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FLASHBACK 5 semanas antes.
Hela dibujaba garabatos sin sentidos en su pergamino. Estaba en clases de defensa contra las artes oscuras, no le aburría la materia, más bien el profesor le aburría, su forma de hablar y explicar le daba sueño. Además la chica quería distraerse ya que podía oír a Katherine, reírse con sus amigas y ya le estaba molestando, ya que pensaba que se estaban burlando de ella y no se equivocaba, Katherine se estaba riendo de ella.
Si no se callaba, Hela iría a cerrarle la boca ella misma.
──Hela, pon atención ──murmuro Rosier a su lado.
Hela suspiro y llevo su mirada al profesor.
──El ultimo maleficio imperdonable que veremos hoy es la maldición imperio ──hablo el profesor, mientras escribía el nombre de la maldición en la pizarra. ──La maldición Imperio fue inventada durante la edad media. La maldición fue creada para la coacción y el lavado de cerebro de otros bajo la esclavitud. Cuando se lanza correctamente, la maldición pone a la víctima completamente bajo el control del usuario, aunque una persona con una fuerza de voluntad excepcional es capaz de resistir sus efectos.
Hela anotaba con pereza todo lo que el profesor explicaba.
──El hecho de que la maldición pueda ser contrarrestada la hace única entre las maldiciones imperdonables. Es también única en que es la menos perjudicial de las maldiciones a menos que se cuente la completa falta de libre albedrío, excepto si es realizada inapropiadamente.
La clase terminó y Hela con sus cosas en mano, salió con Evan. Un fuerte viento hizo que los libros de Hela salieran volando. La chica vio como Katherine paso por su lado, guardando su varita en su túnica.
Hela apretó los puños y suspiro pesadamente.
──Olvídalo Hela, no vale la pena ──dijo Evan. El chico se arrodillo dispuesto a ayudar a su amiga a recoger las cosas.
Rosier levanto la vista hacia su amiga pero esta ya no estaba a su lado. Estaba corriendo hacia Katherine.
──Mierda... ──murmuro Evan levantándose del suelo. ──¡Hela!
FIN DEL FLASHBACK
──No puedo creer que Henry haya matado a Katherine ──dijo Mulciber, con la vista puesta en el árbol de navidad del gran comedor.
Rosier miro a su amiga sentada a su lado que tenía su mirada perdida en sus pies. Evan coloco su mano en el muslo de la chica y se inclinó hacia ella.
──¿Estas bien? ──pregunto su amigo.
──No lo sé... ──susurro Hela y acaricio la mano de su amigo que estaba sobre su muslo.
Aun se encontraban todos los estudiantes en el gran comedor. Los prefectos de sus respectivas casas se llevaban cada una hora a un grupo de estudiantes de diferentes años para que empacaran sus cosas, ya que esa misma noche todos los alumnos se irían a su casa, mientras investigaban lo sucedido.
──Los de quinto año, vengan conmigo ──indico Tom a la mesa de slytherin cuando entro al comedor.
Hela observo como sus amigos y los demás de ese mismo año salían del lugar, Tom antes de salir le dio una mirada rápida a Hela.
La chica solo pensaba en como reaccionaron sus padres por la noticia y en como la recibirán cuando llegue a su casa. Estaba segura de que esta vez no la golpearían, ya que ella no tenía la culpa de las acciones de Henry, aunque Hela sabía que todo lo que había pasado fue por su culpa.
Una hora después, Tom volvió para llevar a los de cuarto año. Hela y Evan caminaron juntos con sus otros compañeros a sus respectivos cuartos para empacar su ropa.
En la habitación de Hela, ni Walburga o Chiara se atrevían preguntarle a la joven por lo sucedido porque creían que estaba afectada por lo de Henry, pero Hela estaba muy tranquila por dentro.
Cuando las tres ya habían terminado de empacar y cambiarse de ropa por algo más abrigado ya que estaba nevando, bajaron a la sala donde se encontraron con los varones de su mismo año.
Tom los acompaño hasta la entrada de Hogwarts, donde el premio anual de slytherin, Marcos, los estaba esperando junto a un profesor.
──Formen una fila de niñas y otro de niños ──explico el profesor.
Tom antes de irse, para llevar a los de tercer año por sus cosas, pasó por el lado de Hela, chocando con delicadeza su mano con el de ella.
Hela giro su cabeza hacia Tom y este le dio una cálida sonrisa.
Los alumnos se acomodaron como les habían indicado y fueron llevados hasta el tren.
──Quien iba a decir Zabini iba matar a alguien ──dijo un chico de la fila de al lado.
Lagrimas comenzaron a llenar los ojos de Hela.
──Hela... ¿Estas bien? ──pregunto walburga detrás de ella, cuando oyó la respiración agitada de la joven.
Hela rompió en llanto, cayó sobre sus rodillas y llevo su mano a su boca. Sus compañeros voltearon a verla y por más que la mayoría les caía mal Hela, sintieron lastima al verla así. Creían que la chica estaba destrozada por lo que paso con su novio. Nadie podía creer que Henry sería capaz de matar.
Marcos, el premio anual corrió hasta ella y la ayudo a ponerse de pie. Por su estado, el chico hizo pasar primero a Hela, llevándola hasta un vagón vacío para ella.
──¿Necesitas algo...? ──pregunto el joven.
Hela asintió.
──¿Puede venir mi amigo conmigo? ──pregunto Hela entre sollozos. ──Evan Rosier, se llama.
Marcos asintió y cerró la puerta del compartimiento.
Apenas se fue, Hela se limpió las lágrimas y sonrió. Su pequeña escena había funcionado, se estaba muriendo de frio allí afuera.
