Capítulo 38

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Debo estar en un sueño, tengo a Dania completamente desnuda a mi lado y no dejo de admirar cada parte de su perfecto cuerpo, su rostro tan relajado, hace que sonría instantáneamente

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Debo estar en un sueño, tengo a Dania completamente desnuda a mi lado y no dejo de admirar cada parte de su perfecto cuerpo, su rostro tan relajado, hace que sonría instantáneamente.

Acaricio su mejilla muy despacio, y aunque me cueste, tengo que irme antes que alguien nos vea. Soy capaz de vestirla de a poco sin que se despierte. Tengo que utilizar un gancho de papeles para reemplazar los botones que están desparramados por el suelo.

Me atrevo a colocar el collar de su madre en su cuello que encontré en uno de los bolsillos de su camisola.

Me levanto, voy al escritorio y comienzo a escribirle una carta. Tengo que alejarme de ella hasta esta noche para seguir con el plan, no podré hacerlo si la tengo cerca.

Dejo el escrito en una de sus manos, un beso en sus hermosos labios y le doy un último vistazo antes de retirarme del despacho.

Voy directo a darme una gran ducha para quitarme su aroma, su hermosa fragancia, por más que no quiero.

Sigo sosteniendo que si hubiera actuado de forma distinta cuando nos conocimos, esto no estaría pasando pero el tiempo no vuelve atrás y lo que ahora importa es el presente, que haremos con este presente.

Me sono raro no ver a Alis por ninguna parte en toda la tarde, ni siquiera intento ir a la oficina pero bueno, vaya uno a saber que esta haciendo esa mujer.

Me saco la camisa que huele a ella y la guardo en una caja en mi ropa interior. Quiero tener algo de recuerdo.

Entro a la ducha a relajarme. Después de unos 10 minutos abro los ojos exaltado porque unas manos tocaron mi espalda, miro y hablando de la reina del Nilo.

Alicia: Quieres que me meta a duchar? (Guiñó su ojo)
Dante: Por supuesto... (Sonreí)

En eso ella se desnuda para meterse al agua y me miró confundida cuando al instante salgo de adentro.

Alicia: Pero que...
Dante: Ya te dije (me coloque la bata) Puedes ducharte...

Salgo antes de escuchar todo sus gritos y me rio por dentro. Que es lo que pude ver en ella, tan ciego estaba que no me daba cuenta a quien tenía al lado y lo que perdía.

Me cambio, son las 19.30 y a las 21 es la cena de manada para despedir la reunión, después de eso, nos tocará el papel más difícil.

Bajo las escaleras y me encuentro en el último escalón a mi reina vestida como una Diosa griega, su mirada se dirigió a mi un tanto apenada, un tanto triste y solo puedo sonreírle para confirmarle que tiene que estar tranquila. No olvido lo que le dije.

~.Amor en Guerra.~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora