo recibiendo la bala en su pierna derecha.

- Señor no! Perdón! Perdón! - Gritaba en agonía, mientras se arrastraba en el piso suplicando no ser asesinado, sabía lo que  iba a suceder, el tiempo que lleva trabajando para mí, fue suficiente para que entendiera que no dejo las cosas a medias.

- Odio cuando creen que pueden tomar decisiones sin mi consentimiento, mis ojos están puestos en todo lo que es mío, y les advertí que ese chico era mío. - Nadie podía tocar a mi chico, si dejaba pasar esto, los demás no entenderían lo serio que soy en mis palabras.

- Señor, por favor déjeme enmendar mi error! Por favor tenga piedad! - Piedad? Otra palabra que no va conmigo.

- No doy segundas oportunidades. - Fue todo lo que dije antes de disparar sin piedad a su cabeza haciendo que dejara de suplicar y caer al suelo por completo.

Satisfecho por lo que hice, un sonido se oye cerca a la puerta que desvía mi atención. Maldiciendo en mis adentros voy tras él, pero la puerta de su habitación es cerrada frente a mi rostro.

Entiendo que ha de estar asustado, pero debe de entender que no dejaré que lo toquen. Así que voy a mi habitación a darme una ducha y pensar como hacer para emendar lo que vió o por lo menos que no se lleve esa impresión, jamás le haría daño.

Luego de unas horas ordeno a que vayan a buscarlo, obviamente sin que fuera lastimado si se resistía. Como era de esperar volvió a rogar que no le hiciera nada, no entendería lo importante que es para mí, un rasguño en su cuerpo significaba sangre derramada del que le haya hecho alguna herida.

Estoy seguro que no es una obsesión, Mew es lo que esperaba, el complemento perfecto que le hacía falta a mi vida.

Verlo en el suelo rogando que no le hiciera daño, no me hacia sentir poderoso sino miserable y despiadado. Le ordeno a que se levantara con molestia por la manera en que se encontraba.

Como lograr que cambiara la idea que tenía, la conversación que tuvimos no fue exactamente lo que esperaba, aunque me demostraba miedo, también veía que no me quería cerca. Si se supone que Pha le ha hablado de mi, como es que en sus ojos se veía un gran miedo.

Intenté mantener la calma, pero oír un nombre en sus labios y que lo nombrara con un cierto cariño me molestó. Leo con solo oír ese nombre me dieron ganar de buscar de quién se trataba y ahorcarlo hasta que dejara de respirar.

Tratando de mostrar tranquilidad y hacer a un lado mi enojo, continuo conversando. Pidiéndole que me llamara por mi nombre, lo siento tenso y decía que no podía! Cómo mierda podía nombrar otro nombre y el mío no! Me sentía furioso, frustrado! Quería golpear la pared con mi puño! Pero eso haría que lejos de entrar en confianza conmigo, su miedo crecería.

Insisto en que dijera mi nombre, quería oírlo, hasta que abriendo sus labios como un susurro pude recibir una sensación escalofriante. Mi nombre salir de sus labios es lo más excitante que haya vivido. No pude contenerme así que me balance a él dándole un beso, uno que nunca había dado. Sus labios era exquisitos, suaves y delicados. Mi interior entro en llamas y quería desnudarlo para hacerlo mío en ese instante pero debía controlar mis impulsos, Mew no es alguien con quién quisiera solo un desahogo.

Mew es con quién me gustaría experimentar la mejor sensación de un orgasmo, que luego de ello se quedara a mi lado para pasar la noche abrazado a su cuerpo.

Estaba tan sumergido en sus labios y cuerpo que de un momento recuperé la cordura, y vuelvo a ser yo. Me aparto de esos deliciosos labios para ordenar que pasaran los guardas y lo llevarán a su habitación, si no me detenía en ese momento estaba seguro que lo ultrajaría en unos segundos más.

Pasar la noche luego de tenerlo en mis manos no fue nada sencillo, mi mente no paraba de imaginarlo desnudo, meciéndolo bajo mío. Mi cuerpo ardía en llamas deseándolo, que ayudarme a bajar mi erección no era suficiente.

Lo deseo tanto, incluso más que la necesidad de respirar. Desde que lo vi en ese bar supe que es él, su mirada, su andar. Todo lo que es gritaba que me pertenecía. Ah mierda y cuando despierte también seré suyo.

Esto no es otro capricho, deshacerme de todos mis esclavos para mantenerme solo para él comenzaba a volverme loco. Está necesidad de desahogo en inmensa, y solo volver a recrear ese beso, mi miembro queda duro deseoso de conocer su interior. Dios! mi hombre me volverá loco, sin siquiera iniciar.

ERES MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora