Parte 61

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Todos estos días estaba preocupado por Mew, sé que se esforzaba para que nosotros dejáramos de sufrir con él. Su mirada aún era de tristeza, aunque First me haya dicho que poco a poco volvería a ser el mismo, yo solo quería ver sus gestos de niño mimado y que reclamará sus antojos.

Algo que me he dado cuenta y que no quería decirlo es que su vientre comenzaba a mostrar el pequeño bulto de su embarazo.

Sé que se pondría más sensible, pero para mi desgracia eso se veía tan sexy. Cada noche luchaba por no tocarlo, mi cuerpo ardía de deseos por tomarlo, pero no quería que pensara que no me importaba sus sentimientos... así que debía de aguardar a que superara lo vivido.

El día fue bastante agotador, me tocó ir a visitar al fiscal Fluke, pero parece que no puedo lograr que ceda. Sé que tiene toda mi información, Singto me había dicho que Prin facilitó todas mis entregas, así que Pha debió hacer algunos cambios para que pudiera terminar los negocios.

Darme una ducha fría antes de dormir se me estaba haciendo costumbre. Mew se ve cada vez más sensual en su estado y yo me siento un depravado. Jamás había visto a un hombre embarazado, bueno nunca me interesó, pero Mew... ¡Dios! Es tan sexy, su piel se ve suave y brillante,  los mechones de su cabello se ven más sedosos, en todo momento solo pienso en hacerle el amor.

Pero debo comportarme, este es el momento que mantener la cordura se vuelve una tarea difícil. Las duchas frías funcionaban hasta que subía a la cama. Pero una vez que lo veía dormir, ahh el solo hecho de verlo respirar suave y profundamente me incitaba a tocarlo, aunque terminaba abrazándolo para que me sintiera cerca.

Sus dedos se aferraban a mi ropa y no me permitía volver a bajar.

Pero esta vez, al salir del baño noto que seguía despierto. Maldiciendo en mis adentros, le pregunto si se siente bien? Cubrirse la cabeza con este calor era absurdo, pero parecía molesto así que no quise enfurecerlo mas, así que subo a la cama. Acaricio su cabello para que se calmara pero quién estaba por estallar era yo, doy vuelta para no caer en la tentación de manosearlo, pero poco a poco se oye que comenzaba a llorar.

Giro para ver qué le sucedía, pensé que estaba recordando lo de sus padres. Pero grande fue mi sorpresa cuando decía querer hacer el amor. Dios! Con solo tocarlo tendría un orgasmo! El solo hecho de imaginar poseerlo, sabía que terminaría lastimándolo.

No me quedo de otra que, mientras lo preparaba debía liberarme de esa presión, al desnudarlo mis ojos van a su vientre y Dios! Aún es pequeño pero se ve tan sexy en él! Cómo mierda haré para soportar cuando crezca! Acaso soy un enfermo, que se excita con un hombre en cinta? Pero no, sé que esto es solo por Mew, desde que lo he visto por primera vez, no quise a nadie más y cada día lo deseo más, es como una droga, y yo soy el maldito adicto que no puede vivir sin ella.

Venirme sobre su vientre fue alucinante, ver su piel blanca manchándose con mi esencia y que no dijera nada al respecto me sentía el dueño de todo. Pero en verdad solo soy alguien que vive para él.

Sus gemidos y los movimientos de su cuerpo al recibirme eran perfectos, acariciar su cuerpo mientras lo penetraba era de otro mundo, que no solo por esperar tanto tiempo me vine dentro suyo, Mew es tan perfecto que estar en su interior es la gloria misma.

Al venirme en él, siento que también ha logrado su orgasmo empapándonos. Decirle que lo amo es poco para lo que siento, oír su voz grave y convencido de lo que decía, me hacía sentir el hombre más feliz del planeta.

Acostarme a su lado luego de hacer el amor, esto es algo que solo con él puedo hacerlo. El hombre a quién amo, dormía plácidamente sobre mi pecho levantando su pierna sobre los míos. Se sentía como si se convertía en una celda y yo era el preso, y en verdad aunque me dejara libre, jamás me iría, este es el lugar donde quiero estar, el resto de mi vida.

Poco a poco el cansancio golpeaba mi cuerpo y mis párpados pesaban, quedándome dormido mientras mis dedos seguían acariciando su suave piel.

La habitación era silenciosa como cada noche, yo seguía dormido creyendo que mi bebé dormía en mis brazos. Pero la cama se sentía fría, entre sueños muevo mis brazos para sentirlo pero nunca llegaba a tocar su cuerpo. Con el ceño fruncido comienzo a abrir mis ojos para ver qué sucede.

Mew no estaba a mi lado, mi corazón comenzó a bombear desesperado sentándome en la cama, miro en la habitación y no estaba por ninguna parte, la luz que entraba por la ventana aún me daba a entender que no había amanecido, solo eran las luces de los faros del jardín.

Poniéndome de pie voy al baño a buscarlo pero tampoco estaba allí. Comenzaba a preocuparme así que me pongo mi bata para salir de la habitación.

Tanis me mira sorprendido y yo de inmediato me altero.

- Dónde está Mew?

- Señor? El señor Mew debe estar con usted durmiendo. - Me responde con algo de curiosidad.

- No está en la habitación! Debiste verlo salir!

- Señor, lo siento. Acabo de regresar del sanitario. Lo buscaré en este momento. - Dice comenzando a caminar por los pasillos.

Dios! Que hace Mew fuera de la cama!? Ni siquiera ha amanecido. - Me preguntaba mientras iba a la habitación de First, espero que se haya ido a verlo.

Golpeo la puerta pero nadie responde, insisto y la puerta es abierto por First con los ojos medios abiertos y un bostezo salía de su boca.

- Papá, que sucede?

- Mew está contigo? - Pregunto esto y sus ojos se abren de inmediato.

- Qué! Papá Mew no está!?

- Mierda, tampoco está aquí. - Maldigo dándome vuelta para seguir buscándolo.

- Espera! Papá Mew! Dónde fue!? - Gritaba mientras me seguía

- No lo sé! Desperté y no estaba a mi lado.

Comenzamos a caminar en toda la parte alta de la mansión. Cuando comenzamos a bajar por las escaleras para buscarlo, Tanis agitado se acerca a nosotros.

- Señor...

- Dime que lo encontraste...

Me hace señas con las manos para que no hiciera ruido y luego para seguirlo. A qué está jugando Tanis? Por qué tengo que guardar silencio. Pero sin darnos cuenta, First y yo lo seguíamos de puntitas como si alguien se durmiera en la sala.

Poco a poco llegábamos a la cocina y juro que intenté no sonreír pero ya me imaginaba lo que vería.

Tanis abre la puerta lentamente para que pudiera entrar y la imagen de Mew llevándose a la boca una cucharada de helado era espléndido, sus cachetes se inflaban mientras la cuchara volvía al pote de helados, se le saldrá por las narices si sigue cargando su boca de esa manera!

Tanis abre la puerta lentamente para que pudiera entrar y la imagen de Mew llevándose a la boca una cucharada de helado era espléndido, sus cachetes se inflaban mientras la cuchara volvía al pote de helados, se le saldrá por las narices si sigue c...

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