A veces la Diosa Luna nos sorprende con las decisiones que toma...
Ella, Dania Terranova una loba gentil, hermosa y sobre todo guerrera e hija del alfa de la manada Luna de Sangre.
Él, Dante Leone, un hombre lobo testarudo, posesivo, autoritario y...
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Hace no más de una hora que llegamos a la manada, apenas baje me fuí corriendo a la habitación y tengo a un Enzo molesto intentando que habrá la puerta.
No quiero saber nada con almorzar con él, ni jugar a la familia feliz para que goce de triunfo. Lo último que coloco en la puerta es el ropero que dentro de todo se dejó mover. Acabo de mudar todos los muebles hasta allí para que no entrará.
Y otra vez vienen sus gritos...
Enzo: ABRE DE UNA MALDITA VEZ!!!
Dejo que siga gritando y empiezo a ver a mi alrededor, localizo una ventana para poder salir. Necesito aire fresco alejada de él.
Sigo escuchando como estampa su cuerpo o quién sabe a la puerta y voy armando como una soga de sabanas, la cuelgo fuerte de una de las patas de la cama para luego tirar el otro lado afuera. Aprovecho el cambio de turno de guardias para poder bajar.
Asomo un pie, luego el otro y me cuelgo a mi primitiva soga de escapatoria. Se que se enojara y el castigo será duro, pero necesito si o si un poco de respiro.
Veo como los guardias se van de su puesto y comienzo a bajar, a un metro del suelo me tiro. Comienzo a correr hacia el bosque y al llegar me siento en una roca que está junto a un lago pequeño.
Inclino mi cabeza al cielo y diviso cada hoja, cada rama, cada árbol. Sobre todo el gran cielo celeste que se encuentra por encima, sonrio de manera instantánea, sabía que esto necesitaba, me acostumbre a hacer esto con Jonh para sacar tensiones cuando el encierro o la rutina me terminaban desgastando.
Suspiro, dando relajación a mi cuerpo y caigo rendida al sueño. El peor cansancio que podemos tener es el mental y en mi caso, estoy exhausta mentalmente.
Al cabo de un rato comienzo a abrir mis ojos intermitentes y los termino por abrir como dos platos al ver que el atardecer está asomándose. No puedo creer que dormí tanto. Me matará.
Me levanto de mi descanso y hago coraje para volver a la mansión del psicópata. Suspiro pero esta vez con pesadez.
Camino como si un pie le pidiera permiso a otro para avanzar.
Estoy llegando a la puerta de entrada y estas son abiertas. Me pongo en posición de defensa pensando que era Enzo pero veo un Vicen que se acercó a mi con tono burlesco.
Vicen: (Se rió en mi cara) Realmente lo encabronaste. (quiso tocar mi rostro y lo corrí) Si no te mata, nos vemos mañana preciosa.
